Adivina adivinanza

Nacido como Gilera GP800, ya fue en su día el scooter más potente y rápido del mundo. Y nunca ha sido batido en este terreno.

Ahora, como Aprilia, es más ligero, más potente y más rápido, asegurando esa posición de liderazgo en prestaciones, lo que se quiere trasladar también al exterior, a su «look», y así, con colores más radicales y una carrocería que recuerda a otras deportivas de la marca de Noale, el SRV refuerza su carácter sport.

Blanco por fuera… o negro

Son los colores elegidos para la nueva carrocería, colores de base, porque el SRV, como ves en las fotos, lleva grafismos en varios colores.

Contrasta esta «generosidad cromática» con el anterior GP800, mucho más sobrio. Unido a las nuevas formas de sus plásticos (todo es cuestión de gustos), el SRV nos resulta más agresivo y atractivo.

Por delante quiere parecerse (y lo hace) a las RSV4, la deportiva «por excelencia» de la marca. El esquema de triple faro con las entradas de aire por debajo se toma, sin duda, de la superbike.

Por encima de los faros, la pantalla, vista desde fuera, tiene la típica forma de burbuja que utilizan las motos más deportivas, lo que limita un poco su capacidad de proteger al conductor.

Detrás monta un piloto al estilo de las Dorsoduro.

En la supermotard va flanqueado por los escapes y en la SRV se han montado dos falsas rejillas que recuerdan a dos salidas de aire, siguiendo el mismo estilo. Con todo esto, la nueva imagen del SRV difiere bastante del más serio GP800.

Desde el asiento del piloto, la cosa ha cambiado menos. Mismo cuadro, muy completo y legible, el mismo que en otros maxiscooter del grupo, la palanca de freno de aparcamiento a la derecha del escudo, mismo manillar «sport», con nuevo «logo» en el centro-

El Aprilia trae un nuevo botón para apertura eléctrica del asiento al lado del contacto y ha desaparecido del manillar el pulsador que subía o bajaba eléctricamente la pantalla del Gilera. Y, al igual que antes, sigue careciendo de guanteras delante, más un espacio muy justo bajo el asiento, con capacidad para sólo un casco.

Y por dentro, V2

Además de un evidente «restyling» estético del Gilera, en este nuevo producto Piaggio se han retocado elementos mecánicos para mejorar su comportamiento.

En lo que afecta a su parte ciclo, mantiene chasis tubular de acero de doble cuna (con el motor montado elásticamente), basculante de aluminio con monoamortiguador, horquilla de 41 mm y tres enormes discos de freno (300 mm delante), con ruedas de 16″ y 15″ delante/detrás, habiéndose trabajado en profundidad en el tarado de las suspensiones, ¡y se nota!

El motor también sigue siendo el V2 a 90º que se diseñó para el GP800 y la Aprilia Mana. Con culatas de cuatro válvulas y doble bujía, las modificaciones se han centrado en la electrónica, empleándose ahora dos sondas lambda, una en cada colector de escape, para tener «bajo control» las emisiones (y, por tanto, la combustión) de forma independiente en cada cilindro, a lo que añade un nuevo escape 2-1-2.

Estas mejoras dan como resultado la gananciade 1 CV, que ya antes eran muchos: 76 CV a 7.750 rpm y un par de 76,4 Nm a 6.000 rpm. Y casi más importante, una reducción de peso de 4 kilos.

¡Acertaste!

Con todos estos cambios, si has pensado que el SRV es muy diferente de lo que era el GP800, no es cierto. Pero si lo has analizado detenidamente, te habrás dado cuenta que ha «adelgazado» y se han modernizado sus líneas, lo que unido a su mejora en suspensiones nos ofrece un «scooterone» de comportamiento más noble, algo que se agradece porque corre, y mucho. Más que el Gilera.

Este Aprilia es un scooter que pasa de los 250 kilos, lo que sigue haciendo que a la entrada de las curvas llegue con mucha inercia y haya que «sujetarlo» y meterlo con fuerza y decisión.

También es largo, y en curvas lentas se tiene la sensación de llegar a un punto donde no sientes lo que hace el tren delantero. Pero si tienes esa sensación, es que estás yendo deprisa de verdad.

Y no te engañes. No es en este ambiente donde el SRV se encuentra «en su salsa». Mejor en carreteras con curvas rápidas y mucho espacio.

Ahí es, sencillamente, imbatible. Muy rápido y cómodo, han desaparecido completamente las oscilaciones de suspensión que aparecían a muy alta velocidad en el Gilera; ahora es como si llevases una gran GT.

En cuanto a la frenada, puede dar la impresión que falta tacto, pero es que, llegada la curva, parar esos kilos a gran velocidad requiere «tirar de frenos» con decisión…, porque en un automático no hay retención como en esa gran moto GT que quiere ser y de la que ya tiene muy poco que envidiar.

Por dentro o por fuera,como quieras

Aprilia ha preparado un completo catálogo de accesorios destinados a reforzar las capacidades sport, ruteras e incluso urbanas de su nuevo scooter.

Entre los primeros destacan un silenciador en titanio y carbono Arrow o los detalles en carbono o aluminio para el guardabarros y plataforma.

Navegador TomTom con soporte, baúl trasero, pantalla elevada o manta cubre piernas, entre otros, son opciones también muy interesantes.

A la ausencia de guanteras, el SRV añade un espacio bajo el asiento apto únicamente para un casco integral.

La triple óptica frontal es idéntica a la RSV4 R, así como el faro trasero, compuesto por leds.

La pantalla tintada es otro elemento que incide en la faceta deportiva del scooter más potente del mundo en la actualidad.

Basculante de aluminio y transmisión final por cadena reflejan su diseño más moto derivado de su hermana Mana 850.

Los récord del SRV

No hay, hasta la fecha, un scooter más rápido que el SRV. Hemos medido sus aceleraciones y los resultados hablan por sí solos (en verde, los mejores registros).

Fíjate en los tiempos obtenidos y sólo su «alter ego», el GP 800, es capaz de acelerar de forma similar hasta los 100 km/h.

En los primeros metros se impone la transmisión de doble embrague de la Integra, pero por encima de los 200 m, los 76 CV del SRV «marcan territorio».