Prueba QJ Motor SRV 125: Bendita contradicción

QJ Motor SRV 125 2023
Prueba QJ Motor SRV 125: Bendita contradicción
Daniel Navarro
Daniel Navarro
¿Pero una custom no es una moto tranquila, pesada, con par, ideada para pasear? Bueno, no siempre. Al menos no desde que ha llegado el momento de probar la QJ Motor SRV 125.

A decir verdad, las custom 125 nunca han sido demasiado pesadas ni disponen de un tremendo par motor, si acaso, el que se le puede pedir a un propulsor de su cilindrada. Su enfoque es el de motos muy tranquilas y, por ello, rara vez las hemos visto con motores que llamaríamos «punteros».

Eso sí, ha habido, y hay, hasta 125 de este estilo con motores V2, e incluso algunas con un nivel de potencia considerable. Lo que ya es más raro es encontrarse con una custom en el límite legal de potencia para el A1, los 15 CV, con una parte ciclo capaz de verse las caras «de tú a tú» con más de una deportiva de prestigio. Pues eso ha demostrado ser capaz esta QJ Motor SRV 125. Sorprendente.

Esta QJ Motor es una 125 de un estilo custom innegable, con esa línea que ya habíamos visto en la SRV 300 que quiere parecerse a las clásicas Sportster de Harley-Davidson pero con un motor de 14,9 CV, de agua y culata de cuatro válvulas, que sube bien de vueltas y corre como las más rápidas 125 de marchas actuales.

Metida en una carretera de curvas es capaz de mantener ritmos más que elevados, siendo divertida. ¿Es una contradicción ese comportamiento con la filosofía custom? Pues la verdad, no lo sé, pero bendita contradicción, porque desde luego pocas custom 125 son más divertidas que esta.

QJ Motor SRV 125 2023

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Pensándolo bien, no, no es una contradicción, porque si esa filosofía custom lo que implica es pasear con cierta estética, de forma relajada, la estética la tienes y la posibilidad de rodar a esos ritmos también. Es una opción que sigue bajo tu puño derecho.

Tal vez sea más raro que teniendo ese motor una marca como QJ Motor haya decidido montarlo en esta custom, y no en una naked sport o directamente en una deportiva, que todo llegará, pero también es cierto que es una marca con intención de cubrir cualquier hueco del mercado en un plazo relativamente corto de tiempo y este, según demuestra las estadísticas, es un segmento interesante.

De acuerdo, yo también lo daba por prácticamente «muerto», porque entre tantos scooter, naked, trail y neoretro, las custom parecían estar de capa caída. Le ocurre incluso a «los reyes» de esto, Harley-Davisdson, que ha pasado, o está pasando, una de las etapas más delicadas de su historia moderna. Si eso es así para los grandes norteamericanos, qué no ocurrirá con las pequeñas 125…

QJ Motor SRV 125 2023

Ocurre que, efectivamente, estos años atrás parecía que las neoretro se habían «zampado» ese mercado, pero mira por dónde desde hace unos años para acá es un segmento que va creciendo. Y en el momento que se da ese crecimiento, se convierte en importante.

Atención, porque son motos bajitas, con apariencia de ser fáciles de llevar para los que llegan a la primera moto, lo que le da un plus de atractivo, sobre todo, para los que llegan del coche a la moto y no quieren un scooter. Un tipo de público que va a más y que previsiblemente seguirá creciendo en el futuro.

Así de importante es tener una custom 125 hoy día en el catálogo de una marca. Y QJ Motor llega aquí con un modelo divertido y atractivo, pillando a muchas de las marcas del 125 con la guardia baja y con muy pocas rivales a las que enfrentarse de manera totalmente directa.

