Prueba Rieju Century 125: el mejor homenaje
Rieju es la marca española más veterana que aún dispone de factoría en nuestro país. Sigue el patrón de empresa familiar que tantos ejemplos de éxitos ofreció en España en muy diferentes ámbitos económicos en el pasado. En la actualidad, Jordi Riera oficia como tercera generación de una empresa que comercializa el 80% de su producción fuera de nuestras fronteras.
Especializada durante las décadas más recientes en modelos de 50 y 125 cc, tanto de carretera como de campo, y con incursiones en el segmento scooter, se echaba en falta su participación en uno de los sectores más en boga en nuestros días: las motos retro. Y resultaba especialmente sorprendente que con el respaldo de su historia se mantuvieran ajenos a esta tendencia.
Así ha sido hasta el lanzamiento en el pasado Salón de Milán 2017 de la Rieju Century 125. Como no podía ser de otro modo, la referencia está vinculada a su extenso pasado. En concreto, toma sus líneas de la Rieju 175 de 1956, un modelo popular en una España cerrada por el proteccionismo a la entrada de las entonces universales referencias europeas. Fíjate en el logotipo del depósito, heredado del presente en los modelos de la marca de mediados del siglo pasado, todo un plus de prestigio y distinción.
A pesar de su concepto Heritage, los componentes de vanguardia se extienden por todos sus rincones. En este sentido destaca la posibilidad de personalización que Rieju ofrece desde 2001 de la mano de un configurador que permite infinidad de combinaciones de componentes y decoraciones. De este modo se consigue adaptar el espíritu e imagen de la Rieju Century 125 a los deseos de su propietario, con variantes extremas que elevan al máximo exponente su sentido más retro.
CÓMO ES LA RIEJU CENTURY 125
La nueva Rieju Century 125 rezuma estilo y calidad por todos sus costados. Se sitúa en la zona más Premium de este terreno, compartiendo más que espacio vital con la máxima referencia hasta ahora, la Mondial HPS 125. No en vano, ambas se comercializan prácticamente al mismo precio (3.495/3.499 €) y comparten base de motor. Se trata de una unidad Piaggio dotada de culata de cuatro válvulas y refrigeración líquida que eleva su potencia a 15 CV, el máximo permitido por la legislación para su conducción con tres años de experiencia al volante.
Rieju fabrica sus propios componentes en numerosos aspectos: moldes, inyección de plásticos, asiento, faro, horquilla, pilotos, intermitentes, diseño, decoración… Esto le otorga una personalidad totalmente diferente a todo lo presente en un mercado marcado por el monopolio de los productos «made in China». Toques de estilo del más alto nivel se observan en su escape con silenciador doble o en el sistema independiente de anclaje de la matrícula.
En su parte ciclo también destaca con peculiaridades como la horquilla invertida con barras de 40 mm de diámetro o un sistema de suspensión trasera dotado de sendos amortiguadores equipados con depósito de gas independiente que permiten la regulación de precarga de muelle. De esta manera se puede modificar su dureza para acoger de forma más adecuada un acompañante.
El estilo Vintage se mantiene en su instrumentación, con una esfera única al modo más clásico que, no obstante, presenta un matiz plenamente actual dada su configuración 100% digital. En esta línea también se incluyen su asiento corrido, faro delantero con corona plateada o neumáticos con profundo dibujo. Por el contrario, otro contraste neo-retro queda patente en el empleo de discos de perfil ondulado, frenada que recurre a un sistema combinado CBS.
CÓMO VA LA RIEJU CENTURY 125
La ocasión de estrenar en acción la Rieju Century 125 la hemos tenido en las carreteras alrededor de la ciudad barcelonesa de Sant Sadurní de Noya. Nada más subirte a su asiento te encuentras trasladado a otra época de la misma forma que te anuncian sus líneas a medida que te aproximas a ella. El ancho manillar te dibuja una ergonomía poco habitual en motos 100% de asfalto, pero plena de comodidad también gracias a un asiento muy cómodo de mullido y formas más unas estriberas situadas en posición muy confortable. Tan solo choca el contacto de los filos superiores del depósito con el interior de los muslos, al menos si tu altura es de alrededor de 1,80 m. Esto te obliga a abrir las rodillas más de lo que harías en un depósito más convencional, sobre todo si estuviera dotado de las clásicas hendiduras laterales.
Retiras la pata de cabra (afortunadamente sin el sistema de muelle automático de la otra novedad naked de Rieju para 2018, la Strada 125) y al pulsar el botón de arranque nos descubre un sonido de motor y escape bastante agudo para lo habitual en su segmento. Este refinamiento pasa también por el accionamiento de todos sus mandos. Las piñas son bastante convencionales, aunque de superior calidad que en su hermana económica Strada 125. La instrumentación refleja la información dispuesta en el panel digital de forma muy clara, aunque los chivatos repartidos en su parte exterior son difíciles de apreciar a plena luz del sol. Únicamente se echa en falta el indicador de marcha engranda de la que sí dispone dicha Strada.
La inserción de las marchas es correcta y el accionamiento del embrague es perfectamente progresivo para rodar tranquilamente en ciudad, donde te beneficias de unas salidas tan consistentes como desees gracias a su enérgico motor. En carretera puedes subir marchas sin miedo a fallar ningún cambio a pesar de no tocar la maneta izquierda. Es la mejor manera de explorar los límites de su potente monocilíndrico, capaz de obsequiarte con un plus de empuje cuando el cuentavueltas alcanza la cota de 8.000 rpm y sin desfallecer hasta el corte de encendido situado poco después de las 10.000 rpm. Esta transición no es muy brusca y te invita a cambiar de relación y seguir disfrutando de su logrado sonido.
El radio de giro no se ve dificultado por la presencia de su ancha horquilla invertida. Es muy fácil maniobrar con ella gracias a su ancho manillar, lo que consigue que la inserción en curvas o el trazado de rotondas o esquinas sea un juego de niños. En marcha, los neumáticos CST con profundo dibujo no molestan en absoluto, pasando desapercibido para la dirección.
La puesta a punto de las suspensiones está al nivel de exigencia del conjunto, con unos reglajes más bien deportivos que se acompañan de una respuesta de frenos a la misma altura, más solvente el delantero que el trasero en términos de progresividad para un conjunto que detiene sus 135 kg con contundencia.
Y gracias a las opciones de personalización accesibles en el configurador de la página web oficial de Rieju, puedes poner la Century 125 a tu gusto con miles de posibilidades. El límite lo pondrá tu imaginación.
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