Cómo regresar a los orígenes y vivir aventuras en moto fuera de cobertura, con carnet A2 o A: Honda XL 750 Transalp
El lanzamiento de la tan esperada Honda Transalp, la cuarta generación del icono trail de media cilindrada de la marca japonesa ya en su cuarta generación, te sumerge en un auténtico “flash back”. ¿Recuerdas cuando tu vida era analógica y no eras “teléfono móvil-dependiente”? Ahora solo puedes encontrar una situación similar cuando tu pantalla refleja el indicador “sin cobertura”.
No obstante, llegar a este punto puede resultar a veces imposible. ¿De verdad lo deseas? Te doy un consejo para lograrlo que colmará tus deseos si dispones de afán de aventura y espíritu motero, además, con cualquiera de los carnets de moto, A o A2: Honda XL 750 Transalp.
Te lo digo en primera persona, tras recorrer rutas de ensueño por Los Alpes franceses e italianos sobre la última evolución de esta legendaria Honda. Con la excusa de su denominación Transalp, qué mejor forma de sacar el máximo partido a una moto de intenciones puramente versátiles para abordar algunos de los paraísos ruteros de Europa como son Los Alpes y vírgenes de cobertura. ¡Idílico!
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Con puertos míticos como los Col de la Bonette (la carretera asfaltada más alta de Europa con 2.802 m), Agnello, Turini o Braus, todos ellos en los libros de historia del Tour de Francia, Giro de Italia o el Rally de Montecarlo, la experiencia de vivir tanta leyenda en primera persona y en moto es impagable. En el sentido más Honda, también, porque por estas carreteras tuvo lugar la presentación de la primera versión Honda Transalp (XL600V) de 1986 y de la tercera (XL700V) de 2008, esta última, por cierto, con las coordenadas exactas del citado Col de la Bonette en los flancos de su depósito.
Los Alpes con la Honda Transalp XL 750
En mi caso, la aventura se ha hecho realidad en un recorrido de 800 km con acento francés e italiano durante tres días y trazados de todo tipo, “on” y “off road”, para degustar hasta qué punto la nueva Honda XL 750 Transalp hace honor a esta referencia trail eterna.
En nuestra prueba a fondo ya te comentamos nuestras impresiones sobre esta cuarta entrega Transalp, un modelo que sigue la tradición de incrementar 50 cc en cada sucesiva evolución, pero que rompe con todo lo establecido al entrar en una nueva era de motor de dos cilindros en línea en lugar de en V.
El resultado es totalmente positivo y por multitud de motivos. Primero y fundamental, el catálogo Honda estaba pidiendo a gritos una alternativa que se adecuara a la corriente de éxito de motos válidas para los carnets A y A2 que encontramos en todos los segmentos. En concreto en el apartado trail, la división Africa Twin-CB 500 X se situaba en los extremos de este contexto, por lo que una versión limitable como la Honda XL 750 Transalp ya cubre todo el espectro.
Y lo hace con el mejor de los criterios para este objetivo. Estamos ante una moto, primero, muy fácil, idónea tanto para el que accede por primera vez al universo de las trail realmente polivalentes (entendiendo como no polivalente, por ejemplo en la tradición Honda, una maxi como la Varadero sin opción “off” o una CB 500 X con la que es posible, aunque insuficiente, recorrer cientos de kilómetros con compañía y repleto de equipaje como mandan los cánones trail asfálticos).
El éxito de la Honda XL 750 Transalp como profecía autocumplida
Con sus 92 CV en edición libre, un porte equilibrado para todos los públicos (208 kg de peso y 850 mm de altura de asiento, lejos de extremos maxi) y la facilidad de conducción de su manillar ancho y las sensaciones que siempre consiguen los modelos Honda en asfalto (aun contando en asfalto con una llanta de 21” que, por supuesto, viene de perlas fuera de este medio), cualquier objetivo queda al alcance con independencia de la exigencia de su piloto. Porque incluso en campo disfrutarás de unas posibilidades que hacen de ella el epítome de moto trail tan moderna como fiel a la tradición a este término. Como aquellas primeras Transalp de hace casi 40 años.
Segundo con un bagaje electrónico de última generación, sobre todo teniendo en cuenta su PVP de 10.500 € en versión A2 (10.900 € en la “full power”). Las posibilidades de personalización de la respuesta de su propulsor, de las ayudas electrónicas o de visualización de información de su pantalla TFT (lástima que carezca de indicador de temperatura ambiente) la convierten en todo un ejemplo de vanguardia. Si a ello sumas el extenso elenco de opciones de equipamiento, te encuentras con un modelo dispuesto a cualquier fin, en carretera o fuera de ella, incluso “al fin” del mundo.
No hace falta llegar a tales límites para disfrutar de todos los secretos que te guarda la Honda XL 750 Transalp, éxito en el pasado y, sin duda, en el presente y futuro. Esta vez ha sido un poco más allá de nuestras fronteras donde hemos encontrado todo tipo de situaciones rodeados de la áurea mística de Los Alpes.
Pero en infinidad de regiones de nuestra Península Ibérica podrás saborear sus virtudes. Me refiero a carreteras de montañas sinuosas, a carreteras rotas u otras en perfecto asfalto, puertos de montaña de todo tipo con paisajes de variedad infinita, sendas accesibles de campo sin ánimo de conducción endurera pero sí de contacto directo con la naturaleza, nacionales de trazadas finas, autopistas con ojos puestos en ese posible radar, el atasco diario en la ciudad, la salida por tu carretera favorita de fin de semana o el puntual viaje de vacaciones de cada año. En todos y cada un de estos aspectos, puntúa con excelente nota, como bien te comentamos en nuestra prueba.
Más allá de un comportamiento excelente e hilarante de motor en medios y altos (estira a la salida de un “tornanti” o ángulo cero en pendiente y ¡se levanta!), tan solo mejorable en bajos, aunque solo cuando le exiges para una conducción más ligera del que es su verdadero objetivo (al igual que ocurre con unas suspensiones demasiado blandas para este uso pero que se comportan de maravilla en comodidad y equilibrio “on-off road”), sus condiciones la sitúan como una de las apuestas más firmes de la marca japonesa en el mercado actual.
Asimismo, esta base está tan lograda que no puedo dejar de pensar en próximas versiones que sublimarían aún más este concepto tan adecuado hoy día. Me refiero a la introducción del exclusivo DCT de Honda, e incluso exquisiteces como una IMU con ABS en curvas. Evidentemente, estaríamos en otro rango de precios, al margen que “pedir es gratis…”.
Todos tenemos nuestras metas, algunas posibles y otras no, para cumplir a los mandos de nuestra moto. En el caso de la Honda XL 750 Transalp, recorrer Los Alpes se presta como algo “casi” obligado. Relativamente cerca geográficamente, es una invitación que, si puedes, resulta muy difícil de rechazar.
Te sientes como el cartaginés Aníbal Barca cuando, en el s. III a.C., se enfrentó en las II Guerras Púnicas al Imperio Romano alcanzando el norte de la actual Italia desde Hispania a lomos de caballos y ¡elefantes!. En este caso he tenido el privilegio de “conquistar” Los Alpes sobre una Transalp, más “caballo” que un “elefante” como sería la analogía con la Africa Twin Adventure Sport, es más, un “caballo ganador”. En cualquier caso, aventura y siempre mejor en moto, ¿no crees?