Lecciones de vida

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Lecciones de vida
Ismael Bonilla
Ismael Bonilla
Hoy no se cómo empezar, porque quiero decir muchas cosas, pero tampoco quiero escribir la Biblia. Después de 22 años disputando campeonatos regionales, nacionales, europeos y hasta mundiales...he visto de todo; pero nunca he vivido un fin de semana tan desalentador, con tanta mala suerte, y diría que hasta cruel, como el que hemos vivido este fin de semana con Manu en el CEV de Cheste. Nunca.


Creo que mi primera carrera en minimotos fue por 1991 y hasta el año 2013 estuve compitiendo casi ininterrumpidamente. Desde campeonatos regionales, nacionales, europeos y hasta mundiales. Con las motos más pequeñas, hasta las más grandes. En esos 22 años como os podéis imaginar he vivido de todo; algunas alegrías, y muchas más decepciones…roturas mecánicas, caídas y lesiones, penalizaciones…injusticias y sinsabores. Todo esto forma parte del motociclismo. Quien no esté dispuesto a sufrir que no se haga piloto de motos.

Pero nunca he vivido un fin de semana tan desalentador, con tanta mala suerte, y diría que hasta cruel, como el que hemos vivido este fin de semana con Manu en el CEV de Cheste. Nunca.

Deberíamos haber empezado a entrenar el jueves como la mayoría de nuestros rivales, pero no fue posible y nos plantamos el viernes en el circuito. Empezamos mal, con un día de retraso, pero es que continuamos aún peor. En la primera sesión Manu sufrió una caída más por culpa nuestra que suya. Los Mecas a toda prisa a reparar la moto para el segundo libre. En el segundo libre, por amor propio de ver a sus rivales con más ritmo, Manu volvió a caerse. Un poco de daño e inflamación en el codo y aturdimiento general…nada grave. Otra vez a reparar la moto a toda prisa para el tercer y último libre. El tercer libre lo terminó sin incidentes, pero lejos de la cabeza por falta de vueltas y ritmo.

El sábado, el primer crono lo perdimos casi entero, por un par de chorradas técnicas fruto de acabar la moto tan tarde el día anterior. De momento el 18 en parrilla. Inviable para Manu. En el segundo crono había que dar el callo a la vez que poner la moto a punto. Se salvaron los muebles. El 10 en parrilla a 0.9 de la pole.

Lecciones de vidaLa primera carrera era el sabado por la tarde. Manu por fin hizo una salida espectacular, por primera vez este año, y en la segunda vuelta ya estaba en el grupo de 5 pilotos, los tres de Estrella Galicia y otro del ETG, a bastante distancia del 6º. En aceleración perdía, pero en velocidad punta y sobre todo en las frenadas (increíbles) recuperaba. Pero en la 7ª vuelta se rompió el hidráulico de la horquilla (la primera vez que lo veo) y tuvo que retirarse, intentó seguir en pista pero perdía muchas posiciones y era muy peligroso. En el equipo le pusimos BOX. Sinceramente, creo que el podio como poco lo hubiera conseguido. Quedaba el consuelo que el domingo había una segunda carrera.

No fue tarea fácil reparar la horquilla. Los mecánicos acabaron pasada la media noche (otra vez). En el wurm up confirmamos que la moto iba bien. Llega la carrera y se produce un calco del día anterior. Manu hace una gran salida desde la posición 10, y en solo una vuelta ya va el 5º a rueda de los tres pilotos del Estrella Galicia y el piloto de ETG. Pero en la entrada de la recta de arriba otro piloto se precipita, se mete por donde no hay hueco y tira a Manu al suelo. Otra vez lágrimas, impotencia y rabia.

A ese piloto que ha tirado hoy a Manu (que no diré su nombre, pero que espero que lea esto) por un exceso de agresividad y fogosidad en la segunda vuelta, le diría que tiene que relajarse un poco también por su bien, porque esa acción hoy «le ha salido bien» ya que ha podido continuar su carrera (aunque ha caído más tarde), pero en otra ocasión puede salirle más caro. Son muy jóvenes, y un error lo puede cometer cualquiera. Sin problema. Pero a este chico, y sobre todo a sus padres, les diría que cuando por un error propio se tira por la borda todo el trabajo y la ilusión de otro piloto y todo su equipo (tiempo, dinero, esfuerzo, etc…) lo menos que se debe hacer es ir a pedir disculpas al rival. Eso se llama deportividad y educación.

Dicho esto…

A ti Manu: muchas gracias por dar siempre el máximo en los momentos más difíciles, por ser tan rápido como el que más aunque lo tengas todo en contra, por tu talento infinito del que ya es consciente mucha gente (cada vez más), por no venirte nunca abajo y por mantener a todos los que te acompañamos con un nivel de fuerza y energía que sólo tu puedes hacer que salga. TE PROMETO que todos estos sin sabores de una manera u otra te van a ser recompensados en el futuro.

Al equipo: Felix, Fafa, Pakito…chicos, este fin de semana me habéis dejado sin palabras. Nunca había visto currar tanto en un fin de semana, hasta tan tarde, sin apenas descansar y sacando las energías de no se donde coño. Gracias por todo lo que hacéis por Manu (e indirectamente por mí) y por poner en pista una moto competitiva con los medios que tenemos. Ya veremos la manera, pero tenemos que hacer grandes cosas juntos. Hay que intentarlo.

Y a todos los que de la manera que sea nos apoyáis y venir a vernos a las carreras, también gracias. Algún día estos traspiés serán devueltos en forma de alegrías y triunfos. También OS LO PROMETO.

Hay cosas que valen más que una victoria, y es que la amistad y la unión de toda esta familia vestida de amarillo gracias a Manu… es algo que todos tendremos que agradecerle siempre.

Lecciones de vida

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