En 1968, Piaggio presentaba una nueva Vespa que hizo historia, con la carrocería y dimensiones de la Vespa 50 de 1963 pero con la motorización de 125. Aquella Vespa Primavera supuso toda una revolución. 45 años más tarde, quiere volver a convertirse en una leyenda.
Compacta y ágil como la pequeña 50, más potente, rápida y ágil que cualquier otra Vespa anterior o contemporánea, aquella Primavera tardó unos años más en llegar a España. Aquí la recordamos con faro cuadrado y algunos detalles que en la gama moderna se ven mejor reflejados en la Vespa S. Pero ha sido con esta nueva Primavera del s. XXI con la que Piaggio ha querido rescatar aquellas impresiones que causó hace ya casi cinco décadas: una Vespa más ágil, rápida y mejor.
No queda nada de la anterior LX. Aunque en las fotos (o incluso cuando estás delante de ella) puede parecer que no hay tanta diferencia, lo cierto es que no hay ninguna similitud entre ellas y todo es nuevo. Es algo más larga, tres kilos más pesada, con nuevos soportes de motor y un nuevo sistema de amortiguación delantera. Lógicamente, siendo una Vespa, sigue pudiendo presumir de ser completamente de chapa estampada, con carrocería autoportante (la carrocería es el chasis) y horquilla de brazo tirado hacia delante.
Se ha cambiado completamente el sistema de anclaje del tren delantero. Ahora ha ganado en precisión de dirección y ello ha supuesto que no hayan querido emplear rueda delantera de 12″, manteniendo la de 11″. Así, el compromiso entre manejabilidad y buena estabilidad de dirección es mejor que antes: apenas pierde agilidad, siendo más estable. También contribuye un sistema de ensamblaje mejorado, con el que han conseguido dotar a la Vespa de una mayor rigidez de chasis
La mecánica sí que era ya conocida. Se monta el nuevo motor de 3 válvulas que se emplea en la 946 y que ya conocíamos de las últimas series de la LX y S, mucho más suave que los anteriores, algo más potente, con revisiones cada 10.000 km y un consumo declarado, para esta carrocería, de 2,12 l./100 km. Con este motor y con la nueva carrocería, se cierra el círculo y la Primavera sustituirá a la LX con la plena seguridad de mejorarla en todo.
Es más amplia para las piernas del conductor. El asiento también mejora y permite buen acceso al suelo, siendo mullido y cómodo. Hay unas nuevas piñas embutidas en unas piezas cromadas que simulan los puños giratorios de las antiguas Vespa. Y un nuevo cuadro que, una vez más, combina a la perfección lo moderno, con una pantalla digital integrada, con lo retro de su diseño y formas generales.
CÓMO VA
Dinámicamente es, en ciudad, la mejor Vespa hasta la fecha. Ligera, no se siente mucho más grande que las anteriores LX. Pero sí que la posición del manillar es algo más alta. Dispones de mucho espacio para los pies y te encuentras cómodo desde el primer momento. Muy estable, la imprecisión inherente al tipo de suspensión delantera que emplea ha desaparecido casi por completo: desde muy baja velocidad se siente estable y noble. Gira bien, no tanto quizá como la LX, pero más que suficiente para catalogarla como muy ágil y excelente ciudadana. El motor, que ya en las LX 3V se destacaba potente, en esta Vespa añade una mejor estabilidad y menores vibraciones gracias a los nuevos soportes de motor, además de seguir sorprendiendo por sus buenas aceleraciones y recuperaciones.
No hemos podido probar todavía en carretera abierta, aunque con un motor ya conocido y sólo tres kilos de diferencia cabe esperar que sus prestaciones sean similares a las de las últimas LX. Lo que sí será mejor es su comportamiento general, puesto que en las pocas curvas que hemos encontrado en esta toma de contacto, las sensaciones son muy buenas: entra bien y mantiene el tipo hasta tumbando con decisión. No obstante, las suspensiones son blandas, aunque esto le convierte en un vehículo muy cómodo en cualquier tipo de calle.
En cuanto a frenos, la nueva Primavera emplea un disco delantero de 200 mm y un tambor trasero. Con esta configuración, el scooter frena muy bien, con buen tacto en ambas manetas y sin perder la compostura ni siquiera apurando con el freno delantero. Por ahora sólo se ofrecerá este tipo de frenos, aunque se ha confirmado que en unos meses habrá una opción ABS. Para ello se está estudiando un nuevo tipo de un sólo canal que permita no tener que modificar el tambor trasero para su instalación en fábrica.
EN CONCLUSIÓN
Desde 1963 existen las Vespa «de carrocería pequeña». Aquella primera 50 cc permitió unos años después la aparición de la Primavera: compacta, ágil y ligera, pero con el motor 125 cc de las de «carrocería grande». Ahora, esta nueva Primavera también busca aquellas ventajas de agilidad y compacidad, pero, esta vez, esto es algo que ya aportaba la anterior LX. Sin embargo, ha mejorado a aquélla en muchos aspectos. Sin perder agilidad ni compacidad es más grande y más estable, y se acerca en estabilidad y comportamiento a las «carrocería grande» actuales, las GTS.
También ha mejorado en terminación, en calidades y en apariencia. Otros detalles no menos importantes, como el hueco para el casco, también se han revisado y ahora cabe bien un integral. Con este nuevo hueco de mayor tamaño, al ser (como siempre) extraíble con sólo tirar de él, se ha conseguido al tiempo un mejor acceso rápido al motor. Y otros detalles, como luces de posición delanteras de leds o trasera de freno también de esta tecnología, hacen que la Vespa Primavera mejore en muchos aspectos a la LX.
Estará disponible en las tiendas en breve, en seis colores, a un precio de 3.499 € en versión de 125cc. Habrá también versiones de 50cc en 2t (2.450 euros) y 4t (2.649 euros) e incluso una 150 cc que no está previsto que llegue a España.
