Trofeo ANDIFER Open EasyRace: Querer es poder… ¡y pasarlo genial!

29 Trofeo ANDIFER Open EasyRace: Querer es poder… ¡y pasarlo genial!
Fotos: Trofeo ANDIFER Open EasyRace
Bego Calvo
Bego Calvo
La competición es algo que suele verse de lejos, desde la barrera acudiendo a un circuito o simplemente a través de los medios de comunicación. Pero si tanto te gustan las motos y la velocidad, ¿por qué no intentar dar el salto participando en una carrera? Participamos en el Trofeo ANDIFER Open EasyRace y te contamos desde dentro la experiencia.

Esa fue mi meta y ya está cumplida. Atrás quedaron los preliminares, los nervios, la imposibilidad de entrenar el día anterior por no disponer de presupuesto, las prisas para conseguir tener la moto lista para el mismo día de la carrera… Absolutamente todo queda atrás cuando consigues rebasar la línea de meta y abrazarte con el equipo que te espera en el parque cerrado. Esta es nuestra experiencia después de competir en el Trofeo ANDIFER Open EasyRace.

Una vivencia única. Así es como lo he sentido y como quiero transmitirlo de forma especial a aquellos que, como yo, desean medirse con otros en pista para quemar adrenalina a tope y, en definitiva, disfrutar de la velocidad y la moto en un entorno seguro y específicamente preparado para ello. Si además, como es mi caso, eres mujer, la cosa se complica, lo que termina por provocar una especie de ansia por superar el reto pese a ser todavía más cuesta arriba para nosotras. ¿Por qué? Esa es una cuestión larga y farragosa que ocuparía mucho espacio y, como lo que quiero es aprovecharlo al máximo con mi relato, comienzo a describir cómo empezó el reto y cómo acabó… ¡en el podio!

Carreras de chicos con chicas

Trofeo EasyRace

Pese a que mi escueta carrera deportiva se centra en pruebas disputadas del ya desaparecido Trofeo RACE, con un campeonato completo en 2017 y poco más, sin embargo ya sabía que excepto por no poder hacer la única carrera anual del Nacional de Velocidad de Féminas de la RFME, si quería correr en moto tendría que hacerlo en alguna prueba combinada con chicos. Es aquí donde la intervención de Alberto Ibáñez, Álberr para todos los que le conocemos, resulta fundamental. Apareció en los cursos de la Escuela de Pilotos Manuvi en la que soy monitora y, a sabiendas de que ya había disputado el Trofeo RACE, vino con esos cantos de sirena a los que nadie se puede resistir… ¿Una parrilla para aficionados? ¿Y se disputa todo en el mismo día, entrenamientos y carrera?

Como se suele decir, “el miedo es libre”, y cuando piensas en correr en moto te asaltan las dudas sobre el nivel del resto de participantes. Álberr, responsable del campeonato EasyRace, lo tiene muy claro y ha sabido establecer barreras para que todos, desde los verdaderamente veloces hasta los pilotos con tiempos más modestos, consigan pasar un magnífico día de carreras repleto de experiencias, vivencias con otros pilotos, con tu propio equipo, con ambiente de competición puro y duro… No sé qué más se podría pedir. Tal vez que la inscripción fuera asequible, pero lo cierto es que, por 190 euros, tienes a tu disposición las instalaciones completas de un circuito de velocidad con el despliegue de una infraestructura lista para la competición requiere, dos tandas de entrenamientos de 25 minutos y una carrera a 10 vueltas que, a ritmo de “nivel usuario”, se convierte en casi 20 minutos de gas a fondo intentando superar al piloto que tengas en el punto de mira.

Todo suena muy bien pero, ¿y qué pasa con las chicas? Muy sencillo: no hay suficientes como para hacer una carrera exclusivamente para nosotras, de modo que la parrilla se comparte entre ellos y nosotras. Así, nos veríamos las caras Mónica Díaz y dos “Begoñas”, veteranas, sí, pero de espíritu eternamente joven: Pereda con su BMW S1000RR y la que esto escribe con una modesta Honda CBR600RR; lo de “modesta” se entiende por la nula preparación del motor, totalmente de serie.

