V Memorial de motos clásicas Ernesto Corretger 2022

Ernesto Corretger falleció hace ya casi cinco años. Y desde entonces sus amigos hacen este rally -ruta, si prefieres- y así recordarle en la forma que a él más le gustaría: entre amigos, motos clásicas y carreteras enmarcando increíbles paisajes del norte, partiendo desde Tolosa (Guipúzcoa), la tierra que le adoptó.

Esta edición es ya la quinta de un rally que va camino de convertirse en una de las citas imprescindibles del año entre los amantes de las motos clásicas. Han sido tres días (15, 16 y 17 de octubre) de rutas por la impresionante costa vasca hasta el interior, Navarra e incluso Francia en el segundo día, con carreteras y recorridos aún mejores si cabe y un tercer día, de despedida, por distintos valles del precioso entorno guipuzcoano. Un recorrido total de más de 500 kilómetros, con centro en el hotel Oria de Tolosa, realizado a bordo de motos clásicas. Se admiten unidades de cualquier año, con la única limitación, al menos en esta edición, de equipar ruedas de radios y frenos de tambor.

Yo no tuve la suerte de conocer a Ernesto, pero sí a sus amigos, organizadores de este evento. Álvaro, con su mujer -e hija de Ernesto- Nuria, José Luís y su esposa, Coro, Martín y Alfredo se han echado sobre los hombros la organización de este evento y lo han sacado adelante con nota. En mi caso, es la segunda participación en este Memorial y seré, en la medida de lo posible, fiel seguidor de las próximas ediciones. Esta mezcla de carreteras, paisajes, comidas con amigos (más bien comilonas), buen rollo y diversión no es fácil de encontrar en todos los eventos. Pero en este, viene de serie.

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Una sorpresa inolvidable

El primer día, además, tuve la grata sorpresa de contar con una moto muy especial para mí. Álvaro, o más bien su hijo Pablo puesto que la moto es suya, me dejaron rodar sobre una Bultaco Metralla MK2 impecable para cubrir los primeros 130 kilómetro. Compartimos ruta con impresionantes monumentos rodantes como la Motosacoche de José Mari, una espectacular Gillet Supersport de 1929 de Álvaro (que tuvo que sustituir a los pocos kilómetros por una Moto Guzzi Falcone 500 impoluta), la infalible Zundapp KS 600 de 1940 de Segundo y otros cuantos ejemplares que dieron buen resultado en general. El parte del primer día indica ausencia de fallos mecánicos importantes, buen tiempo e impresionantes vistas.

La segunda jornada es el más exigente en cuanto a recorrido. Si el primer día se hizo la costa, el sábado 15 tocaba interior. Emprendemos ruta hacia el este, hasta Saint Étienne de Baigorri, en Francia, y vuelta por Navarra hasta Tolosa, pasando por todos los puertos que la organización encontró por los alrededores, que no son pocos. Mi segundo día será con una DKW NZ de 1938. Se portó como una campeona, a pesar de su escasa potencia y sus 84 años.

Tuvo que luchar por subir puertos de mejor manera que la Lube NSU de Martín, que acabó por fallar por problemas de chispa, lo que obligó a sacar la moto de sustitución que nos acompañaba en esta ruta a bordo de la furgoneta de asistencia. José Mari saca una espectacular NSU 500 oficial, pero se ve obligado a volver a casa a medio recorrido para cambiarla (fallo en los rodamientos de dirección) por una no mucho menos llamativa Scott Flying Squirrel, una bicilíndrica 2T refrigerada por agua que sigue sorprendiendo por su tecnología a todos aquellos que la ven.

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El plantel se completa con modelos como BSA 500 monocilíndrica, BMW R50/2, una espectacular Universal, bicilíndrica bóxer no tan conocida como las BMW, pero precisamente por eso más llamativa, de José Luis, junto a las Sanglas 350 de Alfredo y la 500 S de Álvaro, la moto que perteneció precisamente a Ernesto Corretger. No olvidamos las impecables -y rápidas- BMW 75/5 de Miguel y Nacho que rodaron impecablemente toda la jornada.

Pero, una vez más, al pasar por pueblos, la gente se queda con las conocidas Montesa Impala, representadas por la espectacular Turismo de Fausto repleta de extras, o la Sport 175 de Luis.

El último día, el domingo, se rueda solo por la mañana. Se diseña una ruta más corta pero dura para los frenos de algunas -la DKW NZ 250 acabó acusando un importante descenso de rendimiento, después de algunas bajadas considerables-, una vez más completa con impresionantes parajes que demuestran que el País Vasco es, seguramente, uno de los enclaves más atractivos de Europa para rodar en motos clásica.

La organización ya está preparando la VI edición de este Memorial del que Ernesto podría sentirse más que orgulloso. Y los participantes seguro que esperando a que se abran las inscripciones para repetir una experiencia que merece la pena si eres aficionado a la moto clásica. Atento al calendario y anota para octubre este rally imprescindible.