Errores de conducción en moto: aprende a evitar accidentes (I)

conducir 1
Errores de conducción en moto: aprende a evitar accidentes (I)
Josep Armengol
Josep Armengol
Existen errores de pilotaje frecuentes que muchos motoristas cometen y que pueden poner en peligro su seguridad. Descubre cuáles son y cómo evitarlos. Evitarás sustos... o algo peor.


En un reciente artículo en su blog, la Asociación Nacional del sector Dos Ruedas recapitulaba cómo han detectado una serie de errores comunes a muchos motoristas durante los cursos realizados en carretera abierta con la colaboración de fuerzas de seguridad locales. Repasemos sus observaciones, con las que coincidimos en gran medida, y veamos cómo podemos prevenir o corregir esos fallos de pilotaje más habituales: se trata de aprender a evitar situaciones de riesgo que podrían convertirse en algo peor y que, aprovechando nuestra experiencia, puedes ahorrarte.

Velocidad inadecuada

Este fallo es «un clásico»: no llevar la velocidad adecuada al entorno, o situación, en que estemos. Hay que reconocer que en moto es (más) fácil que se produzca por la facilidad de aceleración que tenemos en cualquier moto moderna de mediana o alta cilindrada, y en alguno casos la (relativa) poca sensación de velocidad que se tiene a sus mandos.

Pero si llegamos demasiado deprisa a una curva se nos acumulará el trabajo en la frenada y la tensión mental añadida nos puede impedir tomar decisiones adecuadas, no siendo difícil alargar la frenada y salirse recto o algo abierto. En curvas a derechas eso implica irse al carril contrario, donde puede haber vehículos circulando de frente (muy malo); en curvas a izquierdas nos llevará fuera del asfalto o contra el guardarraíl (malo).

Tal vez consigamos frenar bien y entrar forzando algo la situación, pero el mayor apoyo necesario sobre el neumático delantero puede que sea demasiado según cómo estén las condiciones de agarre de esa curva. Si tuviéramos una caída en ese momento, tendría parecidas consecuencias (malas) a las de abrir la trayectoria, pero en peor, lógicamente. Nos iríamos contra alguien de frente o hacia el guardarraíl por el suelo.

La solución es mirar siempre lejos para apreciar bien la distancia hasta la siguiente curva y no acelerar excesivamente ni mantener una velocidad demasiado elevada para no llegar «demasiado pronto» a esa curva y que la situación nos sorprenda y el trabajo se acumule. Cada carretera y cada conjunto piloto/moto aceptan cierto ritmo o velocidad con amplio margen de seguridad. Elijamos ése y no más. Estemos desplazándonos por necesidad o estemos disfrutando de la carretera en un paseo nada más, evitemos el estrés extra que nos puede traer un ritmo inadecuado. En circuito, en conducción deportiva, será otra historia. Aquí pasaremos cada dos minutos (aproximadamente) por cada curva, en una situación controlada y sin riesgos externos, y sí podremos aumentar el ritmo, hasta donde estemos cómodos, mucho más allá de la carretera.

Superar los límites del carril

Cambio carrilLo hemos visto antes: con velocidad excesiva posiblemente necesitaremos superar los límites de nuestro carril para completar la trazada de una curva y así conseguir detener (o reducir la velocidad de) la moto antes de un problema mayor. Pero no estamos solos y quizás más allá de nuestro carril hay tráfico de frente, un arcén sucio, un guardarraíl peligroso o un barranco. ¡Muchos riesgos!

Hay que tener presente que, aunque nuestras ruedas «pisen» dentro del carril, podríamos estar exponiendo parte de la moto y nuestro cuerpo al tráfico de frente. Por ejemplo en una curva a izquierdas, si las ruedas están en la parte interior, tú y la moto estaréis inclinados sobre el carril contrario; como el coche que venga de frente se abra un poco, tendrás un gran problema.

Es una norma que debemos tener clara siempre: está prohibido aprovechar otros carriles en carretera, incluso con línea discontinua, y es bueno acostumbrarse a dejar cierto margen incluso dentro de nuestro propio carril. Es un buen ejercicio marcarse esos límites, por lo menos medio metro por lado, y mantenerse dentro de ellos, lo que verás requiere esfuerzo, pero te servirá para aprender a controlar, a dominar mejor, tu moto. Ella debe ir por donde tú quieres, siempre y en cada instante, y no «trazar por donde ella quiera» después de que tú insinúes un punto de entrada en curva, algo demasiado habitual en muchos motoristas, aunque ni siquiera se dan cuenta de ello.

Observar las señales

Es evidente que cuando circulamos por vías públicas estamos sujetos a las normas de circulación. Además, las señales nos las recordarán. Algunas señales podemos discutirlas, como cuando en una autovía hay un tramo recto en bajada con una limitación puntual a «100» y tal vez un radar escondido haciendo caja. En cambio, cuando en carretera nos acercamos a un cruce y pasamos de la limitación genérica (90 o 100) a una inferior (50 o 70), debe servirnos de aviso de que en ese cruce puede haber un riesgo y habá que ser capaz de parar a tiempo.

Lo mismo se aplica cuando en un tramo de curvas que no conocemos bien, la velocidad no se prohíbe (señal blanca/roja) sino que se recomienda (señal de fondo azul). A mí, ésas me suelen llamar más la atención que el «prohibir por prohibir».

Algo parecido ocurre con las líneas horizontales, aunque debo reconocer que, últimamente, en muchos tramos se han pintado líneas continuas donde era perfectamente posible (por visibilidad y espacio disponible para la maniobra) hacer adelantamientos, y que se han convertido a «doble continua» solamente porque alguien en un despacho lo ha decidido así. Pero allí habrá que ser paciente, aunque solo sea para no salir en las grabaciones de los helicópteros de la DGT durante el noticiario.

Más vale prevenir…

Otro fallo habitualmente detectado consiste en «confiarse». En carreteras secundarias existen muchos «cruces» improvisados, situaciones como salidas de fincas o viviendas, accesos a caminos, etcétera. Un vehículo parado en ese punto puede salir y cruzarse en nuestro camino, y no hay que dar por hecho que nos ha visto, y mucho menos que ha calculado correctamente la velocidad de aproximación o cuánto tardará él en hacer la maniobra de incorporación a la carretera. Muchos hemos vivido ese momento de pánico al verlo de lejos, y observar cómo decide incorporarse porque «le da tiempo» mientras tu mano busca el freno y tu corazón se acelera. Aprovecha nuestra experiencia y no des nunca por hecho que te han visto ni que te respetarán.

Consejos de conducción

Incluso un cruce bien señalizado con un STOP en el otro lado puede ser peligroso, porque no sabemos quién, ni en qué estado, está esperando ¿Nos cederá el paso? ¿Nos ha visto siquiera? ¿Qué ha tomado antes de conducir? Nunca hay que confiarse. Ante esas situaciones hay que reducir la velocidad, dar ráfagas, y tener la mano derecha preparada para frenar, además de la vista concentrada en hacia dónde podríamos pasar si ocurre lo peor. Saber manejar la vista es algo muy importante porque hacia donde mires, irás. Si solo miramos al coche a punto de salir, y sale, inconscientemente iremos hacia él. Busca escapatorias y fija tu mirada allí, sin perder de vista el posible obstáculo, un consejo que también se aplica, por cierto, a animales en la calzada.