Trucos para mantener la pintura y la carrocería de tu moto (parte II): reparando pequeños fallos
Aunque tengas todo el cuidado del mundo con la moto, tanto en marcha como al aparcar o al limpiarla y mantenerla, acabarás por tener un desconchón de pintura, un arañazo, un adhesivo levantado o una mancha que no sale. Es ley de vida, lo queramos o no. Otra cosa es que seas de los que odia llevar la moto en un estado que no sea cercano a la perfección y, en el momento en que aparece ese desperfecto, lo repares de inmediato.
Lo cierto es que es lo mejor que puedes hacer para evitar que vaya a más. No hay grandes trucos: ante arañazos profundos, hay que pintar. Y hacerlo bien es caro. Pero sí hay algunas soluciones que puedes probar antes de llegar al extremo. Te decimos algunas.
Todas las noticias, novedades y consejos útiles para el USUARIO
1. Polish. El Polish o pulimento es otra de esas cosas que poca gente no conoce. Es una pasta capaz de quitar pequeños fallos de pintura a base de aplicarlo y frotar, bien con trapos, bien con un cepillo especial de pulir (tipo esponja) sobre una máquina. No todos funcionan bien. Yo suelo fiarme de los que me recomiendan profesionales de la pintura o los que ya conozco. Cuidado con los «productos milagro» que puedes encontrar en grandes superficies: algunos funcionan y se acercan a lo que prometen. Otros ni por asomo. Como siempre, si no lo conoces, prueba donde no pueda estropear más que arreglar. Hace ya algún tiempo aparecieron con el empleo de cierto «tinte» que se aplicaban sólo sobre pinturas de tonos parecidos. Igual: algunos funcionan bastante bien sobre arañazos no muy profundos.
2. La pintura de retoques. Cuando el arañazo llega a la chapa desnuda, cuando se ha llevado toda la capa de pintura es difícil, por no decir imposible, reparar con Polish. Puedes tirar de pinceles de retoque de pintura que se suelen vender en tiendas de recambios. Para los coches más comunes es fácil encontrarlos. Para las motos, no tanto, pero sí alguno que se acerque. Esos pinceles no siempre dan el resultado esperado. A mí siempre me ha ido mejor buscar pintura normal (la cantidad que te venden es mucha si es solo para un arañazo) y aplicarla con una «muñequilla» y no con pincel. Ya sabes: una punta de trapo de algodón o similar dando pequeños toques sobre el arañazo, quitando rápido el sobrante y acabando cuando haya secado un poco con el Polish, para que iguale. Ya te digo que sobre blanco, negro o colores así, funciona medio bien si te muestras hábil para ello. Sobre un metalizado… difícil. Pero se puede conseguir.
3. En el escape, mejor pintura anticatólica. Y no solo en el escape: bloques de motor terminados en negro, pinzas de freno e incluso en chasis o cualquier otra zona. El color negro tiene la ventaja de tener mayor adhesión y más fácil secado que la pintura normal. Se «tensa» bastante bien ella sola al secar y se puede dar en spray o sacando un poco con esa “muñequilla” si hace falta. Puedes conseguirla en tiendas especializadas en pintura, casi cualquier color, aunque las más comunes son el negro mate, negro satinado o gris metálico.
4. El truco del papel de aluminio. Encontré, hace ya muchos años, un buen truco para cromados con óxido. Los cromados, abundantes en algunas motos clásicas o en custom, suelen limpiarse bien con esos productos para dejar impecable plata y metales. Es un acabado duro al que es relativamente fácil devolverle el brillo. Hace unos años me encontré con un problema en los escapes y barras de protección del motor de una clásica BMW bóxer, con puntitos de óxido sobre el metal. Y aunque al principio me pareció una broma, acabó por funcionar muy bien. Primero, vinagre con un trapo. Dejas cinco minutos y frotas fuerte con papel aluminio empapado en un cubo de agua. Y verás cómo, por arte de magia, ese óxido desaparece por completo. He empleado este truco muchas otras veces. La verdad es que suele funcionar salvo en casos de óxido que ya se ha llevado material. Pero incluso en ese caso, mejora algo el aspecto de esos cromados oxidados.
5. Adhesivos: agua y jabón. Cuando es un adhesivo el que se ha llevado el arañazo, mal asunto. Eso no tiene reparación posible salvo la sustitución. Y este truco imagino que lo sabéis muchos, pero seguro que a alguno le soluciona la papeleta: para poner adhesivos grandes en superficies planas, rocía con un spray que contenga agua jabonosa. Permite recolocar el adhesivo hasta llevarlo a su posición para posteriormente, sacar las posibles burbujas de aire de debajo y dejarlo como si estuviera colocado de fábrica.