Suzuki RG 250: el auge de las réplicas de competición

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Suzuki RG 250: el auge de las réplicas de competición
Nicolás Merino
Nicolás Merino
Fue en 1983 cuando Suzuki lanzó al mercado la RG 250 Gamma, un modelo que sentaría las bases de las 'réplica', es decir, motos basadas en las unidades que disputaban el Mundial y que ofrecían un comportamiento acorde a su apellido.

Aprovechando los 40 años del lanzamiento de la Suzuki RG 250 Gamma, los de Hamamatsu han querido rendir homenaje a una moto que, junto a otras provenientes de Japón, afianzó un segmento marcadamente deportivo en Europa: las motos réplica. En 1983 el Mundial de Motociclismo era muy popular y por eso, muchas de las decisiones de las marcas era emular a sus modelos de competición bajo un fórmula legal para la carretera.

Precios y ofertas de todos los modelos Suzuki que hay en el mercado

En muy poco tiempo, las sensaciones ‘de Gran Premio’ que ofrecían este tipo de motos, hicieron que se convirtieran en modelos muy demandados. Para que te hagas una idea, esta RG 250 Gamma logró vender más de 50.000 unidades en Japón y fue elegida moto del año en 1983. Básicamente, esta RG 250 de carreras para la calle se comió el mercado por lo que ofrecía y porque, visualmente, era casi idéntica a su homóloga de competición. De hecho, fue la primera en contar unos carenados pintados como sus motos de fábrica del Mundial.

La Suzuki RG 250 Gamma fue la pionera en muchos sentidos

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La sensación de carreras también se trasladó al motor, montando un bloque bicilindrico 2T de 247cc refrigerado por agua con una potencia de 45 CV a 8.500 rpm y un par máximo de 37,2 Nm. Gracias a su cambio de recorrido corto de seis velocidades, las sensaciones que transmitía esta Suzuki RG 250 Gamma eran similares a las de botón: encendido o apagado. Con estas cifras, era capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, mientras que su techo de velocidad sobrepasaba holgadamente los 170 km/h.

Esta RG 250 Gamma introdujo por primera vez en una moto de producción el bastidor de doble viga en aluminio. Apodado Dual Cell-ALBOX, este chasis se ganaría el cariño de los propietarios de este mítico modelo por equilibrio entre peso (de sólo 131 kg y un peso total de 153 kg) y rigidez. Junto a este revolucionario chasis, este modelo confiaba en unas suspensiones de última tecnología. Una horquilla delantera Anti-Nose Dive Fork (ADNF) y un monoamortiguador con tecnología Full-Floatter ajustable.

Para frenar, confiaba en un doble disco de 260 mm delante y uno simple de 210 mm detrás. Por su parte, montaba una llantas de 16 y 18 pulgadas con neumáticos en medidas 100/90-16 y 100/90-18, respectivamente. Para la instrumentación, contaba con tres esferas analógicas y cuatro testigos muy al estilo de carreras.

De acuerdo a su razón de ser, era una moto para disfrutar yendo rápido. De hecho, los afortunados probadores que le pudieron meter mano calificaron el rendimiento de su motor como el de una monocilíndrica en la que la potencia se transmitía de forma abrupta y que sólo funcionaba en la parte alta del cuentavueltas, pero que se contrarrestaba con una parte ciclo exquisita. En definitiva, una moto de Gran Premio para la carretera.