Carretera y manta

¿La DGT juega al escondite con los motoristas?

¿La DGT juega al escondite con los motoristas?
Juan Carlos Toribio
La paciencia es una virtud que se nos está agotando. Con más de dos años largos de espera, las ilusiones de los ciudadanos en el proyecto para concedernos el derecho a la seguridad de los motoristas durante esta legislatura de la DGT se mueren por la desesperación en dicha espera.


En ocasiones debemos recordar que vivir de farol no es bueno: el tiempo termina mostrando la verdadera cara. Confiamos (en su momento) en el poder del conocimiento para un cambio de estrategia en la planificación de nuestro derecho a la seguridad y este «conocimiento» o no estaba o no se ha utilizado.
 
Seguimos a ciegas, caminando solos, errantes por el sendero de nuestra inseguridad y convertidos en culpables de todos los males. Seguimos con una administración incapaz de entender nuestras causas accidentales y sus consecuencias.
 
Tenemos una DGT que mantiene en constante desinformación a los ciudadanos motociclistas. Con un grupo de trabajo para la seguridad de los motociclistas que lleva más de un año sin reunirse, dormido o muerto, en un temerario ejemplo de homicidio de la participación de la sociedad organizada en la lucha contra el problema.
 
Creímos que se nos darían respuestas y con las respuestas vendrían las soluciones, y nos hemos quedado sin respuestas y sin soluciones. Necesitamos que se nos respete como ciudadanos y encontrar formas y fórmulas a nuestros problemas y no una soberbia muestra de incapacidad ejecutiva.
 
Hoy, libre en lo que digo y hago y a la espera de sicario que termine con mis palabras, creo que si éste es el panorama que se nos deja (una situación que consideramos consolidada), el activismo social es la única herramienta para desbloquearla.
 
Una vez más me siento como si nos estuvieran «tomando el pelo».

 

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