Todos conocemos a alguien al que le han robado la moto o el scooter. Incluso nos ha podido pasar a nosotros mismos. En la medida de lo posible, hay que poner las cosas difíciles a los amigos de lo ajeno. Aquí te presentamos unas directrices básicas que te serán de utilidad. Ya sabes, haz tuyo el refrán de "más vale prevenir que curar".