Mejor prevenir que curar en MotoGP
Sucedió en Austin y en Jerez. En el GP de España ocurrió cuando acababan de cubrir la vuelta que completaba los 2/3 de carrera, distancia prescrita en el reglamento para dar la competición por finalizada. Afortunadamente, no fue necesario repetir el desacertado procedimiento de una nueva carrera a cinco vueltas visto en las Américas. Reglamentación sobre la que es necesario reflexionar.
En aquella ocasión, sólo faltó media vuelta para cumplirse los 2/3. En consecuencia, los jovencitos de Moto3 debieron enfrentarse a una nueva salida para cubrir únicamente cinco vueltas. La once anteriores quedaron anuladas por reglamento. No sirvieron para nada los esfuerzos y riesgos tomados. Desafortunada medida.
Por una parte, dar por baldías las once vueltas de una carrera por sólo media vuelta restante parece un despropósito. Por otra, alinear a los fogosos cadetes, faltos de experiencia y temple, para jugárselo todo a cinco vueltas, es una temeridad. Resumir todo un GP a una carrera al sprint, en plan carrera en cuesta, es restarle notoriedad al certamen.
La lógica y el sentido común han de hacernos ver que el desafío a cinco vueltas entraña elevado riesgo para los pilotos más jóvenes e inexpertos del paddock. Lo ecuánime, para elevar el factor seguridad, sería programar la segunda carrera a diez vueltas. Y aún debiera irse más allá: volver al antiguo sistema de añadir los tiempos individuales de la primera carrera al resultado de la segunda a diez vueltas. En la actualidad, con el perfeccionamiento de los sistemas electrónicos de toda índole, resulta muy sencillo dar instantáneamente la suma de tiempos y la clasificación en tiempo real a cada paso por meta para facilitar la gestión de la carrera desde el box e informar a los pilotos mediante las pizarras su posición y distancia reales. Por supuesto, también debería informarse al espectador de TV y de los circuitos mediante una columna de tiempos similar a la mostrada en pantalla durante los entrenamientos.
Conviene recapacitar para evitar posibles desastres, andar un paso por delante del riesgo. Mejor prevenir que curar.