Gesto feo. Gesto bonito

Gesto feo. Gesto bonito
Carlos Domínguez
Ganar un combatido G.P. en noble lid merece los mejores elogios. Jorge Lorenzo lo hizo en Silverstone contra el coriáceo Marc Márquez. Magnifico duelo. Repetición del de Brno ésta vez resuelto en favor de Lorenzo. Audaz adelantamiento aprovechando un resquicio dejado por Márquez. Espléndida resolución de una tensa carrera disputada al límite ¡Bravo Jorge!


Marc fue astuto. Con un hombro luxado apenas cuatro horas antes, siguió la rueda de Jorge sin perder comba. Dejarse llevar es más cómodo que enzarzarse en peleas a destiempo, máxime cuando se arrastran las consecuencias de la lesión matinal. Tenía los veinte puntos asegurados, los mismos que cosechó, pero a tres vueltas del final se le despertó el instinto asesino. Desató la “incontinencia de adelantamiento” que lleva dentro y asestó hachazo al líder, Lorenzo.

La carrera tuvo intenso desenlace: Jorge se lo devolvió una vuelta después. Exactamente en la misma curva donde Marc se había luxado en el warm-up. Se olvidó del hombro, de la caída y del campeonato que está acuñando con preciso cincel de orfebre. Atacó a tres curvas de la meta. Adelantó de nuevo. Se puso en cabeza. Olía la meta con carrera ganada. El aroma de laurel duró un instante. En la curva siguiente Jorge le colocó la rueda delantera con contundencia katana. Limpio adelantamiento con mucho coraje. Recibió el banderazo 81/1000 antes que Marc. Un suspiro. Ganó en Silverstone con todo honor. Rompió la sequía de cinco GGPP sin vencer. Derrotó finalmente a su bestia negra que es la Honda. También al indómito Márquez.

Estaba exultante. Incontenido júbilo. La euforia le nubló el juicio: Soltó ostentoso “corte de mangas” ante la abarrotada tribuna, bien erguido para hacerlo más visible ¡Feo gesto! Impropio de un campeón del mundo. Enturbió su gran triunfo. Sea cual sea la intención, significado y destino de tamaño aspaviento, debe contener las formas y expresar sus sentimientos de mejor manera. Poco importa la aclaración que diera después del horrendo gesto asegurando que no fue un “corte de mangas”, sino una celebración, de rabia. Fue un feo gesto.

En contrapunto, el bonito gesto del derrotado Márquez aplaudiendo, manos en alto, el paso del ganador. Eso sucedía pocos segundos después del “corte de mangas”. Marc sabe asumir la derrota. Elogia la victoria ajena. El experto público de Silverstone apreció inmensamente más la deportiva actitud del perdedor que el menosprecio del ganador.

Márquez cautiva, hace amigos. Lorenzo, así, no.

 

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