Peugeot PM-01: el león ruge de nuevo en el mercado de motos convencionales
Peugeot Motocycles es una de las «marcas padre» del mundo de las dos ruedas. Aunque en los últimos años sus estrategias comerciales se han centrado en los scooters, comenzaron produciendo motos convencionales. Iniciaron su andadura desarrollando un motor de combustión y decidieron instalarlo en una bicicleta.
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De hecho, se distingue como la marca en activo más veterana del mundo, habiendo producido modelos tan exitosos como los 101 o 103. Este último, un ciclomotor, logró vender más de medio millón de unidades, con una producción que se extendió entre 1970 y 2017.
Conforme las tendencias del mercado fueron evolucionando, con cada vez un mayor peso de los scooters, Peugeot decidió centrarse en exclusiva es segmento, con modelos tan icónicos como el Satelis, el Metropolis de tres ruedas o el Pulsion, una de sus creaciones más recientes, con detalles de vanguardia como su conectividad.
La Peugeot PM-01 devuelve a la marca al segmento de motos convencionales
El Salón EICMA de Milán de 2022 dejó ver los planes a corto y medio plazo de la marca del león con la Peugeot PM-01. Canalizando el diseño tan marcado de sus vehículos de cuatro ruedas, decidieron aplicarlo a una naked de 125 tecnológica pensada para un público joven y urbanita.
Sólo tienes que echar un vistazo al Peugeot 3008 y a la Peugeot PM-01 para ver las coincidencias. La más clara es el uso de los grupos ópticos en forma de garra, tanto delante como detrás. Y es que la firma francesa tiene claro que el diseño es un aspecto importante para los jóvenes, con unas formas muy marcadas y un carenado fabricado en una única pieza que consigue homogeneizar y compactar el conjunto.
En cuanto a la paleta de colores, Peugeot ofrece hasta tres combinaciones diferentes. La primera mezcla el color negro con diferentes detalles de color rojo para crear cierta sensación de contraste. La segunda apuesta por el azul y el color plateado, mientras que la segunda hace lo propio con el color blanco y nuevamente el rojo.
Un motor en el límite legal de potencia para ser llevado por usuarios de coche
La Peugeot PM-01 tiene claro que su principal coto de caza se encuentra entre los usuarios del carnet B convalidado -con tres años de experiencia-. Primero, porque muchos de ellos son usuarios de uno de sus modelos de cuatro ruedas, por lo que reconocen con facilidad la calidad y los rasgos de diseño. Y segundo, porque es el mercado de referencia en nuestro país.
En el plano mecánico, la Peugeot PM-01 apuesta por un bloque monocilíndrico de 125cc refrigerado por agua que desarrolla una potencia de 14 CV a 9.500 rpm y un par máximo de 11 Nm a 7.500 rpm. Con esa potencia, unido a una caja de cambios con seis marchas, apuesta firmemente por el uso urbano, aunque puede salir al extrarradio sin problema.
Gracias a un generoso depósito de 12,5 litros, y un consumo de sólo 2,4 litros por cada 100 km recorridos, la Peugeot PM-01 es una conmuter nata. Una moto perfecta para los desplazamientos diarios a todos los efectos, pero especialmente por su eficiencia.
Ligera y accesible
La Peugeot PM-01 apuesta por la sencillez, ligereza y accesibilidad en su parte ciclo. Emplea un chasis de tubos de acero y se rodea de una horquilla convencional con botellas de 41 mm y un monoamortiguador que añade ajuste en la precarga del muelle. Y lo mejor de todo es que sus 810 mm de altura de asiento y sus 152 kg son totalmente asumibles por los moteros de cualquier talla, proporcionando así una primera moto muy ágil para moverse por ciudad.
La seguridad es un elemento fundamental en la Peugeot PM-01 y eso lo podemos ver en su equipo de frenos con un disco de 280 mm delante y un sistema de ABS de doble canal -las 125 no están obligadas a montar este sistema de seguridad-. Por último, las llantas de 17 pulgadas están equipada con neumáticos en medidas 110/70 R17 y 150/60 R17, respectivamente.
Por equipamiento, la Peugeot PM-01 apuesta por una pantalla TFT a color en la que se proyecta una gran cantidad de información y que podremos controlar a través de una piñas de buena calidad y con la cantidad de botones suficiente para que estas no parezcan enormes.