Peugeot Django S 125 2016: prueba a fondo

13 Peugeot Django S 125 2016: prueba a fondo
Peugeot Django S 125 2016
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Peugeot ha renovado la estética de su Django Sport. El retro francés, de mecánica Sym, sigue siendo uno de los rivales más fuertes de este concurrido segmento del mercado y ahora renueva en parte su imagen y acerca su precio al de rivales más económicos.


Era evidente, desde el día de la presentación de este scooter, que Peugeot se había fijado en un rival en concreto. Vespa vende modelos scooter retro a un precio elevado, pero eso es algo que casi es coto privado de los italianos. Para ello, los franceses pusieron mucho de su parte: no hicieron un scooter retro sin ir más lejos. Aprovecharon su inmenso archivo histórico y se fijaron en un scooter que ellos ya habían fabricado durante los años 50, el S55. Con una interpretación muy amplia de lo que fue aquel scooter de marchas, dos tiempos y aire, se comenzó la comercialización de este Peugeot Django, que ahora reposiciona su precio por debajo de los 3.000 € con los que comenzó su andadura comercial. Un motor de origen SYM, bastante simple, una parte ciclo sencilla pero eficaz y una estética muy original y llamativa son la base de este scooter. Una oferta comercial que entre variantes, terminaciones, colores y opciones supera las 100.000 posibilidades de alternativas son otra de sus mejores virtudes. Y, como veremos, una forma de andar muy agradable y adecuada conforman lo mejor de un scooter que todavía no ha alcanzado la popularidad que merece.

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Peugeot Django S 125, en marcha

Si en algo hemos coincidido todos los que en estos días nos hemos subido en el Django en cuanto a su forma de andar, es que resulta agradable. Agradable por su suavidad, por su buena posición de conducción, por su forma de moverse, por su sonido? es un scooter agradable. No será el más rápido de los scooter 125 cc, aunque no anda mal y dentro de los retro sí es uno de los punteros en cuanto a prestaciones. Y no será el más barato de los scooter urbanos y básicos, como podría considerarse por su mecánica, pero es de los más nobles andando, además de fácil y ágil en ciudad.

En ciudad

El Django, por prestaciones y enfoque, como todos los scooter retro, es un vehículo eminentemente ciudadano. No pesa mucho, gira bien, aunque es un poco largo, y pasa bien por sitios estrechos. La doble pata, central y lateral, es siempre un punto a favor en un scooter que va a moverse por ciudad si vas haciendo paradas. Como te decíamos antes, es un scooter muy agradable de llevar y en este entorno siempre tiene su mejor cara.

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En carretera

Pasa, muy justo, de los 100 km/h reales. Sin apenas protección aerodinámica (en el amplio catalogo de accesorios también hay parabrisas) y con esa velocidad máxima, meterte en autovía debe ser algo esporádico, aunque hay que reconocer que casi ningún retro alcanza esta velocidad. Es estable, en curvas se puede entrar deprisa y no hace extraños, con un límite impuesto por el caballete central, que llega a tocar si nos animamos demasiado. Los frenos con un sistema combinado SBC actúan bien, sin los problemas derivados de combinar la frenada de la rueda trasera en las dos manetas sobre el manillar.

Peugeot Django S 125: con pasajero

El asiento es grande, la barra de asa cromada que va por atrás es fácil de agarrar y los reposapiés son suficientes. Es un buen scooter para usar a duo, con la advertencia previa de que 10,2 CV no dan para grandes alegrías en cuanto a motor cuando rueda con más peso. Sin embargo, las suspensiones trabajan bien y no se nota gran diferencia ni cambia demasiado de comportamiento cuando subes a alguien.

asi vemos djangoPeugeot Django S 125: Así lo vemos

Cualquier scooter que podamos considerar en la categoría neo-retro es un scooter de corte urbano. Para empezar, suelen emplear mecánicas y elementos técnicos de scooter básicos y vestirse de retro para resultar más originales, atractivos e incluso personales, que un scooter normal. También es el caso del Django, pero con una particularidad que no encuentras en otros modelos de su categoría: su estética se basa en un antecedente de la marca concreto y en un estilo general. Esto solo ocurre en el caso de las Vespa, las ya desaparecidas Lambretta y, si quieres, el Scomadi. También, al igual que el mítico modelo de Piaggio, Peugeot ha querido posicionar el Django en un escalón superior al del resto de modelos retro y por ello denota una calidad mayor, unos acabados más cuidados y una mayor originalidad. Pero eso sube el precio de un scooter de estilo clásico que en ciudad se mueve muy bien, y en carretera es de los más rápidos entre los de su categoría, muy cómodo y bien equipado. Baja su nota en dos apartados: una limitada capacidad de carga, con un hueco pequeño bajo el asiento, portabultos opcionales, guantera pequeña y muy baja de posición, aunque, eso sí, añade un suelo plano con gancho portabolsas. También ha resultado algo «tragón» en cuanto a gasolina se refiere, pero en su defensa hay que decir que esta unidad estaba a «0 kilómetros» reales: lo hemos estrenado nosotros y con un motor en pleno rodaje, ya se sabe: los consumos suben y las prestaciones se resienten hasta que se sueltan sus piezas internas.

 

Peugeot Django 125