¿Es Valentino Rossi el piloto más carismático de la historia del motociclismo?
Queda fuera de toda duda la popularidad de Valentino Rossi en el panorama del motociclismo actual. Pero esto no siempre fue así. Temporada de 1996, un jovencísimo Rossi debutaba en el Mundial tras triunfar en las categorías inferiores. Ya por aquel entonces lucía su sol y luna en el casco, así como el 46, una herencia de su padre Graziano.
El 31 de marzo Rossi afrontó su primera prueba mundialista y ya entonces asombró por su talento. La carrera la ganó Stefano Perugini, pero el 46 se las apañó para terminar en la séptima plaza a poco más de siete segundos de la cabeza de carrera. Solo unos meses después, en agosto de 1996, vería por primera vez la bandera a cuadros en primera posición, cuando batió a Jorge Martínez Aspar en el GP de la República Checa.
Fue a partir de ese momento cuando el mundo empezó a ver el potencial de aquel joven piloto italiano. Y no sólo eso, si no su forma de hacer espectáculo. Cuando a llegó a 250cc comenzaron sus famosos ‘gags’, escenas que el propio Rossi y su círculo de amigos montaban en cada victoria. Algo que un campeón como Álex Crivillé reconoce que “abrió las motos al mundo”. Todos querían ver qué o cómo la iba a montar.
Entre las más sonadas, en 1997, paseó una muñeca hinchable con una camiseta en la que ponía Claudia Schiffer para celebrar su victoria en Mugello. Celebración para unos; broma de mal gusto para otros, lo cierto es que fue portada de todos los periódicos deportivos del mundo. En 1998, los gags de Valentino adquirieron un nueva dimensión. Puede que os suene su ‘patrocinio’ Pollería Osvaldo. Ganó en Montmeló y subió en su Aprilia RSW 250 a un pollo, mientras que el italiano se puso una camiseta y un gorro en la que venía la mencionada empresa. Muchos se creyeron que era un sponsor, pero fue una broma que se le fue de las manos.
En 1999 tenemos la famosa anécdota de Rossi yendo al baño en Jerez, algo que no estaba pactado. En 2003, salió vestido de presidiario; y es que con la poderosa Honda ‘estaba condenado a ganar’. Podríamos seguir durante párrafos y párrafos, pero nos quedamos como guinda del pastel con 2009 y su “gallina vieja hace buen caldo” como celebración a su noveno y último mundial.
Esto le granjeó tal popularidad a Rossi que desde entonces otros pilotos han copiado esta fórmula. Jorge Lorenzo, Marc Márquez e incluso Dorna a la hora de nombrar campeón a Fabio Quartararo esta temporada. Todas esas celebraciones llevan el ADN del italiano.
Sacar la pierna para frenar: un gesto made in Rossi
Hasta que lo hiciera Rossi, sacar la pierna para frenar era síntoma de una sola cosa: el piloto había perdido el punto de apoyo en la estribera. Sin embargo, el 46 comenzó a usarlo y este simple gesto se convirtió en dogma para los pilotos. Todos los usaban. ¿Técnica o frivolidad? Puede que hace años no existiera unanimidad a la hora de encuadrar este movimiento en uno de los dos conceptos anteriormente mencionados, pero en la actualidad no hay duda.
El desarrollo de las motos de competición va dando saltos de gigante cada temporada. Motos que cada vez aceleran más, tiene más punta velocidad, sus neumáticos agarran mejor y sus frenos funcionan mejor. Este gesto es una consecuencia directa de la exigencia que requiere llevar una MotoGP y tiene todo el sentido del mundo: hacer más fácil la entrada a la curva cargando más el tren delantero. ¿Cómo? Ayudando con el pie.
Desde que lo empleara Rossi, no existe ningún piloto de primer nivel que no utilice este gesto en las frenadas más exigentes. Estos han sido dos ejemplos para intentar explicar la importancia de Rossi en el motociclismo. Sin lugar a dudas, sigue siendo (y lo será por muchos años más) el piloto más carismático del panorama de las dos ruedas.
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