Leaving Las Vegas

Ruta con el Piaggio X10 350 por ‘Las Vegas’ de España

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Ruta con el Piaggio X10 350 por ‘Las Vegas’ de España
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Las Vegas no es sólo la ciudad del neón y el juego que sale en las pelis. También es una comarca madrileña, bañada por los ríos Tajo, Tajuña y Jarama, conocida como la huerta de Madrid. Todo un vergel para hacer turismo con el X10 350 de Piaggio. 


No tan espectacular, sin tanto glamour y con menos juego (aunque también hay un casino en Aranjuez), pero mucho más agradable para hacer carretera y pasar un fin de semana de agradable turismo por dos de los pueblos más bonitos de Madrid y luego ‘dejar las Vegas’ en dirección a Toledo, ciudad patrimonio de la humanidad.

La idea, de hecho, es aprovechar estos primeros días del otoño, todavía muy buenos en cuanto a clima (mejores que en agosto, desde luego, cuando el asfalto te achicharraba) para hacer un recorrido turístico con un scooter que hay que probar en plan ‘verdadero GT’. Es decir, carretera y turismo, y con acompañamiento en el asiento de atrás incluido.

El momento es ideal: el calor aprieta un poco menos, los niños están en el cole y aprovecho para irme con mi mujer a hacer esta ruta. No son muchos kilómetros y nos permitirá pasar la mañana con el X10, yendo desde Chinchón, el pueblo famoso por el anís y el Parador, a la aristocrática Aranjuez. Y de allí, a comer a Toledo. Pero si quieres conocer a fondo cada uno de estos lugares necesitarás más tiempo. Ni siquiera en un fin de semana podrás disfrutar de una parte de lo que te pueden ofrecer.

El X10 resulta un scooter muy adecuado para este menester. Es grande de carrocería, muy cómodo para dos personas y con un buen hueco bajo el asiento para llevar cámaras, bolsas y demás parafernalia que viene muy bien cuando sales a hacer kilómetros. Y, por supuesto, cuando te bajas del scooter, a pasear o a comer, los dos cascos integrales caben perfectamente. Puede parecer un poco justo de motor, pero sólo lo parece: corre lo suficiente para llevar buen ritmo, pero no tanto como para que mi mujer me vaya dando ‘manotazos’ en el casco por pasarme, por lo que la elección de este 350 no puede haber sido más acertada.

img 9177Chinchón

Chinchón es de esos pueblos que, desde que lo conocí hace más de 20 años, me ha atraído siempre irremediablemente. La Plaza Mayor, una de las más bonitas y conocidas de España, me resulta especialmente agradable. Su origen tiene sus raíces en el nacimiento del pueblo. Según cuentan, el espacio es el que ocupaban los cercados de ganado de los dueños de las casas de alrededor. A finales del siglo XV, el pueblo compró una de las casas y utilizarla para reuniones, y con el tiempo se convirtió en ayuntamiento. En el siglo XVII, la plaza ya tenía más o menos el aspecto actual (con menos coches, seguro y sin una X10 en medio…) y en todos estos siglos se ha usado, además de como plaza de toros, como corral de comedias o juegos de cañas, entre otros. Alrededor, los soportales albergan hoy día restaurantes y tabernas, no especialmente caros y sí de buena calidad. Con este tiempo, es unplacer sentarte a tomar el aperitivo antes de comenzar la ruta hacia nuestro siguiente destino.

Antes hemos tenido que llegar hasta aquí, ¿verdad? Chinchón está en un alto, a medio camino entre las carreteras de Valencia (A-3) y Andalucía (A-4). Si vienes desde la de Valencia, tendrás que subir un pequeño puerto (no muchos kilómetros) , con buen asfalto y curvas divertidas. Es un escenario idóneo para comprobar que, con buen pavimento, el Piaggio X10 350, incluso con dos personas, tiene una parte ciclo realmente buena. Las frenadas son de nota, entra en la trazada y la mantiene con mucha facilidad y se tumba sin ningún reparo. Ni siquiera mi mujer protesta, o sea, que se ve que no hace extraños. También es cierto que estamos subiendo y el motor de 350 cc, aunque declara 33 CV, se queda algo justo para subir de carreras. Justo, que no corto: a fin de cuentas sigo subiendo adelantando coches y furgonetas, por lo que tampoco debemos ir despacio.

Chinchón es un pueblo pequeño, muy turístico y con bastante actividad. El X10, sin embargo, acepta callejear por esas cuestas, con suelo no siempre en perfecto estado y entre coches y peatones. Es suave y va bien en estas circunstancias. Después del aperitivo en la plaza, al scooter, una vuelta más para ver (aunque sea por fuera) su famoso castillo y los alrededores de Chinchón, y a la carretera.

