Harley-Davidson Street 750: Fácil rider
En la mítica película Easy Rider (1969), Peter Fonda y Dennis Hopper protagonizan una «road movie» (película de carretera) en la que sus Harley-Davidson ofician de metáfora de la libertad. Si ni tu experiencia ni tu cuenta corriente dan para excesivas alegrías en la búsqueda de tu propia libertad cuando tienes entre tus manos el catálogo Big-Twin de la marca norteamericana, ahora ha llegado el momento de tu redención con la nueva Harley-Davidson Street 750.
Significa un concepto totalmente nuevo en la firma. Por 7.350 €, más que a una fiesta de barbacoa con mayúsculas en la que te sumerges con la gama Sportster, Softail, Dyna, Touring y V-Rod, tienes acceso a un plato de hamburguesas con buena ración de curry. La Street 750 es la única Harley-Davidson actual fabricada fuera de las fronteras USA y ve la luz en la India. Para ello se ha creado un concepto radicalmente distinto a todo lo presente en su gama, con un modelo de cilindrada media (hay una versión 500 que se comercializa únicamente en países emergentes), motor 100% refrigerado por agua y diseño exclusivo, aunque con acabados que distan de los principios Premium que caracterizan los productos de la marca.
CÓMO ES LA HARLEY-DAVIDSON STREET 750
A 2.000 € de distancia de la siguiente Harley-Davidson más barata, la Sportster 883 Iron (9.350 €), debes observarla como lo que es, una moto de iniciación, válida para los que quieren estrenar su carné A2 sobre una leyenda y que no hace distinciones por sexo. Su reducido asiento y fácil manejo la convierten en una opción excelente para féminas, una alternativa poco común en el universo de la marca.
Su imagen desata pasiones entre los amantes de los modelos de corte café racer. Su cúpula y el resto de sus líneas se inspiran en la XLCR 1000 Café Racer fabricada entre 1977 y 1980, un modelo obra del propio Willie G. Davidson. Los fuelles de la horquilla son otro de los rasgos personales de la Harley-Davidson Street 750, un detalle en común con la Sportster 883 Iron. En la parte trasera destaca el faro de LED y su instrumentación se sitúa frente al manillar sobre la tija de dirección con una única esfera de 3,5″ de diámetro. Sobre esta tija se incluye un anagrama grabado como muestra de distinción.
CÓMO VA LA HARLEY-DAVIDSON STREET 750
Esta sensación desaparece en cuanto te subes a su asiento. El manillar ligeramente alto y adelantado te produce la primera descarga de aroma a cuero negro, reforzada con la visión de los logos H-D por doquier (instrumentación y tija) más la amplia superficie de la zona superior del depósito. Llegar con los pies al suelo es pan comido para estaturas dignas de jockey, con una parte trasera de depósito y delantera de asiento muy estrecha para facilitarlo. Las estriberas, muy poco adelantadas para el estándar custom, no molestan en absoluto y en los semáforos podrás disfrutar de forma confortable de la mirada envidiosa de peatones y «enlatados».
Este tamaño XXS tiene su contrapartida para los pilotos a partir de 1,80 m. Quedas tan encajado que tu flexibilidad queda bien puesta a prueba. Mejor calentar músculos antes de subirte… Un relato similar vale para el pasajero, con minúsculo espacio disponible.
Personalidad propia
Las piñas tienes un diseño agradable y práctico, pero la instrumentación es muy escasa. La pequeña pantalla digital solo muestra información de kilometraje, sin opciones básicas como reloj horario o nivel de combustible. A ritmos entorno a 120-140 km/h es sorprendente la protección que ofrece su escueto cupolino. Incluso la manejabilidad es muy digna a cualquier velocidad. Tiene buena «cintura» y la distancia libre al suelo es adecuada, algo que podrían aprender muchas de sus hermanas de catálogo en las que resulta difícil hasta circular por algunas rotondas en las que vas rozando las estriberas o plataformas sin piedad. A paso de persona en ciudad, su bajo centro de gravedad te permite trialear entre coches. A muy bajas rpm, su motor apenas da tirones y la transmisión por correa te permite salir de las profundidades con solvencia.
Mucho de cal y algo de arena
El buen tacto de todos sus mandos te ayuda, con un embrague muy progresivo y un acelerador de largo recorrido, idóneo para pilotos noveles. El cambio también entra en acción con suavidad, incluso en primera. Encontrar el punto muerto no tiene ningún misterio y hasta permite subir marchas sin tocar la maneta de embrague sin aspavientos.
