Prueba Macbor Fun: Doce pulgadas de diversión

15 Prueba Macbor Fun: Doce pulgadas de diversión
Fotos: Prueba de la Macbor Fun
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Es una moda en auge. Las motos equipadas con llantas de 12" de diámetro como la nueva Macbor Fun se están consolidando como un nuevo segmento y en auge, como demuestran sus ventas. Divertidas y juveniles son, como reza el nombre de este modelo, muy divertidas.


No es la primera moto de este estilo, desde luego. Es de hecho la quinta moto de marchas de la era moderna que aparece en nuestro mercado con características ruedas de 12″. Honda MSX y Monkey 125, Benelli TnT 125 o Mitt PK 125 Max son sus rivales en este aspecto de emplear la rueda pequeña en tiempos modernos y son las que han hecho renacer un mercado que parecía desaparecido de hace años.

Ha sido especialmente en zonas como Canarias donde este tipo de moto, de marchas y con ruedas de 12″ (o, si quieres, «pockets bikes» matriculables), han encontrado su mejor mercado. En sus zonas de playas y turismo hace años (mientras en el resto de España estaban prohibidas) motos como las Honda Dax o Suzuki Van Van 90 se veían con normalidad por sus calles. Ese éxito de un tipo de moto que en el resto de España está tardando más en llegar ha sido suficiente para que muchas marcas busquen la posibilidad de ofrecer su propia interpretación de este concepto. Macbor acaba de presentar la suya.

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La Macbor es una solución sorprendente. Hace poco más de dos años que esta marca española regresó a la actividad. Ahora es una firma propiedad de Bordoy, uno de los grupos de distribución más importantes de España, importadores de marcas tan importantes como SYM, MV Agusta y concesionarios de otras más como Husqvarna o Indian. Hace muchos años fundaron su propia marca, Macbor, para fabricar motos infantiles. Y hace dos años, cuando el proyecto de las motos infantiles se dio por finalizado, decidieron refundarla para constituirse como su propia marca de motos de marchas. En estos poco más de dos años han conseguido disponer de una completa gama que incluye modelos custom, trail, retro y naked sport, en la que ahora se integra esta nueva Fun.

La presentación oficial de la Macbor Fun ha tenido lugar en la zona de Bages, en Barcelona. Hemos hecho unos cuantos kilómetros por carretera e incluso en karting. Y la moto es divertida, como su nombre indica. Es económica de adquisición y mantenimiento, además de una gran opción como 125 básica, urbana y de uso diario. Sí, es cierto que con esta configuración será fácil verlas como vehículo auxiliar de una auto caravana o en embarcaciones, pero insisto, en la ciudad y en el uso diario se define como una moto ligera, compacta y muy ágil. Así se erige como una herramienta ideal si no necesitas llevar mucho equipaje contigo. Asímismo, ese motor, «justito» en una 125 cc de tamaño normal, cuando reduces el peso hasta el nivel de la Fun gana en respuesta, como es lógico.

CÓMO ES LA MACBOR FUN

Se define como una «pit bike» matriculable, similar en algunos detalles a, por ejemplo, las Benelli TnT 125 o a la Mitt PK 125 Max. Sin embargo tiene su propia personalidad. De la misma forma que la Benelli se inspira en algunas de las TNT grandes de hace unos años o la PK imita en sus formas a una Ducati Monster en pequeño, en la Macbor encuentras influencias de varias procedencias. El chasis (el de verdad va escondido) que ves por fuera imita un multitubular; la parte delantera es la de una naked sport moderna y no me atrevería a dar una fuente de inspiración. Pero ese escape triple es inconfundiblemente MV Agusta, precisamente, una de las marcas que Bordoy importa a España.

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La moto es bastante simple en sus componentes. Al margen de las ruedas de 12″, en la parte ciclo encuentras una horquilla invertida aparente y un monoamortiguador trasero sin bieletas. Lleva dos frenos de disco y cuenta con un sistema de frenada combinada. Es, así, una 125 básica, con equipamiento de naked sport, solo que en tamaño «pit bike».

