Los 4 elementos que siempre debes vigilar si vuelves a sacar tu moto tras una larga temporada a la sombra

Aunque ahora las temperaturas están algo revueltas, lo cierto es que el buen tiempo ya se hace notar y eso es sinónimo de volver a usar la moto de forma más asidua. En muchas casos, vuelve a la vida tras una larga temporada a la sombra en un garaje, por lo que es esencial seguir una serie de pautas y comprobar diferentes elementos de la misma para que el ‘retorno a la vida’ se produzca con todas las garantías. Con la ayuda de la red de talleres de Euromaster, vamos a ver qué cuatro elementos tenemos que vigilar para sacar del letargo a nuestra moto y evitar así averías.

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Aunque el sentido común es clave para realizar este de comprobaciones, las ganas de volver a coger la moto pueden eclipsar llevarlas a cabo. Como consecuencia, esto puede incurrir en costosas reparaciones económicas y con las intenciones de coger la propia moto por echadas a la perder.

Cuatro elementos a vigilar para ‘desperezar’ tu moto

Lo primero que vamos a tener que hacer es comprobar si la moto arranca. Esto es vital para ver cuál es el estado de la batería. No sólo hay que revisar su nivel de carga, también efectuar una comprobación de los ciclos de vida que lleva a sus espaldas. Puede parecer que está en perfectas condiciones, pero si ya tiene un tiempo, a lo mejor es recomendable sustituirla por una unidad totalmente nueva -tienen un precio de entre 40 y 100 euros-.

Solventada la cuestión de la batería, la siguiente cuestión a revisar tiene que ver con los neumáticos. Hay que comprobar su estado, pues es el único elementos que está en contacto con la carretera. Además de comprobar los niveles de presión de acuerdo a lo indicado por el fabricante, es conveniente ver si el neumático se ha deformado o no, ya que la falta prolongada de uso puede hacer disminuir enormemente los niveles de presión y, por tanto, aumentar las posibilidades de que la goma presente formas irregulares.

Si queremos evitar esto, lo mejor es que nuestra moto ‘duerma’ con caballetes, ya que así los neumáticos no están contacto con el suelo y no se deforman. Si no nos ha quedado más remedio y observamos que están deformados, tendremos que acudir a un taller para cambiarlos. Independientemente de su estado, tendremos que comprobar la presión y adecuarla a las exigencias que especifica el fabricante.

El equipo de frenos cumple también una función esencial y por ello debe ser revisado a conciencia si la moto lleva parada un tiempo. El estado de las pastillas, los discos, el líquido de frenos… Se recomienda un purgado, esto es, sacar el líquido antiguo y añadir uno nuevo, pues sólo tiene un precio de entre 40 y 80 euros. Con esto, evitaremos averías que se pueden ir a los 900 euros, y lo más importante, mejoraremos la seguridad.

El aceite es el último elementos de la moto que debemos revisar. Si no se ha cambiado transcurrido un año o tras haber alcanzado el kilometraje estipulado por el fabricante, hay que sustituirlo, una tarea cuyo coste suele oscilar entre los 30 y los 100 euros, según el modelo de motocicleta. En caso contrario, un aceite en mal estado puede derivar en averías muy graves como la rotura de motor, lo que podría elevar la factura del arreglo hasta los 4.000 euros.