Prueba Mash Café Racer 125 Silver: Más-h Café

36 Prueba Mash Café Racer 125 Silver: Más-h Café
Fotos de la Mash Café Racer 125 Silver a prueba
Daniel Navarro
Daniel Navarro

No lleva muchos años en el mercado, pero no cabe duda que la marca francesa Mash se ha convertido en una de las referencias en el mercado europeo del segmento 125 de estilo retro. Su nueva Café Racer Silver amplía la gama con un modelo aún más llamativo.


Las retro de 125 cc son un estilo de moto que prácticamente inventaron los responsables de Mash. Fueron de los primeros -con permiso de Hanway y su Raw– en hacer una moto de estilo Vintage, de cuidada estética y terminación con la base mecánica de una 125 básica y ciudadana. Y está muy claro que acertaron de pleno, puesto que a partir de ahí empezaron a aparecer más marcas y modelos siguiendo ese esquema de diseño.

No obstante, Mash no se duerme en los laureles y sigue una estrategia acertada. Lanzaron una completa gama en 125 cc, con algunas versiones de sus motos más vendidas en 50 cc. Acto seguido ampliaron con modelos de 250 cc y las cimas de gama de 400 cc, todas ellas con un planteamiento de diseño similar al que habían empleado con las 125. Tras tener ya una gama completa no han parado de lanzar nuevos modelos, mejoras en la base mecánica y novedades sorprendentes.

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Esta Café Racer Silver cumple con este planteamiento. Es una nueva 125 que sigue empleando motor y chasis de las anteriores Café Racer (siguen en catálogo bajo el nombre Café Racer Black), que a su vez procedían de la más económica y estándar Black Seven, una moto que, dentro de un estilo retro, supone una opción digamos más GT. Para la Silver se ha montado una nueva carrocería, muy cercana en cuanto a estilo a las Café Racer más típicas de los años 50, con un gran depósito de perfil rectangular, un precioso faro redondo con cerquillo cromado, semimanillares bajos y un asiento con forma de colín. Es verdaderamente elegante y llamativa.

Con respecto a la Café Racer Black, a pesar de lo que por el nombre pueda parecer, las dos motos son distintas. No solo cambia el color. Para empezar, en la Black el depósito es más redondeado, con forma de lágrima. También los semimanillares son más elevados en la Black, por lo que da la sensación de querer ser menos deportiva que la Silver, aunque el motor sea el mismo. El frontal de esta Black está presidido por una horquilla invertida, mientras que la Silver monta una horquilla estándar, con las barras recubiertas con un fuelle, en un recurso estético más retro auténtico que la moderna horquilla invertida. Para compensar esa pérdida, la Silver equipa unos amortiguadores de botella separada superior, mientras que la Black exhibe unos más clásicos amortiguadores cromados estándar.

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En cualquier caso, las dos motos son similares, separándose en dos estéticas distintas para alcanzar los gustos de cualquiera que busque una 125 retro. Además, las dos se enmarcan dentro de esa gama Mash que ahora se compone de nada menos que ocho modelos retro en 125.

CÓMO ES LA MASH CAFÉ RACER 125 SILVER

Se define como una moto básica de mecánica, con una espectacular carrocería de estilo retro, precisamente la especialidad de la marca. La mecánica es un motor bien probado y muy conocido ya en la firma. Es el mismo que se emplea en otros modelos 125 de Mash, evolucionado hace dos años para superar la normativa Euro 4 y equipado con la consabida inyección electrónica Delphi. Es un monocilíndrico con dos válvulas mandadas por un único árbol de levas en cabeza y refrigerado por aire, con cambio de cinco velocidades, para el que se declaran 11,5 CV a 9.000 rpm. Como toda la moto, está fabricado en China, bajo el control de la marca y respetando sus criterios de calidad. Es, en el fondo, un motor básico, económico y fácil en todos los sentidos.

El chasis es también derivado de la Black Seven. Se compone de un bastidor en tubo de acero, de simple cuna abierta por abajo, que permite, como es lógico, montar sobre él las diversas carrocerías que dan lugar a las distintas modalidades de la gama.

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En la parte ciclo, en este caso, observamos dos amortiguadores traseros con botella separada superior, con el cuerpo cromado y muelle en negro. Delante, la horquilla es estándar, con fuelles y barras de 37 mm de diámetro. Los frenos están a cargo de dos discos, un delantero de 300 mm con pinza de tres pistones (uno de ellos para el sistema CBS) y un trasero de 220 mm. Con ese sistema CBS, cuando pisas el pedal de freno trasero actúas sobre el freno trasero y sobre el pistón central de la pinza delantera, consiguiendo así buen tacto y una frenada correcta si usas solo el pedal, mejorando la misma si utilizas ambos frenos como se debe.

El equipamiento es correcto, sin nada demasiado especial. Monta un piloto trasero de LED y doble pata. Añade caballete central y una pata lateral mejorada con respecto a las primeras 125 que comercializó la marca. En aquéllas se apagaba el motor siempre que utilizaras la pata lateral. Ahora, como debe ser, solo apaga el motor si metes una marcha mientras está extendida.