QJ MOTOR SRV 125 detalles 3

Cómo es la QJ Motor SRV 125

No te creas que vas a encontrar grandes soluciones técnicas que conviertan en un tiro a una custom básica, como es lógico. Esto es tan sencillo como las cosas bien hechas: un chasis de acero, simple pero que funciona, suspensiones que hacen su trabajo, frenos suficientes sin exageraciones y un «motorcillo», dicho con todo el respeto, con culata de cuatro válvulas, un solo árbol de levas y cambio de seis velocidades.

El chasis es un doble cuna en acero, el mismo material empleado para el basculante. Lleva una horquilla estándar y una llanta de 17″ de aleación, con un disco de 280 mm y pinza de doble pistón. Detrás emplea dos amortiguadores con botella separada y regulación de precarga por tuerca y cotratuerca, con un disco de 240 mm sobre una llanta de 15″.

Como ves, todo es bastante simple y ajustado, sin complicaciones, pero parece de buena calidad, especialmente comprobando cómo funciona.

QJ Motor SRV 125 2023

En el equipamiento la moto mantiene la misma filosofía. No echas nada importante en falta, pero tampoco lleva grandes lujos. La iluminación es completamente de LEDs, con un faro redondo de bonito diseño. Detrás, otro recurso «estilo H-D» son los pilotos, en una zaga redondeada y limpia. No hay piloto central trasero, ya que los de freno y posición van integrados en los laterales que parecen, y también lo son, los intermitentes.

Los retrovisores, de plástico negro, algo ovalados,  bajan un poco el listón del acabado y estética. Quedarían bien en una naked o en un scooter, pero en esta moto «cantan» un poco. El cuadro es digital, redondo, con el cuentavueltas corriendo por la parte más exterior de la pantalla y con los testigos más importantes, por fuera de este.

Convence menos que no haya reloj de temperatura de agua y confía esta importante información al testigo rojo de sobrecalentamiento. Sí que lleva dos enchufes USB al lado del cuadro, el estándar y el pequeño, tipo «C». Otro detalle mejorable es el tapón de gasolina que lleva llave, sí, pero no bisagra y te quedarás con él en la mano a la hora de repostar.

QJ MOTOR SRV 125 detalles 1

Cómo va la QJ Motor SRV 125

Lo primero que tiene que hacer bien una moto recién presentada es entrar por los ojos cuando la ves por primera vez. Y la verdad es que las QJ Motor lo hacen. La que nos ocupa aquí ha llegado en tres colores a España: naranja, amarillo y negro; sobre todo los dos primeros ofrecen una imagen que consigue hacer que gires la cabeza, aunque no seas fan de las custom.

Lo siguiente que debería conseguir es seguramente más complicado, que es convencerte de que merece la pena, o lo que es lo mismo en una moto, que llevarla es divertido y agradable. Eso, que parece básico, no todas las custom 125 lo han conseguido conmigo. Esta sí.

La moto parece compacta y ligera, y desde luego lo es. El asiento está a sólo 720 mm de altura del suelo, con lo que cualquiera llega al suelo sobradamente con los dos pies, lo que da mucha seguridad incluso al que jamás se ha subido a una moto. Los mandos están en buena posición y los estribos van situados bastante centrados.

QJ MOTOR SRV 125 accion 4

Queda claro pues que se trata de una moto muy cómoda en ergonomía aunque a lo largo de la prueba, tras unas horas sobre el asiento, este empieza a notarse duro. Tampoco es un drama, porque no es habitual a los mandos de una custom 125 hacer viajes de varias horas.

En marcha tiene un sonido algo agudo, poco ronco para una moto así. Es discreto y en absoluto molesto. Los mandos tienen un tacto y apariencia perfectos. Ya en marcha la moto es muy suave y dulce, fácil de llevar, como debe ser. No gira demasiado, pero tampoco es larga y pesa en orden de marcha sólo 150 kg.

Con los dos pies en el suelo es fácil maniobrar, salvo que la tengas que coger en brazos, que sería la primera vez que lo veo, no notarás esos kilos en ningún momento. Mucho mejor así.