Camino de Aranjuez

Salimos en dirección hacia el oeste. A 350 m desde la última rotonda de Chinchón, te encuentras la carretera que te llevará a Aranjuez, pasando por Villaconejos. No es una carretera motera al uso: no hay curvas, pero sí buen asfalto, no demasiado tráfico y puedes contemplar bonitos paisajes, manteniendo siempre un ojo en el velocímetro: el X10 es capaz de pasar con facilidad de la velocidad legal y no tengo ganas de tener un mal encuentro con un radar móvil, el famoso trípode u otros inventos del demonio. No es probable que haya por aquí, pero nunca se sabe y no tenemos prisa. 

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Según entras en Villaconejos ves sitios, como no podía ser de otro modo, donde venden productos de la zona. Y, por supuesto, los famosos melones de Villaconejos. No nos resistimos; hay que parar y comprar un melón. Bajo el asiento llegará sin problemas, no nos ocupa demasiado y como no está previsto meternos en zonas bacheadas, el único problema es que llegara a casa calentito por el motor, por lo que habrá que estrenarlo otro día.

Sales de Villaconejos y continúas por la M-305. Está bien señalizado, no hace falta GPS ni mapas ni andar preguntando. Sigues la señalización hacia Aranjuez y en pocos minutos llegas a tu destino. Entras por la calle de la Reina, donde están los jardines del Príncipe y la Casa del Labrador, una zona preciosa y que merece una parada y un paseíto. 

Construida por orden del rey Carlos IV, fue su residencia oficial ‘desde el 7 de enero al 7 de julio de cada año’ y debe su nombre sólo a que el solar antes lo ocupaba justo eso, una casa de labradores. Pero como de todos es sabido, el plato fuerte del Real Sitio y Villa de Aranjuez es el Palacio Real: un inmenso edificio con unos más inmensos jardines, mandado levantar por Felipe II, aunque fue su padre, el emperador Carlos V, el primero en interesarse por este pueblo como villa real y coto de caza. Eso sí, durante el siglo XVII las obras estuvieron paradas y no se termina hasta tiempos de Fernando VI y Carlos III.

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Por Aranjuez, el X10, al igual que ocurría en Chinchón, demuestra que es buena opción también en lo urbano. No cabe duda de que en Aranjuez, más grande y más ciudad, se parece en la forma de circular a la de las grandes ciudades. Hoy precisamente hay muchos coches y el tráfico, no se porqué, es un poco más denso de lo que me esperaba. Aún así, el X10 se maneja bien, a pesar de ir con dos personas encima. No hay problemas para meterte entre coches, con un paso razonable entre ellos. Con más de 2,2 metros de largo y más de 200 kg en orden de marcha, tampoco es un ligero y ágil scooter básico. Sin embargo gira más de lo que parece y los kilos, bien repartidos, apenas se notan en ningún caso.

Cerca del Palacio, gran parte del pavimento es de empedrado, no asfaltado. No hay mucho problema: el X10 bachea bien y, al ser la versión Executive, incorpora frenada ABS y control de tracción ASR. Este último emplea los captadores del ABS y cuando detecta que la rueda trasera acelera más que la delantera, deduce que hay una pérdida de agarre y corta gas. Es algo sensible, y un golpe de gas fuerte sobre este suelo provoca que actúe. No pasa nada, es cuestión de abrir con más cuidado. Fotos en una de las fachadas del Palacio y a Toledo.

Entramos en Castilla-La Mancha

Salimos de la comarca de las Vegas y el GPS se empeña en sacarnos a la A-4 en dirección a Madrid para luego coger la CM-4001 en un par de kilómetros. Hay otras opciones, como salir hacia el sur, a buscar la N-400, pero sobre el plano, la primera opción me llama más la atención.

Hay unos 56 km de carretera por delante. Sin muchas curvas, el asfalto es bueno y no hay mucho tráfico. Son más kilómetros de lo que llevamos, pero por aquí no hay muchos atractivos turísticos ni cerca de la carretera. Es casi mejor seguir del tirón hasta las afueras de Toledo. De hecho, llegando sí hay un sitio donde ‘mola’ apartarse a un lado de la carretera y parar a hacer unas fotos: unos metros pasado el Km.1 de la CM-4001 por la que vienes. Desde aquí, hay una bonita vista de Toledo con el Alcázar presidiendo desde arriba.

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El X10 se traga los kilómetros con facilidad. Al igual que en el tramo entre Chinchón y Aranjuez, las largas rectas hacen que el Piaggio se lance con facilidad. De hecho, he aprovechado esta zona para comprobar si hay muchas diferencias si conecto el modo ‘Eco’ del motor. En la piña derecha hay un mando (por cierto, preciosas piñas por la noche, con iluminación de sus gráficos) que cambia las curvas de encendido e inyección de la mecánica 350 cc con el fin de consumir menos. Conectando este modo prima, en la gestión del motor, el ahorro de combustible sobre las prestaciones. Y lo cierto es que pierde poco en prestaciones: sigue siendo capaz de alcanzar la misma velocidad punta, pero pierde algo de brío al acelerar. No se nota demasiado, sigue siendo un 350cc con más de 30Cv, pero sí se aprecia algo más perezoso. 