Si nos referimos a su equipo de suspensiones, la horquilla es correcta, un escalón por debajo de unos amortiguadores que están perfectamente regulados para cualquier uso. En los numerosos resaltes para reducir la velocidad en las ciudades ofrece una respuesta muy confortable.
El detalle
La transmisión final mantiene la solución de correa de kevlar tan relacionada con Harley-Davidson. En el mundo de las dos ruedas, tan solo podemos encontrar el parangón de BMW y su esquema bóxer-cardan. En su superficie quedan impresos los logotipos de Harley-Davidson. Su resistencia esta más que contrastada y frente a un sistema de cadena de eslabones convencional, se beneficia de ausencia de mantenimiento.
Hay aspectos en los que la Harley-Davidson Street 750 demuestra que es una recién llegada y como tal, necesitará evoluciones posteriores para limar puntos concretos. El más urgente es la frenada. El único disco delantero se muestra insuficiente para detenerla en situaciones de emergencia como la que te encuentras un día sí y otro también en la vorágine del tráfico de las grandes ciudades. Además, el trasero parece un componente de adorno, con un recorrido de pedal excesivo. Los americanos tendrán que pensar en instalar un sistema ABS si quieren seguir comercializándola a partir de 2017, cuando será un componente obligatorio.
Algunos detalles fácilmente mejorables radican en el sistema de cierre del depósito (te quedas con él en la mano al repostar) o la exposición de la instalación eléctrica, con cables y clemas a la vista de forma demasiado económica, o la instalación de los espejos retrovisores, incapaces de mostrarte lo que ocurre a tus espaldas. Otros tienen solución más complicada, como el acabado de soldaduras o el pintado del chasis, de difícil convivencia con la tradición que se ha forjado H-D en sus más de 100 años de existencia.
Por forma de andar como por imagen, ¿quién te iba a decir a ti que podías sentirte un miembro de pleno derecho del club más exclusivo del mundo sobre dos ruedas por una cuota de inscripción de poco más de 7.000 €?
Lo mejor… | Mejoraría con… |
Respuesta de motor | Frenos más contundentes |
Manejabilidad | Acabados |
Imagen exclusiva | Visión retrovisores |
FICHA TÉCNICA
Motor
4T, 2 cilindros en V; agua
Cilindrada
749 cc
Potencia máxima
N.D.
Par máximo declarado
59 Nm a 4.000 rpm
Cambio/Transmisión
6 velocidades/Correa
Chasis
Tubular acero
Suspensión delantera
Horquilla telescópica
Suspensión trasera
2 amortiguadores
Freno delantero
1D.
Freno trasero
D.
Neumático delantero
100/80-17
Neumático trasero
140/75-15
Entre ejes
1.535 mm
Altura asiento
710 mm
Capacidad depósito
13,2 l.
Peso declarado
206 kg (en seco)
PRECIO
7.350 €
Así la vemos
El hábitat natural de la Harley-Davidson Street 750 es la ciudad, valga la redundancia. La viveza de su motor hace que se adecue a cualquier circunstancia del tráfico con precisión, apoyado en una notable agilidad y manejabilidad lejos de la pereza clásica de los modelos custom tradicionales. Lástima que los frenos no estén a la altura. Por sonido no parece una H-D «de verdad», pero transmite una imagen muy cívica, lo que nunca viene nada mal. La reducida altura de su asiento será la panacea para muchos usuarios que se estrenan con una moto en la ciudad.
Saliendo a carretera, sorprende el reducido envite del viento en tu contra, aunque no es una elección si tienes pensado recorrer largas distancias en autovía, sobre todo por posición de conducción. El motor se mantiene vigoroso hasta que la aguja alcanza la cota de los 160 km/h y la llanta delantera de 17″ permite una trayectoria precisa en secciones reviradas.
El sufrido pasajero solo estará dispuesto a desplazarse por cortos recorridos urbanos, si quieres mantener su amistad. Y en cuanto a equipamiento, carece de ABS ni siquiera en opción, su instrumentación es francamente escasa y las manetas no son regulables en distancia al puño. Por otro lado, los LED traseros dan un toque de modernidad que contrasta con su concepto más clásico.