Vespa Sprint, estrenamos la ‘sport’ con más estilo

Son buenos momentos para Vespa en todo el mundo. A pesar de la crisis (o será porque ya dicen que estamos saliendo), el año 2013 ha sido bueno para este emblema: casi 190.000 unidades vendidas en el año pasado muestran el buen momento de forma de la marca. Además, Vespa es un nombre que pasa ya con creces de los 60 años. Sin embargo, este scooter no para de evolucionar y cambiar para adaptarse a los tiempos.

Cómo es

Ahora le ha tocado el turno de dejar paso a la nueva Vespa Sprint. Piaggio ha sido más ambiciosa a la hora de convertir el chasis estrenado en la Primavera en algo más deportivo y, en este caso, las diferencias con aquélla son más notables que en la evolución de la S respecto a la LX: nuevas llantas de 12″ delante y detrás hacen que la nueva Sprint no sea sólo una Vespa Primavera con faro cuadrado.

Por supuesto, la estética ha cambiado: el faro cuadrado le da una personalidad distinta a la Sprint. Y no sólo eso; el asiento incorpora un bordado distinto, la «corbata» delantera lleva ahora algunos listones en rojo (igual que el amortiguador delantero), cambia también el asa trasera y, por supuesto, las llantas, más grandes y con un diseño completamente nuevo.

En el resto, es decir, chasis, suspensiones o motor, sí son iguales ambas Vespa. Tanto Primavera como Sprint pueden considerarse dos versiones del mismo scooter, sólo que en el caso de la Sprint el comportamiento que consigue con las ruedas de 12″ supera en nobleza y estabilidad al de la Primavera. Y por esto, la Vespa Sprint resulta también más «sport» que la Primavera de la que deriva o que la «S» a la que sustituye.

Habrá tres motores para la Sprint: la 125 de 3 válvulas que nosotros ya hemos probado y que será seguro la más vendida en España y las dos homologadas como ciclomotor que también existen de la Primavera: una 50 2T con motor de la serie Hi-Per2 y la 50 4T, con el motor de cuatro válvulas que resulta el más potente de los 50 4T del mercado, con 4,35 CV.

Cómo va

Una Vespa no es un scooter deportivo. por mucho que se empeñe nadie y a pesar de que en la presentación realizada en Roma quisieran «emparentarla» con aquella Vespa SS (Super Sprint) de finales de los 60 que, con un falso depósito entre el asiento y el manillar y la rueda de repuesto entre las piernas del piloto, quiso ser la más deportiva de las Vespa de la historia. Pero sí es cierto que esta Sprint mejora aún más su comportamiento dinámico sobre la Primavera, de la que deriva. Las ruedas de 12″ se notan: es más estable a cualquier velocidad y apenas pierde agilidad.

Tiene buena respuesta desde abajo. Sin brusquedades, pero con buena salida si es lo que buscas, la Vespa Sprint hace gala de mucha agilidad gracias a estos buenos bajos, buen radio de giro y a su estabilidad mejorada por las ruedas de 12″. Lógicamente, en una ciudad como Roma no pudimos comprobar su velocidad máxima, pero sí que vimos que acelera muy bien en los semáforos. A fin de cuentas en un scooter ciudadano, es lo más importante.

Se han rediseñado los anclajes del sistema de suspensión delantera. Ahora lleva rodamientos y el anclaje del amortiguador es longitudinal (antes transversal). Así han conseguido que desaparezca por completo la sensación de ligereza excesiva del tren delantero de las anteriores LX y S. Los frenos siguen encomendándose a un disco delantero y un tambor trasero. Cumplen, pero no esperes una frenada de deportiva. Cómoda, el asiento es mullido y la posición de conducción es tan natural como en cualquier Vespa moderna. El equipamiento es justo, un mal endémico de la gama Vespa: se emplea el justo para «aprobar» y así, por ejemplo, no lleva una pata de cabra, tan útil en ciudad. En el volumen de carga ocurre lo mismo: cabe un casco integral bajo el asiento, siempre que su calota no sea muy grande, porque van muy justos. Delante, eso sí, encontramos la práctica y gran guantera típica de las Vespa.

Sus precios son los siguientes:

125 cc: 3.799 €

50 2T: 2.770 €

50 4T: 2.870 €