La resistencia del norte
Esos locos del norte son «Pako» García y Jorge Quirós y, con mucha ilusión y poco miedo, llegaron a la conclusión de que las preciosas carreras de Resistencia Clásicas habituales en Cataluña, por qué no, deberían poder verse también un poco más al oeste.
Así que, con poco menos de un año de preparación por delante, se quitaron el mono de cuero con el que habitualmente corren en diferentes certámenes de clásicas, y se pusieron el de trabajo para empezar a darle forma a aquella gran idea. Llamadas, viajes y dedicación en sus horas libres empezaban a dejar ver que el tema tenía aceptación. Aquí, Pako y Quirós jugaban con la ventaja de que, si ganas e ilusión poseen en cantidad, de lo que tienen a toneladas es de amigos, y tanto los que se apuntaban a competir como los que lo hacían para remangarse a currar, les hicieron ver que la cosa iba para adelante. Los de correr poco tardaron en completar la inscripción prevista y, en cuanto a compañeros para trabajar en el circuito, tres bloques fueron clave para ayudar a los organizadores a que todo esto se convirtiera en realidad: por un lado la Federación de Motociclismo de Castilla y León ¬–con su presidente, Francisco González Carbajo, arrimando allí el hombro como bandera, director de carrera o lo que hiciera falta–, por otro el Moto Club Bañezano, que llegó en legión al circuito Kotarr de Tubilla del Lago (Burgos) para poner comisarios en cada curva y cada box y, por otro, los amigos de La Leyenda Continúa que, precisamente por unos amigos, se apuntan a cualquier guerra en la que reclamen su apoyo.
Esas carreras de Javier
Por si los ingredientes allí presentes no le daban suficiente emoción al evento, a Pako y a Quirós se les ocurrió aportarle un punto más de corazón, dándole el nombre de nuestro fundador, Javier Herrero, a la prueba en general y a uno de los trofeos en particular –al equipo participante en ´Euro´ y ´Japo´ con mejor resultado en ambas pruebas–. Y viendo lo que allí sucedió, el nombre le iba como anillo al dedo. Para empezar, la carrera era en Castilla, la suya, la Vieja, y para seguir, la carrera tenía ese sabor a las Series, al Campeonato de España, a la Copa Ossa… de los ´70 y ´80 de los que pocas carreras se perdía Javier aunque un fin de semana fuera en Cullera, al siguiente en Vitoria, al otro en Jerez y el siguiente, precisamente, en Burgos. Organizadores, pilotos, mecánicos y comisarios, atesoraban todos buenas anécdotas que tenían al periodista, al amigo, como protagonista de ellas, así que su recuerdo fue permanente desde las charlas a pie de box previas a la carrera, durante los entrenamientos y carreras, en las entrevistas posteriores, la entrega de premios en el podio y, por fin, en las despedidas que prometían ya una nueva edición el próximo año. Javier, cargado con su cámara, la bolsa de los carretes y los objetivos, su boli, libreta y las hojas de inscritos y clasificaciones… sonreía en el cielo.
2H + 2H que se hicieron cortas
La categoría daba cabida a dos modalidades: 2T, integrada en su totalidad por Yamahas RD 350, y 4T, en la que podíamos encontrar un poco de todo, desde Suzukis GS500 y Bandit 400, Kawasaki ZXR, una preciosa Honda VF 500 FII inspirada en la que llevaba Freddie Spencer en el campeonato AMA de Superbikes tanto en sus colores como en su eterno 19, y la estrella de la categoría, la Kawa GPZ.
La carrera se iniciaba con la mala noticia de que los hermanos Lolín y Óscar Sainz –hijos del gran Lolo Sainz de Yamaha Cantabria y grandes animadores del cross nacional en los ´80, Óscar luego cambiaría el cross por la velocidad, en la que se mostró como todo un talento– se quedaban fuera ya antes de comenzar por un gripaje en los cronometrados. Pero dejando al margen ese percance, la salida de nuevo marcaba el inicio de otra emocionante carrera en la que el inconfundible sonido 2T de las RD «tres y medio» se convertiría en protagonista de la prueba, con permiso de alguna 4T como la roja GS500 del SDG Team o la ZXR de los GaliAstur.
El buen puesto en parrilla del Alzuri Racing Team no tuvo su equivalente en la clasificación por un incidente en carrera, que estuvo dominada por la Yamaha de los Lorenzana, mejorando el segundo puesto obtenido en Euro-Classic y llevándose la victoria en Japo –y por tanto el Trofeo Javier Herrero–. Tras ellos, a menos de un minuto, se libraba una apasionante lucha por el segundo cajón del podio entre el Galerna Taldea y el Team Cachorro Racing de Manuel Iglesias y Francois Manso, que finalmente fueron segundos y terceros respectivamente separados en meta por sólo 12 segundos, lo que en una carrera de dos horas da una idea de la tremenda emoción vivida en Kotarr.
El cuarto, quinto y sexto puesto fueron para tres 4T que se repartieron el podio de los motores de válvulas: los mencionados SDG Team, el GaliAstur de Óscar López Mato y José Manuel Coto y el 113 Racing Team formado por Miguel, Enrique y Domínguez.
Las motos son la excusa…
para reunir a los amigos. No me atribuyo la frase, la dijo Pako micrófono en mano durante la entrega de trofeos y regalos al final de las 2H + 2H de Resistencia. Toda carrera, en esencia, debería ser eso, un pretexto para que buenos amigos se junten alrededor de una pasión que les permita pasar un domingo juntos haciendo, viviendo y hablando de lo que más les gusta. Gracias Pako. Gracias Quirós. Gracias Bañezano al completo. Gracias Federación. Gracias Mariano, Mayte, Pedro y todos los de La Leyenda. Gracias a todos los que estuvisteis allí dándole al mango… Y Gracias Javier porque, incluso desde el cielo, sigues haciendo que haya carreras de motos, y reuniones de amigos.