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El cuadro incluye doble esfera con fondos blancos. En una se encuentra el cuentakilómetros y velocímetro, y en el otro el cuentavueltas, con varios testigos repartidos entre ellos. No hay reloj horario ni parcial, pero sí el detalle del logotipo de la marca grabado en la tija superior. También llama la atención el tapón del depósito de gasolina, con cerradura tapada al estilo de un cierre estilo años 50.

CÓMO VA LA MASH CAFÉ RACER 125 SILVER

Me queda muy claro, después de esta prueba, que Mash no solo se preocupa por la estética de sus motos. Hay una clara mejora en muchos detalles en esta moto con respecto a las primeras que probamos, hace pocos años. Los detalles de terminación, como el logo grabado en la tija o el tapón del depósito, dan idea de esas mejoras. Pero también detalles de funcionamiento, como el ya comentado de la pata de cabra e incluso el propio motor, más suave, menos sonoro y con bastantes menos vibraciones. Todo ello da una sensación de mayor calidad y de preocupación por conseguir cada día mejores motos, sin perder su origen como fabricante-inventor-referente de la categoría.

Es una moto ligera y fácil de maniobra en parado. No tiene un radio de giro sobresaliente, tampoco mucho peor que cualquier otra 125 ciudadana. En este caso no limita la horquilla invertida el radio de giro, pero sí los semimanillares bajos. Sorprendentemente, éstos no le dan una posición de conducción demasiado «racing» y, por tanto, incómoda, como sí sucede, por ejemplo en la TT 400 o, buscando ejemplos en otras marcas, en la BMW R nineT Racer. En la Café Racer vas algo inclinado, pero no lo suficiente como para cargar brazos o espalda. Los pies no van demasiado retrasados y los mandos están en buena posición, con buen tacto y funcionamiento.

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La moto se pone en marcha cogiendo el embrague, lo cual es necesario siempre. Es un sistema de seguridad que también usan habitualmente Triumph o Suzuki. Si pones la pata, sigue en marcha si estás en punto muerto, algo que se agradece y que no hacen todas sus rivales. Subes la pata, metes primera y sales. Esta marcha es algo corta y pide enseguida la segunda. La moto resulta agradable, fácil y maniobrable.

En la ciudad es cómoda. El motor tiene bajos y medios. De hecho, le sigue gustando más ese régimen que los cercanos a la zona roja del cuentavueltas. En la carretera se defiende bien. Tiene un chasis suficiente para poder hacer una conducción más deportiva de lo que te esperas. Frena bien, acelera lo justo y se tiene bastante.

El motor de nuestra unidad estaba nuevo, más de lo habitual: lo estrenamos nosotros, con 5 kilómetros. Debido a ello no medimos prestaciones (saldrían más bajas de lo que la moto será capaz) y, además, decidimos respetar en lo posible el rodaje. Pero sí hay que resaltar que estos motores suelen venir bastante «duros». O lo que es lo mismo, hasta que no están bien rodados vibran más y corren menos de lo que después son capaces. Aún en estas condiciones, la moto vibra menos que las anteriores y se le nota que andará algo más. Ahora bien, las suspensiones se las han puesto como si fueses a rodar continuamente en plan RR, cosa que rara vez sucederá. Son duras para un uso ciudadano y relajado. Pero el día que quieras llevar la Café Racer a sus límites, seguro que serán útiles con ese reglaje.

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ASÍ VEMOS LA MASH CAFÉ RACER 125 SILVER

Mash sigue siendo uno de los mayores especialistas en Europa en este tipo de moto. Esa experiencia se nota, ya que la han empleado en mejorar sus productos. Esta nueva Café Racer Silver hace gala de esa evolución y la moto es una dura rival para cualquier marca que se integre en este terreno. Ha mejorado en carretera, donde muestra mejores maneras en curvas, con un motor mejor y más suave. También ha mejorado en ciudad, gracias a su motor, radio de giro correcto y buenos frenos. Es más discutible, en cualquier uso, si las suspensiones tan duras son algo positivo o podrían ablandarse un poco sin perder demasiada capacidad deportiva, dado que con un motor de 11,5 CV no necesitas un reglaje tan radical. Estas suspensiones bajan un tanto la nota de comodidad de la moto, que por posición de conducción podría ser superior.

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Tampoco el pasajero agradecerá esas suspensiones. El asiento, en forma de colín es muy bonito, pero no es el tipo más cómodo para el que va detrás. El equipamiento ha mejorado mucho. El nuevo sistema de pata lateral, caballete central y piloto trasero de LED es de agradecer. Solo echamos en falta un reloj horario, mientras que detalles como el tapón de gasolina y otros, destinados a mejorar el «look» retro de la moto, sí son bienvenidos. En autovía, como cualquier 125 de esta potencia, es capaz de rodar pero no resulta divertido ni agradable ir a menudo más despacio que los coches que te rodean.

FOTOS: Javier Ortega

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Más información de la Mash Café Racer 125 Silver

 

Mash Cafe Racer 125