Prueba T-Bike Proto: Recordando el futuro

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T-Bike Proto
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Es una contradicción, ya que el futuro no se puede recordar. Pero sí puedes mirar al pasado para encontrar ideas que una vez funcionaron y que, en nuevas circunstancias y con nuevas tecnologías, pueden resultar muy interesantes en el futuro cercano. Como la T-Bike Proto.


Eso es exactamente la idea que subyace tras esta T-Bike Proto y que captas en-seguida, en cuanto la ves y la conoces. ¿Os acordáis de las VeloSolex? Es la mar-ca más famosa de aquellas bicicletas que empleaban un motor acoplado para ayu-dar al ciclista. Algo similar es la T-Bike Proto, una bicicleta con un motor térmico de aAyuda al ciclista con un montón de ventajas, ya que no es un ciclomotor; no necesita matricula ni seguro y puede circular legalmente como «ciclo». Además es ágil como una bicicleta, pero con mayor capacidad de respuesta y velocidad que una convencional, lo que indudablemente la hace más segura entre el trafico.

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Su nombre ya dice mucho de ella. La T-Bike está inspirada en las muy de moda e-bike eléctricas, pero con «T» de «térmico» por su motor de gasolina en lugar de eléc-trico. Añade «proto» no solamente porque no ha llegado a la serie, sino poAXrque el propio concepto exigirá que cada una de las T-Bike que se fabriquen deba ser ajustada y afinada en su concepto y montaje para cada cliente determinado, siendo así todas ellas verdaderos «prototipos» únicos y diferentes. Otra ventaja es que, a pesar de esta personalización absoluta, no será más cara que una bici de rango medio, siempre y cuando te conformes con una parte ciclo estándar, ya que obviamente, puede montarse sobre cualquier bicicleta que tú quieras.

La idea, el diseño y la fabricación son obra de Ignacio Gamero. Es un piloto de enduro e inventor, autor de algunas innovaciones en otros campos de la ingeniería más que destacables. En este caso, Ignacio ha buscado la inspiración en aquellos velomotores clásicos, fijándose en el mercado creciente de bicicletas asistidas y adaptando aquella idea a las circunstancias y necesidades de movilidad actuales.

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¿Cómo es la T-Bike Proto?

Esta T-Bike que ves en las fotos y que hemos podido probar es la segunda unidad fabricada. Ya hay una tercera versión, más deportiva, en fase de diseño (aunque en este caso diseño y fabricación van casi unidos). Dispone de un ciclo más perfeccionado y eficaz que el primer proto que se fabricó y que ahora es capaz de ayudarte a hacer muchos kilómetros con un coste mínimo. Gasta un litro de gasolina cada 100 kilómetros y, según Ignacio, cualquier persona con poca forma física es capaz de hacer esas distancias e incluso más sin muchos problemas. Esta T-Bike Proto está fabricada sobre la base de una bicicleta de gama media de Decathlon. Las exigencias de Ignacio sobre seguridad en este vehículo rozan la obsesión y por ello buscó una bici no muy cara (entorno a 500 €) pero que tuviese buenos frenos (de disco en ambas ruedas) y doble suspensión. Una T-Bike debe ser capaz de rodar sobre cualquier tipo de asfalto y éste no siempre está perfecto. Como es capaz de mantener unas velocidades interesantes, parece fundamental llevar suspensiones.

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La segunda pieza básica de este vehículo es el motor auxiliar, un Honda de 35 cc y 4T procedente de maquinaria de jardín, conectado a la rueda a través de una transmisión flexible y una pequeña rueda de arrastre a la rueda trasera. Parece sencillo, pero cuando te cuentan la cantidad de detalles que ha habido que afinar, empiezas a entender que esto es mucho más complejo de lo que parece.

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Al final, aunque lo parezca, esto no es un Velosolex moderno. Ni siquiera es, ni pretende ser, un ciclomotor «original». Legalmente se encuadra en la categoría que la ley denomina «ciclo». Actualmente la ley habla de varios tipos de vehículos: bicicletas normales, bicicletas de pedaleo asistido, que son casi todas las eléctricas y una tercera categoría, poco conocida, definida como ciclos. De éstos se dice, en la propia ley, que deben moverse de forma principal por la fuerza muscular, pero que pueden llevar una energía auxiliar no principal. También, legalmente, en este tipo de vehículos se permite la «auto certificación» para homologarla: no hace falta que pase una exhaustiva revisión en industria, basta con que el constructor certifique que cumple la ley actual.

