Viaje más allá de La Alcarria
La variedad de parajes y poblaciones con encanto que se esconden detrás de cada carretera secundaria dibujada en tu mapa de referencia (¿o eres más de Google Maps?) en nuestro país es infinita. En prácticamente cada Comunidad Autónoma puedes sumergirte en una amalgama de propuestas visuales y sensoriales con sabor propio, y en esta ocasión te ofrecemos una alternativa como auténtica «miel sobre hojuelas».
La antigua N-400
Como punto de partida nos situaremos en la ciudad conquense de Tarancón, perteneciente a Toledo hasta 1833. De origen celtíbero, en la actualidad «La Noble Ciudad» es un nudo de comunicaciones de gran relevancia. En su conjunto urbano destaca el casco antiguo, de calles estrechas con casas solariegas y la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción.
El asfalto está un poco roto en algunos tramos, pero nada que no pueda digerir una moto 100% de asfalto como la BMW R 1200 RS. Tan solo esporádicos ciclistas comparten la soledad de estas vías que permanecen como recorridos de enlace con los pueblos adyacentes. No obstante, debes prestar atención a las posibles entradas y salidas de tractores en su camino a la faena diaria. No están acostumbrados a la dinámica de unos vehículos, los de dos ruedas, que parecen regirse por unas leyes de la física distintas a las suyas. Antes de que piense que vas a llegar a su altura, ya puedes estar ahí…
El Puerto de Cabreja
Uno de los pueblos que merece la pena una visita es Horcajada de la Torre. En el noroeste de pueblo, en la ladera de un cerro, se sitúan sus famosas cuevas. No están habitadas y sus orígenes son romanos, cuando se utilizaban como bodegas para la fabricación de vino.
Antes de comenzar la ascensión del Puerto de Cabrejas debemos atravesar la población de Naharros. Su Iglesia de Santiago Apóstol del s. XI es una de las mejor conservadas del románico rural de Cuenca, destacando sus interesantes ventanales de medio punto.
Regresando del arte a la naturaleza, retomamos el camino hacia Cuenca capital por la N-400. El olfato se sublima en este Puerto de Cabrejas, con un aroma a pino que se adentra por la pantalla del casco. Las curvas de medio radio se suceden en paralelo al trascurso del río Cigüela. La cumbre se sitúa a una altitud de 1.150 m y tienes la sensación de encontrarte en un sitio especial, algo impensable si circulas por la A-40.
En el descenso del puerto, las indicaciones que señalizan la próxima curva parecen más diseñadas para aviones que para vehículos. Se superponen para resultar visibles en la distancia, lo que debes «leer» como una prueba fehaciente de peligro inminente. Contrasta esta virtud con la desidia que se muestra en otros tramos, donde la vegetación se ha «tragado» las indicaciones, dejando al conductor huérfano de información.
Cuenca, Patrimonio de la Humanidad
A la llegada a Cuenca, para proseguir nuestra ruta es necesario adentrarse un tramo en la N-320 para continuar posteriormente por la N-420. La capital ofrece multitud de atractivos de todo orden, desde cultural hasta paisajístico o gastronómico. Recorrer a pie las intrincadas calles del barrio de San Martín próximas al cortado natural que se asoma al río Huécar hasta llegar a la Catedral y, más arriba, el Castillo, es un placer. Si ya se combina con una visita a la Ciudad Encantada y se finaliza en la Comunidad de Aragón en la Sierra de Albarracín, más que perfecto si dispones del tiempo suficiente.
El segundo tramo «cum laude» de esta ruta se sitúa a partir de la población de Carboneras de Guadazaón, atravesando pueblos con denominaciones tan curiosas como Pajarón o Pajaroncillo y desembocando en otro de los lugares ilustres de nuestra ruta: Cañete.
El paraíso hecho carretera
Tomando como referencia su punto kilométrico 475, la N-420 te obsequia uno de los tramos de curvas más fabuloso que puedas soñar. Largos apoyos en tercera y cuarta, trazados de distinto radio, el motor bóxer girando alto de vueltas confundiéndose como un susurro entre los árboles a los márgenes del río Cabriel. 20 km de auténtica maravilla, divinos, tanto que en sus alrededores discurren ramificaciones del Camino de Santiago. Si el Apóstol hubiese podido cambiar su caballo por la BMW…
En sus inmediaciones, es posible realizar actividades como descenso en piragua disfrutando de puentes de piedra y un silencio sobrecogedor. Asimismo, la visión de las formaciones rocosas calcáreas que circundan el recorrido de la N-420 resulta asombroso y merecen una conducción pausada con la pantalla abierta y el puño a menos de medio gas. En coche te perderías gran parte de su perspectiva.
La siguiente parada obligatoria se dispone en Cañete, población con menos de 1.000 habitantes situada exactamente en el punto kilométrico 500 de la N- 420, justo a medio camino entre las capitales de Cuenca y Teruel. Esta nacional une las poblaciones de Córdoba y Tarragona y con sus 803 km es una de las más largas de España.
Casas ¿Nuevas?
Pasado Salvacañete te encuentras el pueblo de Casas Nuevas. Con sus 15 habitantes censados, parece una broma de mal gusto su denominación… o humor inglés. Muchas de sus construcciones están destruidas o en proceso, un paisaje de tintes románticos, pleno de tranquilidad. Pero tanta, tanta, tanta…
Destino Ademuz
El Castillo de origen musulmán situado en su cima o la Cárcel Municipal forman parte de su atractivo turístico, así como el Museo del Pan y el horno tradicionales. En este sentido gastronómico, las gachas o el puchero denotan la lucha contra el frío de esta agreste región en época invernal. También es protagonista la almendra, origen de un buen surtido de turrones.
De este modo, con la panza bien repleta, ponemos punto y final a esta ruta tan dúctil como sorprendente, para cualquier nivel de moto y piloto, pero repleta de atractivo con o sin gasolina de por medio. Para no perdérselo.
La mejor Ruta para ir a Ademuz