Los de Milwaukee siguen a lo suyo, que es saber hacer motos custom como mandan los cánones. Harley se ha sacado de la manga una nueva Sportster (en esta ocasión solo en versión 1200), con un marcado carácter retro.

Harley-Davidson Sportster Forty-Eight

H D 48
Harley-Davidson Sportster Forty-Eight
Fórmula Moto
Fórmula Moto


H-D 48

Su denominación, -cuarenta y ocho-, hace referencia al primer año de aparición de un depósito -peanut- (cacahuete) en el catálogo estadounidense. El diseño de este componente retoma especial protagonismo en la 48, ya que su definición básica es el minimalismo. Fíjate en el asiento, todo un guiño al pasado, o en la posición adelantada del manillar. En cuanto te subes a ella, te sorprende lo poco que hay para ver y tocar. El depósito es estrechísimo, el asiento no llega a unirse con él y una placa metálica agujereada los separa y te dice que no es una custom convencional.

Giras la llave de contacto situada bajo la columna de dirección a la derecha, aprietas el botón de arranque y el sonido del V-Twin hace la función de contrabajo y sus vibraciones al ralentí siguen el compás de una canción. Estas primeras vibraciones desaparecen en marcha y sin darte cuenta, ya estás rodando en quinta en la línea de 60 km/h (no tiene cuentavueltas). Los pistonazos te marcan el paso y sus zancadas son una lección de que hay vida más allá de los km/h. De todos modos, el bicilíndrico se encuentra a sus anchas en la última marcha mejor a partir de 80 km/h.

En marcha

Te tengo que confesar una cosa: con esta Sportster es con la que más he disfrutado en terreno de curvas de los modelos de esta saga que he probado hasta hoy (si exceptúas a la XR, para mi más una naked que una custom). Su equipo de frenos Brembo responde con rotundidad (la pinza delantera tiene una imagen de pistón simple, pero contiene en realidad dos), aunque nunca debes olvidar apoyarte bien en el disco trasero. Su grueso neumático delantero te hace pensar que se trata de una moto torpe y dura para cambiar de dirección, pero la realidad es muy distinta. Llegas a las curvas, te aprovechas de la palanca de su manillar y la moto se tumba sin problemas- hasta que empieza a rozar. Por la izquierda con el avisador y la pata de cabra, y por la derecha también con el avisador… y hasta con los escapes. Nada de buscar el ápice como harías con una moto no custom. Hay que trazar abierto, con líneas redondas, y tumbando lo menos posible. Levantar el pie de la estribera que roza ayuda algo para obtener algún grado más de inclinación, pero ojo con pasarse porque el siguiente paso es que roce algo peor.

Las marchas entran con precisión y las estriberas adelantadas no quedan nada exageradas y dibujan bien la imagen de -malo-malote- que exige toda moto de inspiración Bobber. Porque la 48 te hace sentir como en una preparación especial retro.

Pero es en ciudad donde luce con todo su esplendor. Por sonido e imagen eres el centro de todas las miradas. Es la única Sportster con esta denominación surcando su depósito y resalta muy bien con la combinación de colores elegida: naranja, gris y negra.

Encontrarás el artículo completo de la presentación de la H-D Forty Eight en el número 66 de Fórmula Moto, en tu punto habitual de venta a partir del 15 de mayo.

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