5 puntos obligatorios que debes revisar de tu equipamiento de moto para volver a la rutina

Tu plan de vacaciones ha terminado y, a falta de pensar en el siguiente fin de semana, puente largo o semanas estratégicamente elegidas para escapar de la rutina, te reencuentras con la realidad del día a día: moverte en moto de camino al destino habitual, para luego volver a casa evitando atascos y, por qué no, disfrutando de cada desplazamiento con las ventajas que nos ofrecen las dos ruedas en movilidad y esparcimiento.

Pero como bien sabrás, y aparte de mantener la moto a punto y perfectamente revisada para su regreso a la actividad cotidiana, el equipamiento no será menos importante que la máquina que te mueve de un lado a otro; de hecho, ambos elementos son un «todo en uno» necesariamente inseparables. Una vez lo tenemos claro, deberíamos hacernos la siguiente pregunta, ¿tenemos en condiciones óptimas cada pieza del equipamiento? ¿Recuerdas cómo lo dejaste antes de comenzar a olvidarte de la rutina?

Veamos cuáles son los detalles a los que deberás atender y así rodar tranquilo en tu moto o scooter, sin temor a que nada te falle.

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Cada elemento tiene su importancia

Suele ser un error pensar, por ejemplo, que puedes prescindir de los guantes aquellos días en los que el calor sigua apretando, o de la chaqueta si el recorrido que vas a hacer es corto. Sin embargo, se trata de errores propios de aquellos usuarios a los que nunca les ha pasado nada grave, incluyendo esas «caídas tontas» que pueden conllevar el hecho de pasar un tiempo a la sombra de la habitación de un hospital.

La moraleja es sencilla y directa: cada elemento tiene su importancia y esquivarla no lleva a nada bueno precisamente. Por ello, vamos a fijarnos en los puntos más importantes de tu equipamiento para que compruebes que sigue siéndote útil, conservando sus propiedades intactas para que te puedan salvar de una situación en la que, desgraciadamente, no habrá vuelta atrás.

1. Interior de casco, pantalla y cinchas sin fisuras. Aunque pienses que el casco está diseñado para soportar golpes y demás, no creas que por eso merece un trato despreocupado por tu parte. De hecho, cada golpe que se lleva la calota exterior podría influir en su capacidad de absorción de cualquier tipo de impacto, en función de lo severo del mismo, claro está. De todos modos, evita esos golpecitos en los marcos al pasar por las puertas, al dejarlo sobre la mesa o al caérsete al suelo cuando quitas el antirrobo y lo dejas sobre el asiento. Si tienes desconchada la calota, es momento de cambiarlo por otro y cuidarlo como se merece.

Vigila el almohadillado interior, ya que si está muy cedido por desgaste dejará de ajustar como es debido. Además, hay ciertos acolchados que comienzan a desprenderse por pequeñas piezas, dada su escasa calidad. Tal vez el fabricante ofrezca un interior completamente nuevo para restaurarlo, pero si el exterior lo tienes golpeado e incluso con marcas que anuncien un posible desprendimiento de material, no lo dudes. Busca otro.

La pantalla del casco debe estar limpia y sin arañazos. A fin de cuentas, es nuestra propia capacidad de disfrutar de una correcta visión lo que está en juego. Fíjate también que los anclajes laterales sujeten la pantalla de manera correcta, haciendo todo el recorrido sin amago de atrancarse. Si así fuera, desmóntala y limpia bien todo el mecanismo, engrasando si llega el caso.

En cuanto a las cinchas de ajuste, el desgaste excesivo conlleva un fuerte deterioro en las cubiertas que nos protegen del roce directo con nuestra piel. Y sí, como sucede con otras piezas del casco, también nos está indicando que su vida útil está más que superada.

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2. ¿Dónde dejaste el forro de la chaqueta? Es posible que te parezca pronto eso de pensar en echar mano del forro interior, pero si tu chaqueta para el calor veraniego sigue siendo la mejor aliada en la vuelta al trabajo, piensa que tal vez a primera hora del día el fresco que se cuele por los orificios de tu prenda ventilada sea, digamos, molesto. Ese forro fino que quitaste antes de marcharte de vacaciones tendrás que tenerlo a mano, por si tuvieras que tirar de él.

Del mismo modo que hay veces que el frío molesta, también lo hará colándose por zonas delicadas como el cuello. Los ajustes en este punto deben estar en correcto estado; algo que molesta si no es así, fallando los clips correspondientes, o la hebilla que se descoloca y no tira de la lengüeta, etc. Lo mismo podría decirse del resto de ajustes en brazos o cintura, incluso los bolsillos, con la cremallera central como principal eje de operaciones, nunca mejor dicho. Si el tirador está «entero» y el dentado no ofrece resistencia, seguirás teniendo chaqueta para más temporadas.

3. Los guantes son tu segunda piel: que no se vea la primera a través de ellos. Tal cual. Sobre todo los finos pares veraniegos, sufren con el calor y la sudoración de nuestras manos, por lo que no es tan complicado encontrarte con los guantes muy calados en zonas de mayor contacto con los puños del manillar, a punto de hacerse un agujero o incluso con la perforación ya consolidada; tanto en uno como en otro caso son totalmente inservibles. Si los llevas puestos es como si circularas con nada.

No pases por alto vigilar el estado de los ajustes porque, en caso de encontrarte con un velcro que ya no es capaz de «morder» la lengüeta, nos estará reclamando un recambio inmediato. Sin sujeción no hay protección.

4. ¿Quitaste las protecciones a tu pantalón vaquero de moto? En ese caso, mal hecho… a no ser que lo hicieras para meterlo en la lavadora. Entonces cambia la reprimenda por un aplauso, porque es lo que deberías tener en la agenda de la semana antes de marcharte: lavar toda la ropa de moto y dejarla lista para tu regreso. Ya sabes que todo llega.

No olvides recolocar las protecciones y comprobar que, tanto la cremallera como el botón de cierre, se encuentran en perfecto estado de revista. Si solo dispones de protecciones en las rodillas, tal vez sea el momento de acercarte por tu tienda de confianza para hacerte con un par de cadera y, si el fabricante no dispone de ellas, ¿qué tal buscar un «plan B» para tu estilismo diario, más completo y actual?

5. Lo sufrido del calzado merece una inspección exhaustiva. No sé si tienes la posibilidad de quitarte las botas de moto para ponerte otro calzado más cómodo en el destino, pero si no fuera así, ten en cuenta que al pasar todo el día con ellas el desgaste se acentúa, añadiendo el propio durante los desplazamientos en moto.

Una suela muy desgastada que pierde el dibujo o, incluso, con una inminente perforación , no ofrece garantías en situaciones de agarre comprometido (conducción bajo la lluvia, parches de agua sobre el asfalto en detenciones, etc). Fíjate también en el estado de la cremallera que, probablemente, sufra con los pliegues propios del uso si tu bota es de caña larga. En caso de observar material degradado en dichos pliegues, no lo dudes y búscate otro par, mientras que si tu bota es de caña baja y «funcionas» con cordones, poco se puede hacer aquí, excepto comprobar lo ya indicado: suela en correcto estado de uso y unión de la misma al cuerpo de la bota sin fisuras.