Marc Márquez conquista en Phillip Island el título de Moto2

Hoy, en España, tocaba madrugar para ver las carreras que iban a celebrarse en el circuito de Phillip Island. Una de las cosas más claras que tenían los aficionados españoles es que el madrugón nos podía regalar un Campeonato del Mundo en el puño del gas de Marc Márquez. Dicho y hecho.

El piloto catalán, que se fue al suelo en el pasado Gran Premio de Malasia cuando era Campeón del Mundo, salía de una manera conservadora y sabiendo que le podía valer hasta ser decimocuarto para acabar conquistando un título al que le tenía unas ganas enormes. La carrera se deslizó por el guión establecido y tras ver a un Pol Espargaró encendido y con ganas de ganar en el circuito australiano, Márquez pasó al conservadurismo más inteligente y se mantuvo siempre en el grupeto de tres que perseguían a Pol. Lo hizo sin arriesgar y con el ansia de ver la bandera a cuadros para celebrar el título con toda su gente.

Pol Espargaró, seguía a lo suyo y demostraba el gran ritmo mostrado en todos los entrenamientos que le permitió abrir un hueco de más de 10 segundos.

Con Espagaró escapado, Márquez y Redding tenían una ventaja de 1,8 segundos respecto al grupo perseguidor. Marc sabía que Redding es un piloto agresivo y no ponía oposición en que el británico lo superara. El de Cervera se ponía a rueda de Redding y seguía el ritmo del inglés. Márquez rodaba muy cómodo en tercer lugar y su posición de podio y, por lo tanto, el título no corría peligro. Detrás de él se había formado un nutrido grupo liderado por el local Anthony West, y en el que también estaban pilotos como Rabat o Smith, que veía a lo lejos al dúo Redding-Marc.

Iba a ser West el que diese caza al duo formado por Márquez y Redding y pasaba al ataque para ver si podía estar en el cajón del podio. Marc fue relegado a la cuarta plaza en la última vuelta. Alzamora le dijo desde el box que estaba perfecto, porque tenía el título mundial asegurado. Pero el catalán no se resignó. Es un ganador. West apuntaló el segundo lugar y Marc se ganó el tercero al adelantar a Redding faltando un kilómetro para la meta, uno de esos gestos reservado para los pilotos valientes como Marc Márquez.

Tras pasar la bandera de cuadros, llegó la emoción. La emoción dentro del casco del piloto de Cervera y al otro lado del muro donde la gente que lleva con él desde hace dos años rompía a gritar, a llorar y a celebrar un campeonato merecidísimo y ganado con mucha mestría. Ya el año pasado, en su debut en la categoría intermedia, Marc estuvo cerca de conseguir el entorchado. Solo la mala suerte en una caída que se produjo en Malasia y en la que quedó afectado su ojo, impidieron la proeza de Marc justo hace un año. Ahora ya lo tiene, ya puede disfrutar de este campeonato. Reposarlo y analizar cómo ha sido esta temporada y, sin tiempo para más, prepararse para dar el salto a MotoGP. La categoría reina espera a un piloto que brilla con luz propia.