Escuela de pilotaje Sugar Racing: Pasión y dedicación al Motociclismo Andaluz

La llegada del verano trae consigo las vacaciones y, para las jóvenes promesas del motociclismo andaluz, también la tradicional convivencia de fin de curso en el Circuito de Jerez. Este evento anual, que se celebra cada julio, es organizado por Sugar Racing, una iniciativa liderada por su presidente Antonio López, quien inició este proyecto hace cinco años.

El nombre «Sugar Racing» tiene una historia curiosa y significativa. Proviene de la antigua azucarera de Guadalcacín, donde inicialmente entrenaban a jóvenes pilotos. Antonio López relata cómo se gestó la creación de esta escuela, que actualmente acoge a alumnos desde los tres hasta los diecisiete años.

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El primer paso fue ponerse en contacto con la Federación de Motoclubes Jerezanos, donde conoció a su actual compañero de aventuras, José Hermosín. Juntos trabajaron con determinación para encontrar un lugar adecuado para entrenar.

La perseverancia y esfuerzo dieron sus frutos en 2019, cuando recibieron la noticia de que tendrían un espacio privilegiado dentro de las instalaciones del Circuito de Jerez- Ángel Nieto. Antonio comenta, «la situación de la escuela va bien, aunque nos sigue haciendo falta más ayuda«. Actualmente, el Excelentísimo Ayuntamiento de Jerez de la Frontera es una de las instituciones que apoya esta iniciativa, pero los monitores siempre están receptivos a cualquier ayuda adicional de empresas privadas o instituciones para seguir expandiendo el proyecto.

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José Hermosín subraya la pasión con la que trabajan, a pesar de los medios limitados. «Aquí trabajamos por pasión, pero nuestros medios son precarios. Viene un niño a probar y tenemos una mini bike donada, muy antigua, que hemos ido arreglando poco a poco, pero sí que es verdad que tenemos escasez de material«. Las instalaciones, que estaban abandonadas, han sido recuperadas poco a poco por los directores del proyecto.

Sin embargo, Hermosín señala las dificultades adicionales que enfrentan los niños que quieren practicar este deporte. «Si tienes un hijo que quiere jugar al fútbol, en la ciudad hay infinidad de campos para practicar; sin embargo, no ocurre lo mismo con los deportes de motor«. Los responsables del proyecto esperan que en el futuro más instituciones o empresas privadas apoyen el futuro del motociclismo en la provincia.

De igual manera, también hay posibilidad que los adultos puedan compartir la experiencia de pilotaje con los más pequeños. Como es el caso de Fernando y su compañero Luis. Para ellos, el verdadero motor de su participación radica en la conexión familiar y en la convivencia que han desarrollado en la escuela.

“La motivación principal es la familia, porque aquí estamos prácticamente como en una gran familia”, explica Fernando. La sensación de pertenencia y la relación cercana entre los miembros son aspectos fundamentales para ellos. “Puedes tener moto, puedes venir con tu familia y siempre pasas un día espectacular”, añade.

La figura de Antonio, el presidente, también juega un papel crucial. “No es solo porque esté delante, sino porque realmente lucha por nosotros”, comenta Fer. Según él, Antonio ha sido clave en la creación de un ambiente familiar y unido.

El que entra de fuera puede percibir el ambiente familiar de la convivencia del grupo, se siente en el ambiente. No son solo amantes del motociclismo; son una familia unida por pasión y compromiso. Hermosín recuerda emocionado una anécdota que ilustra este espíritu: «Mi hijo Samuel sufrió un accidente con la moto mientras entrenaba y el vehículo quedó siniestrado. Ese era el menor de los problemas en aquel momento. Pasó un tiempo hasta que decidimos volver y, para nuestra sorpresa, cuando llegamos a las instalaciones, los compañeros le habían arreglado su moto«.

La historia de Sugar Racinges una realidad del poder de la comunidad, la perseverancia y de superación. A medida que crece y se fortalece, la esperanza es que reciba el apoyo necesario para continuar desarrollando el talento oculto de la región y seguir siendo un faro de esperanza y dedicación en el motociclismo andaluz.

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El legado que se hereda de padres a hijos

José Hermosín y Antonio López supieron transmitir el legado a sus hijos, quienes actualmente los acompañan cada sábado. Samuel y Antonio David se conocieron a través de sus padres, quienes solían hablar ocasionalmente antes de fundar la escuela de motociclismo. Aunque no eran amigos íntimos en ese entonces, su relación se consolidó con el inicio de la escuela.

Ambos conservan los recuerdos de sus primeras sensaciones al llegar a la escuela de motociclismo. Samuel (hijo de José Hermosín) rememora aquellos tiempos: “a mí me gustó, porque siempre he estado vinculado a este mundo, de hecho, yo entrenaba en el patio de mi abuela donde no podía hacer nada y, de repente, cambiamos el escenario de entreno por algo mucho mayor. Entrenar en un circuito como este me hacía sentir mucho más feliz”.

