Prueba Macbor Rockster 125 2023: segunda ola

La Macbor Rockster 125 es una moto verdaderamente especial para la marca del Grupo Motos Bordoy. En 2017, fue el primer modelo en materializar la ofensiva de la marca; también ha sido uno de los modelos que mejor se han vendido desde que se lanzara hace unos años; y esta segunda generación tiene el placer de haber sido diseñada íntegramente en Barcelona.

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Si has prestado atención a la entradilla de este artículo, lo dicho más arriba no se puede aplicar a esta nueva Macbor Rockster 125, donde han sabido aprovechar la plataforma existente, han canalizado las exigencias de sus usuarios y las han dado forma en esta nueva segunda generación. El resultado es una moto que, si bien mantiene gran parte de sus características técnicas, ha subido de nivel en materia de diseño y tecnología. Eso sí, manteniendo la esencia custom que siempre ha caracterizado a esta Macbor.

Cómo es la Macbor Rockster 125 2023

Como en la generación anterior, la Rockster 125 2023 se presenta en dos versiones, estándar y flat. Según hemos podido saber en la presentación, además de los cambios comunes en cada versión, se han efectuado hasta 22 modificaciones. Elementos como el sistema de iluminación LED, el depósito en forma de lágrima cortado en sus laterales, al forma del asiento, del guardabarros trasero, la instrumentación… Todo ello lleva a reforzar la imagen de moto actual pero con un diseño que no se olvida de las raíces de este segmento.

Más concretamente, la Macbor Rockster 125 2023 apuesta por un manillar alto y cerrado para unas sensaciones más custom. Además, se completa con unas estriberas de tipo plataforma y respaldo que sin duda celebrará el acompañante. Por otro lado, la variante flat prescinde de todo lo anterior y agrega un asiento de diferente forma para unas sensaciones de moto más convencional.

No tenemos cambios en la parte mecánica. Sigue el bloque monocilíndrico 4T refrigerado por aire de 125cc que extrae una potencia de 9,5 CV a 8.500 rpm y un par máximo de 9 Nm desde las 6.500 rpm. Está asociado a una caja de cambios de cinco velocidades, mientras que su consumo es de 2,1 litros. Eso sí, el sistema de escape cambia su forma, con una cola de tipo bala que agrega cierto atractivo al conjunto.

Tampoco cambia la parte ciclo. Se mantiene el chasis y el esquema de suspensiones, conformado por una horquilla telescópica con botellas de 37 mm y un doble amortiguador con piggy back. El equipo de frenos mantiene la configuración de frenada combinada (CBS), con una pinza flotante de 3 pistones y un disco de 267 mm en el tren delantero y una pinza monopistón mordiendo un disco de 240 mm en el tren trasero.

Por equipamiento, la instrumentación ha subido de nivel dejando atrás la esfera analógica con pantalla. En su lugar, se ha introducido un display digital LCD en negativo con toda la información necesaria: tacómetro, velocidad, marcha engranada, temperatura del aceite, autonomía…

Cómo va la Macbor Rockster 125 2023

Esta segunda generación ha cambiado mucho. En la presentación por la localidad de Sitges, en Barcelona, tuve la oportunidad de poner frente a frente al modelo original y la segunda generación y el cambio es abismal. Esta nueva Rockster 125 irradia más calidad y una estética custom mucho más conseguida. Subirse a ella, con sólo 730 mm de altura de asiento, para un servidor, que mide 1,70 metros, es una tarea muy sencilla. También moverla, sus 130 kg -127 kg en la flat- en vacío, a los que habría que sumar el depósito de 13,5 litros, hacen que maniobrar en parado sea tan fácil como ejecutar un pensamiento.

La llave está colocada en disposición lateral, en la parte derecha de la moto, hacemos contacto y el motor de la Macbor Rockster 125 nos recibe con una suavidad absoluta. No vas a notar pistonadas ni vibraciones, solo suavidad. La pantalla permite ver correctamente toda la información, incluso con el sol incidiendo directamente en ella. Salgo con la versión estándar, y tras unos metros de aclimatación, la suavidad del motor sigue siendo la misma, pero queda algo eclipsada por un embrague cuyo accionamiento se deja notar en la parte última de la maneta, ocasionando algún que otro tirón.

La postura es extremadamente cómoda. Pies adelantados y apoyados en la plataforma, brazos en alto y espalda recta. Lejos de lo que se pueda pensar, se ejerce buen control sobre la moto. Abandonamos las calles y entramos en una carretera revirada. La respuesta del motor es lineal y sólo muerde ligeramente antes de alcanzar el corte de encendido en el entorno de las 8.000 rpm. Por esto mismo, vamos a poder disfrutar tanto en ritmos lentos/medios, como pidiendo al monocilíndrico de 125cc salir de su zona de confort en ritmos rápidos. Sí que es cierto que elevar la potencia hasta los 15 CV elevaría las cotas de diversión pero «a costa de reducir su fiabilidad», nos indicaron en Macbor.

En la parte ciclo gana por goleada por la versión estándar. La postura custom se traduce en mucha más seguridad y decisión a la entrada y salida de las curvas. Además, las plataformas ejercen de aviso rozando contra el asfalto, pero también generan una sensación de euforia sobre esta moto. La versión flat por otro lado, sin plataformas y sin una postura tan custom, se hace más perezosa cuando se van sucediendo las curvas.

En cuanto a las suspensiones, ambas versiones cuentan con un tarado que ha sido pensado generalmente para ritmos medios. Su dureza y filtrado está bien en esas situaciones, pero se muestran algo blandas si queremos ir más rápido. La frenada combinada es el único punto que lastra en cierto modo el conjunto. Frena bien en todo tipo de situaciones, pero el tacto de la maneta es tosco, sin sensaciones en la primera mordida. Tendremos que hundir mucho la maneta para realizar una frenada efectiva.

En situaciones de autopista, fuimos capaces de hacer velocidades de 108 km/h agachándonos levemente. A estas velocidades, las turbulencias que genera el viento no estropean el trayecto. Además, la suavidad de su motor no genera demasiadas vibraciones, ofreciendo una buena vista de lo que acontece detrás.

LO MEJOR

-Diseño custom renovado con cambios acertados

-Salto tecnológico: iluminación LED, pantalla digital…

-Suavidad en el funcionamiento del motor

MEJORARÍA CON

-El tacto del freno delantero es demasiado duro

-Con 15 CV la fórmula se volvería todavía más efectiva

Así vemos a la Macbor Rockster 125

-En carretera: 3

-En ciudad: 3

-Confort: 3

-Pasajero: 3

-Equipamiento: 2

-Autovía: 2

(Puntuación del 1 al 5)

Los cambios introducidos en la nueva Macbor Rockster 125 2023 le confieren una silueta más atractiva, al tiempo que los añadidos de la iluminación LED y la pantalla digital introducen al modelo en la actualidad. Las partes mecánicas y ciclo se ha respetado. Es una moto que gira bien, tiene una respuesta de motor suave y con algo de garra en la parte final del cuentarrevoluciones. Salvo esa sensación agridulce con el CBS, esta segunda generación de la Macbor Rockster 125 ha sabido introducir los cambios necesarios para mantenerse fresca en el disputado segmento del octavo de litro. Y todo ello en una moto que se mueve en el entorno de los… ¡2.000 euros!