Si te fías de lo que dice el completo ordenador de abordo del scooter, te ofrece consumos medios e instantáneos, ahora bien, en kilómetros por litro. Con el ‘Eco’ encendido, puedo hacer unos 5 km más por litro. No está mal. Por cierto, si necesitas más información y te gusta cacharrear en tu scooter, el X10 viene preparado para el PMP (Piaggio Multimedia Platform), con el que, conectando un Smartphone y con la app necesaria, conviertes el teléfono móvil en un verdadero ordenador. Desde aquí ves velocidad, revoluciones, consumos, potencia instantánea, aceleraciones longitudinales… Puedes, además, programar datos del viaje o ver dónde hay gasolineras. También ayuda a la diagnosis, pues registra posible averías, guarda la posición del scooter cuando lo aparcas e incluso mide el ángulo de tus tumbadas cuando vas en curvas. Muy divertido y útil.

img 9238Toledo

Toledo es una ciudad impresionante, da igual la cantidad de veces que la hayas visitado. Siempre encuentras rincones donde alucinar. En este caso, gracias al X10 350, recorrimos muchas de esas callejas que siguen abiertas al tráfico pero que con un coche da hasta yuyu meterse si no las conoces. También aquí es ágil el Piaggio. Y eso que hay zonas que entre el giro, la cuesta y el empedrado del suelo, parecen más una trialera. 

Es en estas zonas delicadas donde más destaca una de las cosas que menos me han gustado de este modelo: depende en qué circunstancias, al abrir el gas un poco desde muy baja velocidad, a veces (cuando coge al motor en retención) salta un poco hacia adelante, como si hubieses acelerado de más. Es cuestión de ajustes de inyección y no supone mayor problema, pero sí una incomodidad en un scooter, por lo demás casi perfecto.

Es prácticamente la hora de comer, así que un menú rápido pero típicamente toledano en una de las muchas terrazas que encuentras por las calles y una visita que se me quedó en el tintero la última vez que estuve en esta capital: la Catedral. La Catedral primada de España es un edificio impresionante y que merece la pena visitar en cualquier circunstancia. En este caso, además, tenemos la suerte de coincidir con una exposición de pintura organizada en sus capillas realmente espectacular, con gran cantidad de obras del Greco, Zurbarán y otros grandes maestros. Y aunque no fuese así; la imponente Catedral está considerada como un gran ejemplo del gótico español y, desde luego, si te gustan las piedras (como a mí), hay que ir sí o sí. No se me ocurre otra forma mejor de poner broche final a una ruta tan sencilla y, a la vez, especial, como la que te invitamos a realizar en el centro de la Península. 

En marcha

Ya lo conocía de la prueba que en su día publicamos, y guardaba buen recuerdo de él. Aún así, cuando vuelves a tenerlo delante de ti, sigue siendo un scooter grande a la vista. Pero también es elegante, muy largo, no muy alto y con una silueta fluida, que entra por los ojos. Moverlo en parado, desde su lado, requiere quitar la pata de cabra: lleva ahí la activación del freno de aparcamiento y si está extendida, no se mueve el scooter. Y si la quitas, con sus casi 200 kg en seco, da cierto respeto que se pueda caer: no te queda el recurso de soltarlo sobre la pata. Por ello es más fácil moverlo sentado sobre él. A pesar de su tamaño y peso, la altura de su asiento es de sólo 760 mm y se llega bien; no es tampoco demasiado ancho. Y una vez en marcha, se acabaron todos los problemas: es fácil, muy ágil, suave y con buen tacto de mandos.

En la carretera, como ya has leído en esta ruta por Las Vegas, es más rápido de lo que puede parecer, muy estable y divertido de conducir en cualquier circunstancia. Además, el sistema ABS ayuda a frenar con confianza y el ASR a acelerar, aunque en este caso es un tanto sensible y salta a veces sobre los baches o en cambios de asfalto. 

 

ASÍ VEMOS EL PIAGGIO X10 350 ccasi va

El X10 es un scooter GT de gama alta, indudablemente. Con esta premisa, y estando fabricado por Piaggio, no puede por menos que ser un gran scooter. Este 350 está más pensado para desplazamientos de rango medio y el 500 es seguramente más apropiado en carretera abierta. No obstante, el 350 tiene la ventaja de un menor peso, menores inercias y mayor agilidad, por lo que en viajes como el que hemos realizado es casi perfecto: suficiente en carretera, más ágil en ciudad e igualmente cómodo y amplio. No gasta mucho, con un registro de 5,3 l./100 km, aunque no es especialmente ahorrador, algo normal ya que es un modelo potente y grande. Además, con un modo “Eco” disponible, a aquellos que este aspecto les preocupe especialmente les será fácil controlar el consumo. En equipamiento y en capacidad de carga está en la punta de la categoría, con un espacio enorme en las “bodegas”, ordenador de abordo, pata de cabra con freno de aparcamiento integrado y demás parafernalia de lujo.