El propulsor cumple también con esa premisa. Es un monocilíndrico de aire, con culata de dos válvulas y cinco marchas. Es el mismo que la marca emplea en, por ejemplo, la trail Montana XR1 de 125, pero con algo menos de relación de compresión. Es lógico, ya que esta moto pesa 118 kg, mientras que la Montana detiene la báscula 20 kilos más allá. El sistema de inyección está firmado por Delphi y la moto alcanza los 10,5 CV a 8.500 rpm, con un par motor de 9,5 Nm a 6.000 rpm.

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El equipamiento es acertado y suficiente en una moto así. Equipa un cuadro digital bastante completo y de buena lectura (aunque hay que bajar la cabeza más de lo habitual, como es lógico), con pilotos de intermitencias y trasero de LED. Tiene detalles curiosos, como un cuadro puede cambiar de color de fondo pulsando un botón en el marco del mismo. Sólo lleva una pata de cabra, cómoda y con desconexión del motor. Seguramente un caballete central sería demasiado en una moto que ya es bajita y en la que resulta sencillo tocar con las estriberas en el suelo. Sí que porta estriberas traseras y el asiento tiene bien delimitadas las zonas del conductor y el pasajero, quien, por supuesto y a pesar del tamaño de la moto, tiene su espacio sobre la Fun.

De este modo, la moto hace honor a su nombre. Es divertida, está bien acabada y tiene suficiente motor para su peso, con un equipamiento muy razonable.

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Todas las motos de 125 cc del mercado

CÓMO VA LA MACBOR FUN

Hasta hoy hemos tenido la ocasión de probar gran parte de la gama Macbor. Ya habíamos descubierto este motor en alguna de esas motos y, por otro lado, también nos hemos subido en todas las «pit bikes» matriculables del mercado actual. Esto descartaba casi cualquier sorpresa antes de subirnos a esta moto. El motor es notable: las «pit bikes» son divertidas y más rápidas de lo que al principio uno se imagina. Cuando unes todo ello en la Macbor Fun, el resultado tenía que ser bueno. Y lo es.

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La moto es pequeña, a la vista está, pero no es una moto infantil. Sus mandos y ergonomía están diseñados para adultos. El asiento se encuentra a 760 mm de altura. Así, no es una moto alta, pero curiosamente no es la más baja de la gama. La custom Macbor Rockster tiene el asiento a solo 720 mm. Sobre ella la posición es recta, con los pies bajando rectos. El asiento tiene unas formas muy definidas y te quedas «pillado» entre el depósito y el respaldillo, pero no resulta incómodo. Los mandos tienen buen tacto y aparentan calidad suficiente.

La moto arranca con toda facilidad, con un sonido ronco y discreto, con solo un toque en el botón. El cambio también es suave y engrana las marchas con facilidad. Apenas hay vibraciones hasta que la subes mucho de vueltas. Por encima de 7.000 rpm (más arriba del par máximo) sí aprecias algunas en las estriberas, pero este motor es suave de funcionamiento en general. Los frenos también tienen buen tacto e incluso la frenada combinada está bien reglada, ya que frenando fuerte con ambas manos consigues que la rueda trasera, al menos en seco, llegue a bloquear antes de que la delantera se mueva.

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En la ciudad es, lógicamente, una gran opción si no tienes que llevar nada encima. Es bajita y estrecha, gira mucho y se mete por cualquier sitio con total sensación de control. En carretera corre bastante: llegas a ver los 115 km/h de marcador con algo de ayuda en forma de ligera cuesta abajo. A unos 90 km/h va muy cómoda. Es cierto que cuando aumentas el ritmo pueden aparecer algunos movimientos del tren delantero: es corta y para su tamaño, la palanca del manillar es elevada, a pesar de su tamaño estándar. Tampoco ayudan las suspensiones, algo blandas y un poco descompensadas para mi gusto, siendo la delantera más blanda que la trasera. Aún así, no llega a preocupar en ningún momento y siempre tienes buena sensación de control. Las estriberas son algo bajas y puedes llegar a tocar en curvas con asfalto bueno si te lo propones.

Fotos: Joan Carles Orengo

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Más información de la Macbor Fun