Viajes en moto custom: La bandana no ocupa lugar

llunatica 2010
Viajes en moto custom: La bandana no ocupa lugar

Se acerca la fecha del viaje, te quedan unos cuantos días para disfrutar de las vacaciones o de unos días libres. Este dato será definitivo a la hora de preparar los bártulos. Cuanto menos, mejor. Esa es la consigna. Menos peso, y mayor facilidad de encontrar las cosas.


Existen elementos fijos, como la ropa interior, camisetas y calcetines. Los primeros son cortos para el verano y largos para el invierno. ¿Cuántos? Uno por día es lo ideal, pero en ocasiones no caben. Así que se reciclan, la leyenda dice que tienen cuatro posiciones. Vamos a dejarlo en dos, higiénicamente hablando.

¿Camisetas? Una por día también, si se puede. Un truco es viajar con camisetas viejas, de promoción de «Pinturas Arcoiris», o «Carrera Popular de Valdemanco». La tiras al llegar y te pones una más guapa para la «concentra». Con frío procede llevar puestas dos, la de manga larga debajo y luego la de cortas. Esta la usas para esa misma noche, en la barra de la Cantina. Los calcetines tienen más días de uso. Ponte dos pares si el frío aprieta y, si estruja, unos de lana jaspeada de alta montaña. El torso lo refuerzas con un forro polar, en el caso de trayecto gélido. Y si no, lo guardas por si acaso.

La bandana no ocupa lugar

Lo que llamamos equipamiento se compone de chupa (chaqueta, cazadora, zamarra, pelliza…), pantalones, botas, guantes y casco. Solo debes llevar en el equipaje unos pantalones de más si el viaje lo requiere. ¿Guantes de invierno y verano? Depende del pronóstico climatológico. Nunca sobran. De lo demás, una unidad, excepto en las botas, que son dos, obviamente. Aaaaah, un pañuelo para el cuello, para la cabeza, para los mocos. Versátil. Lleva puesto y repuesto. La bandana no ocupa lugar.

Si eres un tipo rudo, el casco abierto será lo tuyo, así que el mundo del pañuelo se amplía hasta la nariz, donde se apoyan lo que atañe a continuación. Las gafas. De sol para el día y amarillas de noche. Contra los destellos de ellos.

¿Y qué más? Lo de la bolsa de viaje. Es un error llevar una mochila puesta para trayectos largos. Y amarrada sobre la parte trasera conlleva los inconvenientes del enredo de las correas con la rueda posterior. Es una traba. Si estás pensando en un baúl, cofre o elemento antiestético parecido, deja de leer, man.

Otra cosa son las alforjas, imprescindible del viajero cernícalo. Cuanto más viejas, mejor. Con tachuelas, mejor. Con cadáveres de invertebrados, mejor.

La bandana no ocupa lugar

Y luego está la bolsa estanca ajustable. Básicamente es como un petate de la mili, con un cierre hermético que se amolda al contenido que incorpora. Las hay grandes, de diez litros. Ésta la puedes llenar si el viaje es de un mes. 15 días, medio llena; siete, medio vacía. Se recomienda en color negro o, en caso de duda, antracita. La roña es negra, se nota menos. Sin asas, sin logos. Lo transportas sobre tu hombro, abrazandolo por su parte exterior, y lo sujetas a la moto con una red elástica que sirve para amoldar el forro polar o cualquier cosa que necesites a mano: plano, petaca, funda de la cámara de fotos…

Otros adminículos necesarios o convenientes para incorporar dentro del petate: otro par de gafas de sol, mapa y rotulador fosforito, navaja/herramienta multiuso, mechero de recambio, cargador eléctrico de lo que sea, papel y boli, crema solar, «clines», condones, abrechapas, tarjetas de memoria de la cámara de fotos, unas chanclas baratas y teléfonos importantes apuntados en un papel. Todo esto debe ir custodiado en bolsas de plástico anudadas.

La cartera enganchada con una cadena al pasador del pantalón y llena de dinero. Tira millas, colega.