¿Cómo son las motos Retro?

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Motos retro
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Lo retro está de moda. No sé cuántas veces habremos oído, leído e incluso, en nuestro caso, escrito esta misma frase. Pero no por ello es menos cierto. Y en uno de los ámbitos donde es más cierto es en nuestro mundillo de las motos. Y eso que, de una forma u otra, siempre ha habido motos que recordaban otros tiempos.


Las retro, Vintage o Heritage son motos cuyas líneas, carrocerías y accesorios buscan inspirarse en otras épocas. Hace ya muchos años, en los 90, Kawasaki presentaba aquella W 650 que estaba a medio camino entre una custom y una naked, pero cuyo diseño querían parecerse a la primera moto de gran cilindrada de la marca japonesa, a su vez, en línea con las motos inglesas de los 60. La propia Kawasaki, si recuerdas, tuvo un modelo de Vulcan que llevaba guardabarros inspirados en las Indian Chief de los 40. Y siempre ha habido custom que buscaban esa inspiración clásica.

En esos mismos años, Moto Guzzi intentaba sobrevivir vendiendo precisamente la imagen de siempre, esas V-Twin longitudinales de entonces, cuyas custom Florida y Nevada se basaban en las exitosas California anteriores. Por supuesto, Vespa siempre ha mirado hacia atrás para ver su futuro. Y cuando lo hizo al revés, como con aquella Vespa Cosa, no salió bien. Triumph, renacida en los años casi 90 ya, desde el principio de esta etapa se fijó en su historia. Las primeras Thunderbird de tres cilindros podían también tener un cierto regusto custom, pero más bien se trataba de las primeras retro puras fabricadas en Europa.

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Esta estética, llevada al punto de perfección que logra, por ejemplo Triumph, con detalles como los cuerpos de inyección imitando las formas de los antiguos carburadores Amal, ha llegado a su punto máximo en esta década. Marcas como Hanway, Mash o Brixton han hecho de este segmento su razón de existir. Acogen chasis más motores económicos y de fabricación sencilla en China, y con unas líneas estéticas y detalles algo más sofisticados consiguen hacer motos que son verdaderas esculturas rodantes, dignas de admirar, en cilindradas que van desde los 50 cc hasta los 500 cc. Otras marcas, directamente, viven de seguir fabricando como en tiempos inmemoriales.

Royal Enfield era una marca secundaria que vivía de su mercado interno en la India. Ha fabricado más o menos el mismo catálogo que en 1950, cuando inició su existencia India. Ahora bien, el motor ha sido profundamente renovado en los años 90, aunque bajo los principios de los 50, con árbol de levas en el cárter, sin eje de equilibrado, monocilíndrico de carrera larga para girar tranquilo y con par, sin prisas. Ahora es una de las marcas más importantes y auténticas en esto de la moda retro, renovándose con conceptos plenamente actuales como la trail Himalayan y con una nueva serie de bicilíndricas en línea de 650 cc denominadas Continental GT e Interceptor que pronto tendrán más variantes en un futuro inmediato.

Otra forma de hacer retro es lo que están haciendo los japoneses: Yamaha, con las XSR de base MT, Kawasaki y sus Z RS o Suzuki, que acaba de resucitar su mítica Katana, emplean motos actuales convenientemente tuneados para parecer modelos de su gama antigua. Honda, siempre especial, ha desarrollado la nueva gama Neo Sports Café: la influencia de las café racer de siempre es patente, pero la moto tiene más de naked deportiva que de retro, si bien complementa la gama con motos como las preciosas CB 1100EX y RS, auténticas «retro» de alta cilindrada. O la nueva Monkey 125: todo un ejercicio de estilo retro que llega a las calles. Y sin olvidar la serie Heritage de BMW, marca que ha encontrado un filón en este ámbito gracias al arraigo de su motor bóxer refrigerado por aire y aceite.

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