Exposición: La moto catalana

Historia de una industria vanguardista

Taber
Exposición: La moto catalana
Fórmula Moto
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Historia de una industria vanguardista

No se trata de una sucursal, sino de una extensión para exposiciones temporales destinadas a divulgar la historia del motociclismo en cualquiera de sus facetas

. Ha abierto puertas con ancestral temática bajo el título -La moto catalana: Historia de una industria vanguardista-, cuyos orígenes se remontan a 1904 cuando el pionero Miquel Villalbí fabricó la primera moto de nuestro país.

De las cinco unidades producidas entonces y vendidas a 1.200 pesetas cada una (10 -), únicamente se conserva el ejemplar expuesto en la exposición inaugural del museo.

Sólo esta singular pieza de 4T y 430 cc justifica la visita al MMB. Pero hay muchos otros ejemplares rescatados del olvido, pequeñas joyas restauradas con extraordinario rigor para deleite del visitante motociclista.

Son setenta ejemplares sobrevivientes al paso de los tiempos para dar histórica muestra de la trayectoria industrial motociclista en Cataluña.

Al lado de aquella remota Villalbí lucen radiantes las Salvador, Fusté, Lutétia, Patria, Simó y Alpha de la década de los felices -20 como muestra de la historia primigenia del sector.

Junto a ellas, otras efímeras marcas reviven sueños industriales de una época de carestía y opresión que ahogó la gallardía de apasionados motociclistas convertidos en aventureros empresarios con el objeto de poder disponer de moto para uso propio y también para satisfacción de ajenos.

Con este espíritu se iniciaron en la fabricación de motos los entonces pilotos Julio Fusté (1924), Miquel Simó (1928) y Nil Masó (Alpha,1923), a la par que los industriales Salvador (1921), José Sugrañes (1928) y Antonio Serra (1929).

A esos avanzados a su tiempo les sucedieron, en la posguerra española, una larga lista de audaces con la decidida intención de motorizar el país de la misma forma que se estaba realizando en Italia, Alemania, Francia e Inglaterra recién salidos de la Gran Guerra Mundial.

Pero la carestía de materiales e inexistencia de industria auxiliar a este lado de los Pirineos puso escollos insalvables a las iniciativas privadas y muy pocos sobrevivieron.

De aquellos intrépidos han quedado muestras vivas como testimonio de la historia gracias al empeño y buen proceder de esmerados coleccionistas capaces de dar nueva vida a los pilares de la que fue industria vanguardista catalana.

Hoy, las Ardilla, Taber, Aleu, Evycsa, Dunjó, Dusco, Narcla, Clúa, Dian, Edeta, Gimson, Belfi, Reddis, Ducson, Rex, Mymsa, Ruter, Cremsa, Huracán, Mavisa, Sanson, y Gobern, son grandes desconocidas que salen de nuevo a la luz para perpetuar el recuerdo de quienes pusieron los pilares del sector junto a las más longevas Montesa, Ossa, Bultaco, Sanglas, Derbi y Rieju, asimismo presentes en la muestra que ofrece el Museo de la Moto de Barcelona hasta junio 2012.

Visita ineludible para que los motociclistas de ahora conozcan el ayer en todo su esplendor, mientras otra exposición temática será anunciada en primavera.

Museo de la Moto de Barcelona

Carrer de la Palla, 10 – 08002-Barcelona – Telf: 933 186 584 – Entrada: 6 — Tarifas especiales para grupos, estudiantes y jubilados.

Belfo 50 cc – 1958

Belart y Fibla, mecánicos de motores con aficiones motociclistas, construyeron en 1955 una interesante 50 cc con chasis -monocasco- de chapa estampada y motor adosado al buje de la rueda trasera, soluciones entonces vanguardistas que posteriormente han tenido continuidad industrial en grandes marcas.

En la actualidad, la mayoría de motos eléctricas también transmiten la potencia directamente a la rueda trasera sin mediación de cadenas ni correa.

Fueron precursores de conceptos que en su tiempo no resultaron comprendidos. Finalizaron su actividad en 1960.

Belfo 50 cc - 1958

Rex 65 cc – 1955

Rex 65 cc - 1955El ingeniero Wilfredo Ricard, procedente de Alfa Romeo y padre de los famosos deportivos Pegaso, diseñó en 1953 un motor auxiliar (con cilindro invertido) para bicicletas con transmisión a rodillo directo sobre la rueda trasera.

Posteriormente lanzó el ciclomotor completo con chasis de chapa estampada y transmisión por cadena que, por llegar tarde al competido mercado, no tuvo el éxito deseado. Cesó la producción en 1960.Rex 65 cc - 1955

Taber 125 cc – 1954

Taber 125 cc - 1954Con la intención de ofrecer un medio de transporte económico y fiable, la barcelonesa Taber lanzó en 1952 un modelo con modernas soluciones técnicas y propulsado por motores Pons que inmediatamente sustituyó por uno de realización propia (125 cc 2T) como el expuesto en el MMB.

En 1955 finalizó su actividad industrial.Taber 125 cc - 1954

Clúa 175 cc – 1955

Clúa 175 cc - 1955

Construcciones Mecánicas Clúa, S.A. inició su actividad industrial motociclista en 1949 con una 75 cc bajo la marca MC que luego cambió por la CMC con dos modelos de 49 y 65 cc. antes de lanzar la marca Clúa con una amplia gama de modelos en las cilindradas de 50, 75, 125 y 175 cc que alcanzaron notable aceptación.

Fabricó, bajo licencia, los motores italianos Alpino, también montó series con los Hispano Villiers y un tercera opción con motor de diseño propio al que corresponde la unidad de la fotografía.

En 1962 cerró puertas a causa del fiasco ocasionado por su empeño de fabricar un microcoche de escaso éxito comercial.

Narcla 125 cc – 1957

El gerundense Narcís Clarà, fabricante de maquinaria con fundición propia, también se inicio en 1952 en la fabricación de motos propulsadas por motor 2T y 125 cc de su producción.

Mediante un puzzle de chapas a guisa de carrocería, intentó dar imagen de pulcritud a sus motos. El depósito es de neta inspiración Montesa.

Narcla 125 cc - 1957

Ardilla 125 cc – 1952

Industrias Plata, S.A. inició en 1950 el ensamblaje de una atractiva y elegante motocicleta utilizando componentes de proveedores de la incipiente industria auxiliar catalana.

A pesar del éxito inicial, en 1953 se reconvirtió en la marca Raid pasando la producción a Madrid.

Ardilla 125 cc - 1952

Jymb 50 cc – 1951

Los hermanos Joan y Miquel Badal fabricaron una moto infantil con sidecar recurriendo a la poderosa estética de las Harley Davidson.

Propulsada por el pequeño motor Iresa de 48 cc estaba destinada al alquiler en parques públicos.

La producción fue efímera a la par que costosa debido a su ejemplar realización artesanal.

Jymb 50 cc - 1951