¿Dónde están los puntos negros?
El Conde de Rivarol (escritor francés del XVIII) dijo en una ocasión que la razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar… a mí me sigue pareciendo que tenemos tantas cosas por hacer y me pone en alerta determinadas situaciones que no termino de entender- que no he podido ser nunca razonable.
El 13 de enero del 2009 los Ministros de Interior y Fomento firmaban un acuerdo para señalizar los tramos de concentración de accidentes de la Red General de Carreteras del Estado- Era el principio del fin de la transparencia pública en este sentido.
Hasta el año 2008 existía un documento-informe, de carácter anual, emitido por la Dirección General de Tráfico y que se centraba en el análisis de toda la red de carreteras, basándose en los criterios de la Instrucción 01/TV-29. Por otro lado, era de conocimiento y descarga pública.
Posteriormente al acuerdo, se mantenía la posibilidad de localización y lectura en web, pero a fecha de hoy, el último informe disponible es del año 2007 y cualquier otra información ha desaparecido.
El acuerdo entre el Ministerio de Interior (Dirección General de Tráfico) y el Ministerio de Fomento no ha favorecido ni la credibilidad de las administraciones públicas ni la eficacia y funcionalidad del sistema, y no se tuvieron en consideración el riesgo de variabilidad de puntos y que no afectaba a otras carreteras que no fueran del Estado, no dando solución al problema, una solución que obligatoriamente pasaba por:
– Identificación del tramo.
– Información y señalización cautelar.
– Intervención para la reducción del riesgo.
¿Qué ha sucedido con la publicación anual sobre puntos negros y tramos de concentración de accidentes? Ha desaparecido y a los ciudadanos no nos queda más remedio «que llamar al CSI», porque en España no quieren encontrarlo.
El parque de vehículos del año 2010 aumentó en un 0,7% con respecto a 2009. El parque de motocicletas es el que más ha aumentado respecto al año 2009, con un 3,9%, hasta algo más 2.707.000 motocicletas. Todo esto implica más vehículos en movimiento.
El control y la auditoría del ciudadano es un paso correcto para reducir la accidentalidad y garantizar la seguridad, pero no es el único. Para lograr la seguridad vial debe entenderse la necesidad de trabajar por una vía de varias direcciones, multidisciplinar y capaz de actuar sobre aspectos concretos sin desequilibrar otros.
Llamemos a Grissom para saber qué pasa, y luego, no nos quedará otra que llamar al Equipo A- Hay cosas que parecen de película.