Trofeo ANDIFER Open EasyRace: Todo va encajando…

Trofeo EasyRace

Álberr ya me había convencido al partir la parrilla con un tiempo de corte lógico establecido en el entorno del 1.42”. Estaba claro que participaría en la carrera correspondiente a los Rookies, ya que en la “Pro” llegaron a picarse tiempos bastante por debajo del 40… Casi nada. Pero he ahí la clave de la EasyRace promovida por Alberto: cada uno dispone de un lugar seguro y cómodo en pista y su propia carrera con pilotos de nivel no demasiado dispar. El riesgo es mínimo para todos, los más rápidos y los que desean arriesgar menos pero pasándolo igual de bien o incluso mejor, ya que el resultado, a fin de cuentas, poco afectará a la moral una vez terminada la jornada.

El hecho de no asistir a los entrenamientos libres previos al día de la carrera te desbarata un poco los planes, aunque solo sea porque la gran mayoría de pilotos sí los realizan. No fue mi caso. Eran 150 euros extra que me vendrían a la perfección para el juego de gomas que necesitaba para los cronometrados del sábado y la carrera del domingo. Sí, lo sé, estaría muy bien disponer de otro juego nuevo para carrera pero… Imposible.

Jacob Garcés fue otro elemento clave a la hora de afrontar la carrera. Su equipo Azmer Jacomoto tuvo a bien acogerme en su box con la opción de disponer de su plantilla de mecánicos, a cada cual más atento y profesional. Pero lo cierto es que ya tenía pendiente de mí a dos amigos dispuestos a sacarles de sus habituales quehaceres profesionales para que me acompañaran en esta aventura. Joaquín, Sergio y, en el último momento, David estuvieron pendientes de mí y de mi moto en todo momento desde el sábado a primera hora de la mañana; sé que también hubieran hecho lo mismo en caso de haber podido entrenar el viernes. Por eso les estoy eternamente agradecida. De remate, Jacob nos ofrece un detalle que no hace otra cosa que describirle como persona: pone a nuestra disposición una camiseta personalizada con los espónsor del equipo y con el nombre de los pilotos que ocupamos el box, Javier Zabalegui, Israel Sánchez y Bego Calvo. ¡Corporativos a tope!

Llegó el día del Trofeo EasyRace

Trofeo EasyRace

Después de pasar la verificación administrativa y la técnica el mismo viernes por la tarde, de nuevo gracias a Jacob y su equipo, todo queda listo para presentarnos el sábado por la mañana a primera hora con las pilas bien cargadas y muchas ganas de salir a pista. Pronto se van cumpliendo los comentarios y consejos de Jacob, en referencia a realizar el mejor tiempo durante el primer cronometraje de la mañana, con unos 22 grados de temperatura ambiente que conseguirían extraer lo mejor del motor de serie de la CBR. Dicho y hecho. El 1.50” logrado durante la primera tanda fue imposible mejorarlo en la segunda, ya con más de 30 grados ambientales y ni quería saber los que habría sobre el asfalto del Jarama, se antojaba complicado. De nuevo el jefe del equipo lo tenía claro, y es que con mi moto frente a las R6 más o menos “hechas” y las SBK con las que también compartíamos pista, sumándole el calor, poco se podía hacer. De hecho, las compañeras de pista rodaban con sus S1000RR, pese a lo cual me colé como segunda Fémina en los cronometrados con una diferencia de tan solo medio segundo respecto a Begoña Pereda. ¡La carrera prometía ser ajustada entre nosotras!

Y en cierto modo así fue. La experiencia de ocupar un lugar en la parrilla de salida de una carrera de motos es, simplemente, inigualable. Todos se encuentran pendientes de ti, de lo que dices sobre cómo sientes la moto, sobre cómo te encuentras de moral para afrontar la carrera, qué hacer al final de recta cuando llegues a la maraña de pilotos buscando hueco para afrontar la primera curva del circuito… Un espectáculo que debe vivirse alguna vez en la vida y, eso también es cierto, una vez experimentado te picará el gusanillo para repetir. ¡Seguro!

