Qué pasa con las motos de hidrógeno: ¿son el futuro o una moda pasajera?
Las motos de hidrógeno, efectivamente, podrían representar el futuro de manera más clara que el sector del vehículo eléctrico. Hace unos años no era difícil encontrarte también con motores «de agua» u otras soluciones que sonaban hasta a ciencia ficción…
Recuerdo haber escrito, allá por 2015, cómo las baterías de grafeno eran ya una realidad y que varias marcas de coches, realmente importantes, iban a dejarse cantidades ingentes de dinero en ello. Así, en menos de 5 años tendríamos coches eléctricos que se recargarían en diez minutos con energía suficiente para 1.000 kilómetros, nada menos…
¿Tú has visto algún coche así? Pues yo tampoco. Y el problema del grafeno sigue siendo el mismo: parece ser que sí, una batería de grafeno sería una gran solución, pero su coste sigue siendo inasumible en un vehículo de corte medio. Recuerdo haber escrito también en aquella época sobre un deportivo que consumía sólo agua, y que también debería llevar años rodando… y nada.
Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODOS LOS MODELOS DE MOTOS Y SCOOTER del mercado
Motos de hidrógeno como alternativa
Se habó incluso sobre cómo una marca norteamericana solucionaba uno de los graves problemas del hidrógeno: había pasado la prueba de pegarle cinco tiros a un depósito de 70 litros de este gas sin que explotase. Salvo el Toyota Mirai y algún otro más, creo que tampoco hay de momento muchos vehículos de hidrógeno.
Pero sí, parece que el futuro pasa no sólo por lo eléctrico, sino también por lo gaseoso. Lo cierto es que para el usuario de a pie todavía no hay nada claro. Los coches eléctricos parecen pasar por momentos delicados, ya que muchas marcas han apostado por ellos y ahora se les acumulan los stocks.
¿Por qué? Porque no acaba de convencer ni por sus problemas de autonomía y recarga ni por su utilidad a largo plazo. Un coche de gasolina con 10 años y 200.000 km tiene un valor en el mercado de segunda mano. Los coches eléctricos, no. De acuerdo, si quieres, quizá valgan algo, pero tienen una vida mucho más limitada, como es lógico.
Los de hidrógeno también tienen problemas. El hidrógeno bajo presión, tal y como se mantiene en el depósito, es muy explosivo, lo suficiente como para hacer realidad las escenas más violentas de las pelis malas de hace unos años; un golpe en un semáforo y vuelas una manzana entera. Pero también tienen ventajas.
¿Cómo funciona un motor de hidrógeno?
La primera es que es barato de obtener y, si no infinito, sí muy abundante. La segunda es que se puede usar de dos formas con la tecnología actual: meterlo en una pila de combustible, en la que se convierte en electricidad y con ella mover un motor eléctrico, o puedes quemarlo en un motor de combustión interna muy similar a uno actual de gasolina.
Y no contamina en ninguno de los dos casos. La segunda gran ventaja es que la industria aeronáutica parece tener claro que su futuro sí les conduce hacia esto. El problema de que explota es algo que ya ocurre en los aviones con su combustible actual, por lo que es algo asumible. Y si la aviación está desarrollando tecnologías de depósitos, tuberías y motores para emplear este gas, lógicamente es tecnología que los fabricantes de vehículos podrán aprovechar.
Pero no es nuevo esto del hidrógeno en el mundo de la moto. Hace unos años, no recuerdo, pero más de 10 seguro, que Suzuki llevó a varios salones un Burgman Fuel Cell. Era un prototipo y sí, seguramente tenía un problema con la presión del depósito y lo que puede ocurrir en una caída.
Lo cierto es que era un «proto» funcional al que le repostabas hidrógeno y, a través de una pila de combustible, generaba electricidad que facilitaba su movimiento. Por cierto, llevaba carrocería de un 200 el que pude ver en Milán. Pero sí, tiene futuro esta tecnología o al menos, eso parece en este momento.
Acuerdo entre los grandes
De hecho, los cuatro grandes japoneses, Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki firmaron no hace muchas fechas un acuerdo de colaboración para el desarrollo de esta tecnología. Su fin es producir motores de hidrógeno para su empleo en motocicletas y en otros vehículos «light» como buggy, cuadriciclos, coches ligeros, motos de agua, etc.
Se llama HySE, algo así como Hydrogen Small Mobility & Engine Technology, y seguro que en parte pueden aprovechar la experiencia de Suzuki con aquel Burgman Fuel Cell. Además, parece ser que también Toyota aportará su experiencia en este campo, amplia, puesto que aunque con cuentagotas, siguen vendiendo ese Mirai que ya es un coche real de hidrógeno.
Pero por supuesto es Kawasaki la que hoy día tiene más avanzado este particular. En principio se hablaba que en 2024 veríamos en las tiendas de la marca verde una Ninja H2 Hydrogen. Efectivamente se trata de una H2 motor Supercharged de 200 CV y sus formas y líneas generales, excepción hecha de las dos maletas laterales que trae de serie.
Supongo que ya habrás adivinado qué son realmente: sus depósitos de gas. Cuando vea la moto en los concesionarios me creeré que llega en 2024, porque entre otros problemas, si te la compras, ¿dónde repostas hoy por hoy? Pero bueno, lo cierto es que todo puede ser.
¿Las motos de hidrogeno son mejores que las eléctricas?
En mi opinión, el hidrógeno sí tiene futuro. De hecho, tras haber probado muchas de las motos eléctricas en producción actuales tengo la convicción que, con la tecnología de hoy, la solución de las baterías eléctricas recargables con el enchufe tiene una utilidad relativa. Mayor que en el caso de los coches, sin duda.
En la moto, todo lo que es movilidad urbana (ciclomotores, scooter de hasta media cilindrada y motos ligeras) sí tiene un futuro brillante, y además a no muy largo plazo, porque ya encuentras ciclomotores eléctricos que igualan en prestaciones a los de gasolina (no en autonomía, por supuesto, pero sí con la suficiente) y al mismo precio que sus congéneres de explosión.
Y ya comienzan a llegar algunos vehículos equivalentes a los 125 que ya no duplican el precio de uno de gasolina, sino que se acercan mucho a estos, lo cual empieza a ser realmente interesante. Estos, llegarán.
Pero eso no ocurre con las motos grandes, porque ni por autonomía ni por precio se asemejan ni pueden competir. Y si la industria del automóvil (como vemos, la aeronáutica y la propia de la moto) prefieren invertir para estos casos en el hidrógeno mejor que en lo eléctrico, pues ya sabes qué tendrá mejor futuro.
Por cierto, otra investigación en la que más de una marca grande se está dejando muchos cuartos es en combustibles sintéticos para nuestros, todavía queridos, motores de explosión. Otra vía que deberá tenerse en cuenta en un futuro más bien próximo.