Indicios de marcha atrás en Madrid

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Indicios de marcha atrás en Madrid
Ramón López
Ramón López
Corren rumores procedentes de fuentes muy solventes que en Madrid capital se está dando un giro en una política que, hasta ahora, favorecía el uso de las motos y los scooter en la capital.


La teoría de la “mano negra” en todo lo referente a las dos ruedas que parece perseguir a este sector desde hace unos años vuelve a estar de actualidad y justo en un momento especialmente delicado. Las ventas de motocicletas, de cualquier segmento, siguen su caída libre, un descenso que es menos acusado en el entorno de los scooter de 125 cc. Éste es el ámbito en el que los fabricantes están apostando más fuerte, presentando las novedades más numerosas de sus gamas, por lo que resulta “curioso” que al más mínimo resquicio de luz al final del túnel, la realidad se tope con el enésimo obstáculo en el camino de este sector.
 
Por ejemplo, a pie de calle, la policía de Madrid está exigiendo la normativa de aparcamiento en la acera de un modo inédito en el pasado, una medida que entra dentro de la ley, por supuesto, pero no tanto en el terreno de la lógica con la extensión de un uso de las motos y scooter en el centro urbano que desbordan las previsiones de plazas de aparcamiento específicas actuales. Por otro lado, no sabemos si será por el grave percance sufrido por la Delegado del Gobierno en Madrid circulando con un scooter por la Castellana este verano, un accidente provocado por un coche, por otra parte, la tónica habitual en los accidentes sufridos en nuestras urbes en los que se ve implicada una motocicleta. Esperemos que no, porque el trabajo que se ha realizado durante los últimos años en la capital ha dado unos frutos excelentes. La densidad del tráfico no sería la misma si no se hubiese promocionado el uso del carril bus o la extensión de las citadas plazas específicas de aparcamiento. El pago por el estacionamiento dentro del círculo de la M30 fue un espaldarazo definitivo a la alternativa de las dos ruedas, lo que favorece una ciudad más habitable por menores emisiones contaminantes y mayor agilidad en el tráfico. Si las actuales autoridades de Madrid están dispuestas a deshacer camino y perder la ocasión de profundizar en la mejora de la ciudad, estarán cometiendo un grave error que no sólo se reflejará en el presente, sino también en el futuro.