A escasas horas de pasar de nuevo por el quirófano, me pongo a escribir el blog de esta semana, un blog que esta vez no tiene nada que ver con lesiones ni operaciones.

Experiencia vital

Carlos Morante
Experiencia vital
Fórmula Moto
Fórmula Moto


Carlos_Morante

Se me ocurrió anoche mientras veía en la tele una entrevista-coloquio que se grabó el año pasado en las instalaciones del ESIC al presidente de Coca-Cola España y Portugal, un tal Marco de Quinto, un pez gordo sin duda. Le vi una persona muy segura de sí misma, un tanto altivo e incluso chulesco, con traje caro sin corbata y bien repeinado hacia atrás con bastante gomina. Debe rondar los 45 y entre otras cosas «presumía» de vivir solo  y no tener responsabilidades familiares. Ya os hacéis una idea de su perfil. ¡Menudos homenajes se debe meter el pájaro!

A parte de hablar un buen rato sobre las excelencias de la Coca-Cola y su magnifica gestión al mando de la filial española, también estuvo hablando del mundo del motor. ¿Por qué? Hay muchos ricachones muy bien posicionados que gastan parte de su tiempo y su dinero en participar en competiciones de coches y motos, y este hombre es uno de ellos. Y me parece genial: yo en su lugar también lo haría. Desde luego que problemas de patrocinio no tienen. Marco contaba que ha participado en unas cuantas ediciones del París-Dakar en coches y en diversas competiciones de off-road en motos.  Y  si hoy estoy hablando de esto es porque dijo algo que me llamó la atención y con lo que estoy totalmente de acuerdo.

Contaba que en su empresa hay gente preparadísima en el mundo empresarial: licenciados «cum laude» en Oxford, másters MBA en Harvard, seminarios y experiencia en marketing  y finanzas… gente con muchas tablas, pero que en muchos casos tanta preparación no es suficiente para triunfar y avanzar.  Marco contaba que cuando alguno de estos «pipiolos» van a pedirle consejo sobre cómo mejorar su carrera profesional, les contesta siempre lo mismo: «Corre el París-Dakar». Evidentemente, no todo el mundo tiene en sus manos participar en una carrera de esta magnitud, pero lo que él quería transmitir es que a veces hay que vivir experiencias personales de esfuerzo y superación que se encuentran fuera de los libros o de las oficinas, para que nos aporten «eso» que sólo por mucho estudiar y trabajar nunca vamos a adquirir.

Todo eso me recordó a cuando yo empezaba a correr en moto hace algún tiempo. Carlos Morante -que tiene un repertorio de frases «moto-vida» interminables- siempre me decía algo así como: «Isma, quizás algún día seas Campeón del Mundo, o quizás no, pero todo lo que estás aprendiendo y viviendo en las carreras te servirá para todo lo que hagas el resto de tu vida, para todo». Y muchos años después de aquello, sólo puedo darle la razón. Son muchas las cosas que he aprendido de las carreras que se pueden aplicar a la vida «normal», ni yo mismo sabría enumerarlas ni soy consciente de todas. Al margen de los propios reflejos físicos y capacidad de reacción que te da el hecho de pilotar una moto a 300 km/h, aprendes a relacionarte con la gente -con todo tipo de gente-, aprendes a buscarte la vida, aprendes a solucionar problemas e improvisar, y de una manera muy rápida, porque así es el mundo de las carreras… Pero, sobre todo, hay dos cosas importantísimas que he sacado en claro. Una es la superación personal. Desde la primera vez que subes a una moto en un circuito te haces un poco más inconformista. Siempre buscas y piensas la manera de superarte a ti mismo, siendo el crono el juez del asunto, y te das cuenta que, por muy rápido que vayas, siempre se puede mejorar. La otra es que aprendes a sufrir. Sí, puede parecer un poco cruda la palabra, pero es cierta. En las carreras hay momentos buenos e inolvidables, esos son los que enganchan. Pero por cada alegría que te llevas, te llevas diez disgustos. Cuando no te quedas sin presupuesto, es porque te has caído y destrozado la moto, o te has roto un hueso, o te han tirado cuando estabas en posición de podio, o te han descalificado después de tanto esfuerzo por usar una bomba de freno no autorizada, o te han robado las motos de la nave…, todos ellos pequeños o grandes sufrimientos a los que uno nunca se acostumbra, pero a los que sí que aprendes a sobreponerte.

Por eso, hoy día y gracias a mi experiencia en las carreras, veo la vida de otra manera, no sé si mejor o peor, pero desde luego que más fácil sí. Veo a mucha gente a mi alrededor atorarse y ahogarse en un vaso de agua con «problemas» que a mi no me llevan más de 10 segundos de pensamiento. Y no es que yo sea más listo que nadie, es que he tenido la suerte de llevar una vida de motos que me ha espabilado. Yo entiendo que no todo el mundo tiene la posibilidad de correr en moto, pero sí que todo el mundo debería pensar alguna vez en hacer algo a su alcance y fuera de la rutina diaria, que le hiciera ver las cosas desde otra perspectiva. Hay muchas cosas, piensa un poco.