QJ MOTOR SRV 125 accion 1

Las suspensiones trabajan francamente bien, y es que este tipo de equipamiento, sobre todo de atrás, suele ser algo rebotón. Colocados justo en la base del asiento, cuando pisas un bache es fácil que te lo transmita el chasis, llegando al asiento casi sin filtrar. No ocurre en la QJ Motor SRV 125 y notas cómo trabajan perfectamente y absorben cada bache.

Pero lo mejor es que cuando aprietas el ritmo su labor se produce en el otro sentido, esto es, en el de sujetar la moto sin moverse y bien pegada al suelo a través de unos neumáticos Cordial que, si bien han demostrado que sí agarran bien, desde luego no son un prodigio transmitiendo al piloto cuánto de ese agarre te queda.

En la ciudad se ha mostrado agradable y ligera, tal y como se espera de una custom 125 hoy día. Fácil de llevar por cualquiera, con un motor suave y mandos con buen tacto, es una moto que se «cuela» por casi cualquier sitio. En la autopista empiezan las sorpresas porque, por ejemplo, no es fácil que una moto de este segmento pase con facilidad de los 100 km/h.

QJ MOTOR SRV 125 accion 6

Es más difícil todavía que sobrepase los 120 km/h en llano e incluso estire hasta 130 km/h justo cuando llega al corte de encendido, algo que no consiguen siquiera muchas deportivas, siendo capaz de mantener tranquilamente cruceros sobre los 105-110 km/h. Mientras tanto, en carretera es muy divertida, entre otras cosas porque corre bastante, como hemos visto.

Pero además «se tiene», como también hemos comentado, y es capaz de frenar muy fuerte con un ABS de serie en las dos ruedas que da total confianza, impidiendo que bloquees sin querer; tampoco es fácil, sobre suelo bueno, hacerlo funcionar. Así las cosas, es sencillo divertirse porque la moto cambia de lado a lado con facilidad, tumba con confianza y se lleva muy deprisa si hay buen asfalto, hasta dar con las estriberas en el suelo; algo que tampoco es tan cercano como por ejemplo con su hermana SRV 300.

El motor, de 15 CV reales demostrados en esas carreteras, es también una de esas «contradicciones» de las que hablaba al principio. Sí, anima una custom y tiene una respuesta bastante plana abajo, pero créeme cuando digo que este es el propulsor de una sport al que le gusta ir arriba más que abajo y acercarse al corte de encendido, a 10.000 rpm. Bendita contradicción… ¡Qué custom más divertida!

QJ MOTOR SRV 125 estatica

Lo mejor:

-Prestaciones de primer orden

-Moto fácil, ligera y agradable

-Estética conseguida

Mejoraría con:

-Espejos retrovisores diferentes

-Tapón del depósito con bisagra

Así vemos la QJ Motor SRV 125:

En carretera: 4

En ciudad: 4

Pasajero: 2

Confort: 3

Equipamiento: 3

Autovía: 4

(Puntuación de 0 a 5)

Las custom «auténticas» no están hechas para ser efectivas en carretera o ciudad, independientemente de que a ti te gusten mucho y te apañes muy bien con ellas en cualquier lugar. No. Se diseñan y fabrican para ser bonitas, para quedar bien, para pasear y dar una imagen determinada.

Pero que ese sea su objetivo fundamental no implica, o no tiene por qué implicar el hecho de que vayan mal, que sean incómodas o aburridas. Esta «peque» QJ Motor SRV 125 lo demuestra siendo una custom tan rápida y eficaz en carretera como muchas naked sport, incluso más que algunas, tan agradable y ligera en ciudad como un scooter y muy rápida en autovía, dentro de los parámetros de una 125. 

Es una moto con equipamiento correcto, cómoda para el uso normal de una moto así, con un espacio un tanto justo para el pasajero pero, en definitiva, perfectamente accesible para la práctica totalidad de usuarios que se animen a conducirla.