Trofeo EasyRace

Con una formación algo caótica de la parrilla tras la vuelta de calentamiento (se nota que muchos no habían hecho una carrera o había pasado mucho desde la última, porque más de un piloto no tenía clara su posición concreta o incluso la línea en parrilla…), el semáforo se enciende en rojo y todos comienzan a acelerar en vacío preparando una salida lo más limpia y fulgurante posible. Pero al apagarse más de uno esperaba un “verde” para soltar el embrague y algunos quedaron clavados en su posición, lo que aproveché para salir lo más rápido posible en busca de ganar puestos en la frenada de final de recta. Para mi sorpresa, Begoña Pereda salió tan rápido que superó a mi fila, por lo que pronto vi que tenía el objetivo delante, a Mónica en primer lugar y a Pereda más cerca de mi posición.

En esos instantes, la gestión de los nervios y la concentración son realmente difíciles de mantener. El físico no me importaba, porque Ramón López de Fitness For Moto me había asistido para estar plenamente en forma, pero el poder de la mente es tal que años atrás ya sufrí una caída por precipitarme en pasar a la piloto que tenía justo enfrente de mí. Otra vez no me podía suceder lo mismo y así me mentalicé. En pocas vueltas logré superar a Pereda en la frenada de final de recta; estaba claro que ella no conseguía exprimir todo el potencial de su S1000RR en gran parte por falta de sensaciones, lo que me explicó una vez finalizada la carrera. Mientras tanto, Mónica, pese a no rodar tan rápido como en los cronometrados, se encontraba a la distancia suficiente como para no poder darle alcance con mi CBR600RR que, a medida que pasaban las vueltas, comenzaba a acusar el tremendo calor disparándose la temperatura indicada en la instrumentación y, con ello, mi temor a que no pudiera finalizar. Un nuevo esfuerzo para mantener la concentración y el ritmo vuelta tras vuelta.

A falta de solo un giro para el banderazo, Jorge Santisteban y su Kawasaki ZX-10R me superaba, interponiéndose entre Mónica y yo en la clasificación general. A fin de cuentas, él consiguió mejor tiempo en parrilla, saliendo justo a mi lado. Pese a que en las zonas más viradas podría haber arriesgado y superarle, sin embargo en las más rápidas se escapaba sin que pudiera hacer nada con casi 100 CV menos. ¿Merecía la pena arriesgar? Supongo que un piloto del máximo nivel lo hubiera hecho, pero una chica como yo ha de pensar en que el lunes siguiente le esperan en el trabajo para seguir pagando la hipoteca. Qué mundos tan diferentes, ¿verdad?

¡Gracias a todos!

Trofeo EasyRace

Una vez finalizada la carrera del Trofeo EasyRace, los comisarios del circuito del Jarama vienen a felicitarte como si fueras de la familia… y en cierto modo así es. ¡Cuántas horas compartidas entre cursos de conducción y carreras! Todos, absolutamente todos son magníficos, demostrando una humanidad y buen hacer digno de elogio.

La llegada al parque cerrado no es menos emotiva. Allí me espera el equipo al completo para traerme hidratación y mucho, pero que mucho cariño, besos y abrazos. Además de haber quedado segunda en Féminas y decimoséptima en carrera, me lo había pasado genial durante todo el día. Y cuando toca subir al podio… ¡la locura! Saludos entre las tres chicas y, tal y como había prometido Begoña Pereda, acabó cogiéndome en brazos permitiéndose el lujo de hacer la uve de victoria con la mano que le sobraba. ¡Estás fuerte, Pereda! Por simpatía y “locura sana” no será en su caso.

Llega el momento de recoger y echar el cierre al box, no sin antes agradecer a todos y cada uno de los implicados su granito de arena en este, a priori, alocado proyecto que ha terminado siendo tan real como maravilloso. Azmer Jacomoto, el equipo que me ha acogido como un piloto más en sus filas con Jacob y Cristian a los mandos, Hugo y Óscar, los mecánicos y amigos del alma Joaquín, Sergio, David y Luigi, los que me han apoyado y animado a participar como Manu de Escuela de Pilotos Manuvi, Begoña Pereda y MT Helmets y Garibaldi por equiparme con el cariño y el cuidado del mejor material que han podido aportar.

No sé si te han quedado ganas de probar después de haber leído esto, pero ten en cuenta que solo se vive una vez y, ya seas hombre o mujer, joven o no tanto, es de ley aprovechar cada momento de nuestra vida con las oportunidades que se nos presentan. ¡A por ello!