La T-Bike Proto cumple estos requisitos. El motor se ajusta de forma que no supere nunca el 49% de tu fuerza muscular, medida en kilos, en el momento en que encargues tu T-Bike. De esta forma, la energía principal del vehículo eres tú, no ese motor. Como cada una se ajusta a su dueño (lo que permite, además, reutilizar viejas bicis o rematar el vehículo a tu uso y con los accesorios que tú prefieras), la homologación se hace por auto certificación de cada una de las unidades que se produzcan. De esta forma, legalmente, son un «ciclo», que no requiere matrícula, seguro o carnet. Aún así, Ignacio, como te decía, se preocupa de verdad por la seguridad: no se va a hacer ninguna T-bike para niños o para nadie que no tenga el mínimo conocimiento sobre el tráfico o cómo rodar en bici.

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En marcha sobre la T-Bike Proto

Es un vehículo diferente. Ligera (pesa poco mas de 20 kilos), muy ágil?y absolutamente personal. Tuve la oportunidad de probarla durante unos instantes. Esta unidad está hecha para alguien bastante más alto que yo. Resultado: no llegaba bien ni siquiera a los pedales. Y esto, en un vehículo que se mueve gracias a tus pedaladas, hace que sea difícil de llevar.

Se pone en marcha mediante un tirador sobre el motor. El puño del gas va en la posición normal de cualquier moto. Atención, porque los frenos no. Van como en una bici (se pueden cambiar con facilidad, si lo prefieres), con el delantero en la mano izquierda. Aceleras y la bici apenas se mueve: te empuja ligeramente, pero nada más. Sin embargo, das pedales, vas acelerando al tiempo y lo que resulta es una pedalada agradable, como si siempre fueses llaneando o con una ligera bajada. Es fácil de llevar y absolutamente controlable. Aún así, seguridad ante todo: cuando se pongan en venta, todas las T-Bike se entregarán tras un «cursillo» de funcionamiento y explicaciones sobre todos los detalles, de forma que pueda ser un vehículo útil y divertido, sin peligros. En esta prueba, lógicamente, con la unidad de Ignacio, sin adaptarse a mí, al final resultaba más sencillo y adecuado observar cómo va con alguien que sabe cómo funciona que conmigo encima. Cogí una moto y dimos una larga vuelta por carretera y ciudad para ver cómo se desenvuelve. Y convence.

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Se mueve con agilidad, frena correctamente y es capaz, con un piloto acostumbrado a ella como es Ignacio, de ir a una velocidad considerable. A modo de anécdota, en carretera con algo de subida, Ignacio adelantó a un ciclista «de los de verdad», con bici de carretera y pertrechado como tal ciclista, yendo Ignacio sentado, en vaqueros y sin «despeinarse». Dentro de la ciudad se aprovecha de las mismas ventajas que una bici: pesa poco más que una bici normal y pasa por los mismos sitios.

Esta unidad, de hecho, es la que usa su creador para hacer gestiones a diario. Va hasta la ciudad en el tren o en el metro con ella (lleva una cinta para colgársela al hombro si necesita pasar por escaleras) y una vez allí, arrancas y te mueves con ella. Con ese pequeño motor, apenas hace ruido, no es molesto en absoluto. Apenas huele y, si hubiese que homologarla como vehículo a motor (cosa que no es necesaria, como te contaba antes) superaría incluso la Euro 5 por contaminación, cosa que hacen pocas de las motos más modernas.

¡Quiero una!

Adquirir una unidad no será un problema, siempre y cuando tengas algo de paciencia. Ignacio está ultimando algunos detalles de terminación y ya está casi dispuesto para empezar la fabricación. Sería artesanal, de una en una y adaptada a cada uno de los clientes y a sus necesidades. No hay, por tanto, un precio cerrado, no puede haberlo en un vehículo así. Pero para que te hagas una idea, si tú pones la bici, se puede calcular que convertirla en una T-Bike Proto serán unos 2.400 €, con variaciones en función de acabados y accesorios. Y ahí, claro está, se incluye la certificación del fabricante, las reuniones y pruebas necesarias para adaptarla a ti y la entrega personalizada de tu nueva T-Bike Proto.

Lo primero será contactar con el fabricante. Esto puedes hacerlo a través de su página web, donde tienes más fotos e información sobre este producto (www.t-bikeproto.es) , a través de su e-mail, [email protected] o por teléfono, en el 608 808 689.

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