Aventura, compañerismo y tierra cántabra en la II Pan-Adventure Cantabria con Harley-Davidson






La icónica Harley-Davidson volvió a reunir a los propietarios de su Pan America en una segunda edición de la Pan-Adventure Cantabria que superó todas las expectativas y consolidó este encuentro como una cita imprescindible para los amantes del touring con tintes off-road.
Desde primera hora de la mañana, el ambiente en Cantabria Harley-Davidson, concesionario oficial de la marca, dejaba entrever que la jornada iba a ser especial. Con café caliente y bolsa de bienvenida en mano, los participantes fueron llegando preparados para una experiencia sobre dos ruedas que no solo prometía emociones fuertes, sino también paisajes memorables y aprendizaje en buena compañía.
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Harley-Davidson y Cantabria, una combinación única

A las 10:30 h, el rugido característico de los motores Pan America marcó el inicio de la ruta. Por delante, unos 85 km de recorrido cuidadosamente trazado, con unos 30 km de pistas off-road que ofrecieron la dosis justa de desafío para disfrutar sin complicaciones.
Y como añadido de lujo, la ruta contó con el acompañamiento y asesoramiento de Carles Dalet y el equipo de Tecdrive, encargados de impartir técnicas e instrucciones durante el recorrido para mejorar la seguridad y confianza en tierra.
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La gran sorpresa de esta edición fue la presencia de Joan Pedrero, piloto oficial de Harley-Davidson, que no solo participó activamente en el evento, sino que compartió anécdotas, consejos y su experiencia de competición con los asistentes. Un privilegio que muchos aprovecharon para acercarse, aprender y charlar con una leyenda del raid.
Mucho más que motos Harley-Davidson

El itinerario, dividido en dos etapas, regaló vistas inmejorables desde la Sierra del Caballar, donde los participantes hicieron una parada estratégica para reponer fuerzas con un aperitivo en el restaurante La Charola. Después, la caravana de motos siguió su curso por la Sierra de La Braguía rumbo a Vega de Pas, donde el día culminó con una comida de las que dejan huella.
Entre cocido montañés, lechazo y bacalao con tomate en el restaurante La Terraza, se compartieron impresiones, fotos y carcajadas. Porque si algo dejó claro esta II Pan-Adventure Cantabria, es que el verdadero valor de eventos como este no reside solo en el recorrido o el nivel técnico, sino en la pasión común que une a motoristas de distintos puntos bajo una misma bandera: la aventura.

La fórmula de éxito vuelve a funcionar y deja el listón alto para futuras ediciones. Con una combinación perfecta de organización, camaradería, entorno y pasión por la moto, la Pan-Adventure Cantabria se consolida como uno de los encuentros más auténticos del panorama Adventure Touring en nuestro país. Y visto lo visto, la tercera edición ya se espera con los guantes puestos.