La Comisión de Seguridad MotoGP en entredicho

Las reuniones de la Comisión de Seguridad de MotoGP se celebran por convocatoria de oficio todos los viernes de Gran Premio a las 17:30 h. La cita se efectúa en la sede de Dorna instalada en cada circuito. La participación no es obligada, queda a libre criterio de cada piloto de la clase MotoGP. Ellos son los encargados de poner sobre la mesa los aspectos a mejorar de cada circuito y los defectos a enmendar según cada ocasión y criterio. Velan por la seguridad de todos los pilotos, incluidos los de las clases menores. Tienen la responsabilidad de custodiar la aplicación de las máximas medidas protectoras disponibles. Quienes no asisten a la reunión no tienen opción de queja o enmienda alguna.

La Comisión de Seguridad no cursa invitaciones específicas a ningún piloto. Cada cual acude cuando lo cree conveniente. Las ausencias son cuantiosas. Excesivas. En Barcelona, a pesar de la gravedad de la situación, solo participaron diez de los veintitrés pilotos de la parrilla MotoGP. Desidia incomprensible. Actitud y comportamiento inadmisibles como pilotos profesionales que son.

No vale alegar compromisos personales para justificar la ausencia, como arguye Valentino Rossi. Tampoco excusarse por el desconocimiento de las intenciones de variar el trazado de la pista y no ser avisado de ello, como esgrime Jorge Lorenzo. Los asuntos a tratar eran de mayor enjundia; la asistencia obligada.

Ellos dos saben mejor que nadie el peso específico de su presencia y voz en las reuniones, pero son infrecuentes sus asistencias a ellas. No se ven concienciados por la importancia de su participación en la Comisión de Seguridad. Parece que muy poco les importa tan determinante cuestión de interés general para todos los pilotos, incluido el suyo propio. Valga también lo dicho para los once ausentes restantes en la cita de Barcelona.

Ninguno de ellos tiene el más mínimo derecho de reclamación o queja. Su obligación moral es la de asistir puntualmente a las reuniones. Máxime, a continuación del fallecimiento de su compañero Luis Salom en la pista.

La gravedad de los hechos debería haber puesto en guardia el instinto de supervivencia de todos los pilotos. Sobremanera a los oficiales de cada marca. Son las grandes voces del ágora del Mundial y los primeros en ser escuchados. Ocultados en sus refugios personales nadie les oye. Tampoco se enteran de cuanto se debate ni de las resoluciones acordadas por el bien común. Pierden cualquier derecho de réplica por ausencia en la Comisión.

Después de oír los pueriles argumentos de los dos grandes ausentes en la sesión de Barcelona, queda claro que Dorna, IRTA y FIM deberían dictar por reglamento la obligatoriedad de asistencia a todas las reuniones de la Comisión de Seguridad. Parece ser que así proceden para nutrir de grandes nombres a la conferencia de prensa de los jueves previos a cada G.P.

Claro está que la retransmisión televisada en directo de las conferencias de prensa, forma parte del espectáculo. Es muy buena ocasión para mayor lucimiento de logotipos de patrocinio que exhiben los pilotos en sus indumentarias corporativas. También es espectáculo añadido por Dorna para engrosar el contenido de su oferta televisiva.

La inquietud por la seguridad ha de ir más allá de esa lasitud y tolerancia, es asunto de interés inherente a los pilotos y al deporte motociclista. A quienes no interesa ni preocupa la seguridad deberían ser apartados del Mundial por riesgo de peligrosidad latente.