Para ambos, la escuela representa un escape de la rutina y el estrés semanal. “En una semana llena de estrés, de estudios, de obligaciones…. Vienes aquí, es una vía de escape de la rutina, pues estás haciendo lo que tú te gusta y además, pasas tiempo con tus amigos, gente que te cae bien y ya eso”, comenta Samuel.

Ambos concuerdan que lo mejor de la iniciativa es que todos están aprendiendo de los demás continuamente. Tal y como confiesa Antonio David, “lo que más me gusta es cuando salimos. Por ejemplo, él y yo salimos juntos, yo me pongo detrás de él y lo adelanto para ir viendo los diferentes estilos. Luego conversamos sobre qué es lo que hemos dicho o hecho, dándole consejos”.

La emoción de ambos jóvenes es notable, creen que el futuro de este deporte se encuentra en auge y con respecto al futuro de la escuela, ambos son optimistas porque creen que hay muchos aficionados en la zona y que, poco a poco, podrá incrementarse el número de la plantilla. Del mismo modo, reconocen el privilegio de entrenar en el Circuito de Jerez – Ángel Nieto.

Tal y como expresa Antonio David, “cuando nos dijeron que íbamos a entrar aquí, dijimos, ¿aquí? Una locura. Porque es el circuito donde anualmente se celebran carreras internacionales, anteriormente solo veníamos aquí para ver competir a los mejores pilotos de los mundiales y cuando nos trasladaron la noticia de que podíamos entrar aquí a entrenar, nos resultó una locura”.

El futuro de la escuela se queda en buenas manos, pues todos los alumnos depositan su confianza en la heredera del testigo de Antonio en un futuro. Ella es Marina Cristóbal, con dieciocho años, uno de los pilares más fuertes en la escuela de motociclismo. Su camino en el mundo de las motos comenzó a los dieciséis años, cuando su padre compró una moto a un amigo, lo que marcó el inicio de su fascinación por este deporte. Desde entonces, no ha dejado de mejorar su moto y de crecer en su habilidad como piloto.

El primer día que Marina llegó a la escuela, se sintió como en casa. “Fue como llegar a un lugar donde me quedé asombrada y me di cuenta que es lo que a mí me gustaba de verdad”, recuerda. La acogida de sus compañeros le hizo sentir inmediatamente cómoda y bienvenida, algo que valora profundamente. Si tuviera que elegir una sola palabra para referirse a la escuela es “compañerismo”. A pesar de que existen escuelas con mejores instalaciones, ella destaca la calidad humana y la camaradería entre los miembros.

Sobre el futuro de la escuela, Marina tiene grandes esperanzas. “Si seguimos mejorando, podríamos tener pilotos que lleguen al mundial”, afirma. Esta visión de futuro es compartida por los veteranos de la escuela, quienes han depositado su confianza en Marina para continuar con el legado de la escuela.

De la cuna del motociclismo a la élite: La prometedora carrera del gaditano ‘David GP’

Desde muy pequeño, el rugido de los motores y la adrenalina de las carreras han sido parte esencial de la vida de David. «Empecé de chico; mi padre montaba la moto, íbamos al circuito, y siempre veíamos las carreras”, aclara ‘David GP’, nacido en Medina Sidonia (Cádiz) en 2008. Esta pasión lo llevó a estudiar la moto, a entrenar y a competir desde pequeño.

 «Ingresé en una escuela, empecé a competir y, desde hacer pódium hasta ganar carreras, fui mejorando”, comenta. Participó en el campeonato de Cuna de Campeones y logró dos veces ser campeón de España en Moto 5, una vez en Pro y otra en Promo. Luego fue tercero en el campeonato de España en PreMoto3 y participó en la Hawkers European Talent Cup, donde quedó noveno en dos ocasiones.

David también valora la importancia de la escuela en su desarrollo, pues aclara, «vengo con mi padre, compartimos tiempo en el hotel y me ayuda mucho estar en la escuela aquí para entrenar. La ayuda económica de los entrenadores es esencial, ya que esto es muy caro. Entre compañeros, nos damos consejos, especialmente los más grandes a los más jóvenes. Creo que la escuela tiene un gran futuro, ya que ha ayudado a muchos pilotos a iniciar sus carreras«.

Ahora, con la vista puesta en el futuro, David se prepara para la próxima carrera en Jerez en septiembre, seguida de Aragón en octubre y Valencia en noviembre. Su objetivo es pasar a Moto3 Junior, aprender y hacerlo lo mejor posible en su primer año para dar el salto a categorías superiores. Y siempre con el respaldo de Sugar Racing.

MARIO PAYÁN

Fotos: Paco de la Corte