Derbi Senda DRD X-Treme 50R

Para ello, la gama se extiende desde las posibilidades más básicas y económicas con esta X-Treme hasta lo más sofisticado que puedes encontrar en 50 cc con la DRD Pro.

Estéticamente, la DRD X-Treme es una moto radical. Sigue las líneas de la DRD Pro de chasis de aluminio, pero en su caso con un chasis de acero acabado en negro.

Detrás monta un basculante, también en acero, de sección rectangular, con un monoamortiguador que indican sus siglas «DLS», Direct Link System, es de anclaje directo y sin bieletas.

Delante, la horquilla es una Paioli convencional con 180 mm de recorrido, por 182 mm del tren trasero. No son los más de 250mm de recorrido de la «enduro profesional» DRD Pro, pero sí suficientes en un uso off-road de iniciación.

El motor sí es el mismo, un propulsor cuya mejor virtud es una curva de potencia plana y con buenos medios a pesar de su baja cilindrada.

Los frenos se confían a sendos discos de 260 y220 mm, suficientes para los menos de 100 kg de la Senda.

Mandos de luces y demás son elementos de calidad y todos presentan un funcionamiento impecable, aunque la pata de cabra, con muelle que la recoge en cuanto levantas la moto (en el más puro estilo de las grandes motos de enduro europeas), arriesga la integridad de las fibras de la Derbi si no se queda bien extendida o con la moto un poco en cuesta.

Las estriberas del pasajero son plegables, pero su soporte, que baja del subchasis, es soldado. No puedes desmontarlo para un uso 100% monoplaza en campo.

Buen detalle en el piloto trasero de leds. Te ahorrarás cambiarlos porque su duración es mucho mayor que las bombillas convencinales y estéticamente son un acierto.

El cuadro es un poco espartano, tal y como suelen ocurrir en motos de campo, pero escaso si la consideramos trail. Por el uso mixto para el que está concebida, lo es.

El tapón de gasolina queda bajo una pata con llave. Abriéndola tenemos acceso a las palomillas que abren el asiento. Estaría mejor con una cerradura independiente.

En el basculante indica «DLS», es decir, amortiguador trasero anclado al basculante sin intermediación de bieletas.

El motor de esta Senda es uno de los últimos en salir al mercado, con refrigeración líquida y admisión por láminas.

Con suspensiones bien taradas para todo uso, pero para un sólo piloto, con dos levanta un poco «el hocico». Para tramos cortos es válida: el pasajero tiene buen sitio detrás, con el asiento un poco estrecho y duro, y con las estriberas altas pero sólidas.

Al ser metálicas y con el soporte soldado al subchasis, transmite cierto nivel de vibraciones, pero muy soportables.

Copia la estética de la DRD Pro, que con chasis de aluminio y suspensiones largas es una verdadera enduro «a escala».

Esta X-Treme está más pensada como trail para un uso mixto. Así, tiene detalles que se agradecen en el día a día, como el cierre con llave del tapón de gasolina y otros más off-road como sus estriberas dentadas.

Sobre el asfalto se maneja bien y sólo los tacos limitan un poco su comportamiento. En el campo, el motor con buena respuesta en toda la curva es su mejor baza y queda algo limitada por unas suspensiones un poco básicas.