AMDA sobre la moto: “la protagonista de una movilidad sostenible y segura”

La moto, y toda su industria, se erige como uno de los principales motores hacia la nueva movilidad. Y no sólo en materia de sostenibilidad, si no también en niveles de ventas. Mientras el sector de las cuatro ruedas sigue estancado (y en cierto modo, rodeado de polémica por la prohibición de vender turismos nuevos con motor de combustión a partir de 2035), en el mercado de las motos la situación es otra.

Precios y ofertas de todos los modelos que hay en el mercado

En términos de ventas, el nivel previo a la pandemia está a punto de superarse; y esto se debe a que el ciudadano ha entendido que esta clase de vehículos está llamada a ser la alternativa frente al coche. Son más baratas en todos los sentidos y ofrecen más diversión, amén de otras ventajas como la movilidad urbana o el aparcamiento. Pero también mayor seguridad, gracias a la completa dotación tecnológica que los modelos modernos aglutinan en la actualidad.

Conscientes de ello, la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción (AMDA) ha reconocido el buen estado de salud de este segmento, reconociendo que la motocicleta “esta llamada a ser la protagonista de una movilidad sostenible y segura reduciendo a la mitad su antigüedad media”.

AMDA creará una división específica de motos para promover su uso adecuado

El primer paso de AMDA ha sido la creación de un departamento específico de motocicletas, cuyo fin último será promover su correcto uso a través de diferentes acciones como cursos de formación o campañas de concienciación. En cuanto a la edad media del parque motero en Madrid no es excesivamente alta. De hecho, según datos de AMDA, está en torno a los 10 años de edad. Del total, unas 350.000 motos circulando por la Comunidad de Madrid, el 43% tienen más de 13 años de antigüedad.

En relación con este último punto, Javier Garoz, presidente de la División de Motocicletas de AMDA, apunta que “según los últimos datos se venden dos motos de ocasión por cada moto nueva con el agravante de que el 60% son motos con más de 10 años. Si realmente queremos seguridad y sostenibilidad, facilitemos el acceso a motos más limpias y con mejor equipamiento, fomentando la adquisición de motos más modernas y promoviendo la venta de motos con menos de siete años de antigüedad”.

¿Y qué pasa con las motos eléctricas?

Pese a que la moto eléctrica ha logrado establecerse en el ámbito urbano, no puede catalogarse como sustituta de las motos convencionales en carretera. Tal y como indica Garoz, “las medidas de fomento no deberían ir únicamente orientadas a su promoción. En Bruselas se debaten estos días las medidas de restricción al motor térmico abocándonos a todos a la electrificación del transporte sin remisión”.

Con empresas como Repsol anunciando el desarrollo de biocombustibles más respetuosos, empieza a vislumbrarse, al menos en el sector de la moto, que tendremos un futuro en el que coexistirán motos de combustión y cero emisiones. “El futuro del transporte debería estar basado en la coexistencia de diferentes energías, cada una adecuada según el uso al que esté destinada. Y sobre todo siempre pensando en las necesidades reales de los ciudadanos y los usuarios”, concluye Garoz.