¿No usas tu moto en invierno? Hibérnala para que esté a punto
Ante la pregunta ¿usas la moto en invierno? Si tu respuesta es que sí, entonces necesitas repasar nuestro artículo con consejos de puesta a punto para el asfalto frío y húmedo de esta época del año. Pero también es posible que prefieras dejar las dos ruedas para cuando las condiciones son óptimas para su disfrute sin tenerse que preocupar del estado del suelo, o del equipamiento dedicado al invierno. Incluso es posible que tu moto no sea de las más indicadas para usarla todos los días del año. Muchas deportivas entran en esa descripción, no sólo por concepto sino porque los neumáticos con los que mejor partido les sacamos son muy poco apropiados para el asfalto frío, o directamente peligrosos en estas condiciones ya que nunca alcanzan su temperatura de funcionamiento. Veamos este y otros puntos a tener presentes para guardar la moto estos meses.
Neumáticos
Si decidimos no usarla, lo ideal es evitar que los neumáticos soporten el peso de la moto durante los meses de inactividad. Como no todo el mundo tiene caballetes, y menos uno frontal como los que se usan en competición, una buena solución práctica es dejar las ruedas sobre-hinchadas, es decir, echarles aire para aumentar la presión hasta 3-3’5 kg, presión con la que todavía será seguro conducirlas de vuelta a casa para su hibernación. Si lo haces, déjate un «post-it» en el cuadro de instrumentos como recordatorio para que, cuando vuelvas a cogerla, repases a cuánto están las ruedas antes de salir para dejarlas de nuevo en sus presiones ideales.
Fundas y antirrobo
La funda tiene muchas ventajas, además de la evidente, de evitar que el polvo o el sol ensucien o degraden las superficies de nuestra moto, también ayuda a evitar miradas curiosas de quien quizás no queramos «eche un ojo» a nuestra pareja. Ojos que no ven… y la funda es un buen antirrobo por este motivo, más si es de las que permiten que la dejemos atada por abajo con el antirrobo correspondiente. Ahora bien, tampoco te recomendamos comprar una funda con un aspecto demasiado llamativo, no sea que consigamos el efecto contrario al deseado.
En cuanto a los antirrobos, sin duda lo mejor es atar la moto a algo sólido con una cadena segura. En la calle, farolas o vallas son nuestras amigas, y mejor en una zona transitada (sin estorbar). En los garajes, si no tenemos una columna o algo así cerca, merece la pena instalar una argolla segura en el suelo: se fijan con tacos seguros y se remachan los tornillos una vez puesta, con lo que sólo una radial podría liberar la moto.
Si tienes alarma, seguramente no será la mejor idea dejarla conectada…
Batería
El segundo problema de las baterías mayoritarias (plomo) es que su reacción de carga/descarga no es totalmente reversible: cada vez que se quedan muy bajas de carga y necesitan un cargador, pierden parte de su capacidad. La batería que compraste de 12 Voltios y 10 Amperios-hora, después de una descarga total y tras volverla a cargar, ya será de sólo 8 o 9 Amperios-hora; y el efecto es peor cuanto más descargada y vieja sea la batería. Por eso llega un punto en que, pese a cargarla y montarla, la batería ya no es capaz de arrancar la moto y toca comprar una nueva.
Todo esto, lo que significa resumidamente es: evita que nunca se quede descargada, para que la batería te dure muchos años. Así que si vamos a guardar la moto, desconectemos el borne negativo (el más seguro porque va conectado a todo el chasis). Incluso así, puede ser buena idea dejar puesto un cargador inteligente, de los que terminada la carga se quedan en modo mantenimiento (monitorizan el voltaje de la batería y dan pequeñas cargas si baja de cierto nivel). Si tu batería es muy inaccesible o no quieres dejarla desconectada, entonces necesitas uno de esos cargadores para estar seguro de que, dentro de unos meses, arrancará sin problemas (ni un gasto extra en batería).
Por último, evita arrancar la moto si no vas a darte un buen paseo para cargar la batería. Un arranque consume suficiente capacidad como para que debamos tener el motor en marcha entre veinte minutos y media hora, y por encima de unas 2.000 vueltas (no sirve tenerla al ralentí en la mayoría de motos).
Aceite y gasolina
La gasolina es menos crítica en ese aspecto, y la que se vende en nuestras gasolineras (todas) aguanta muy bien el paso del tiempo. Pero si puedes elegir, deja la moto con menos de medio depósito aunque no en reserva: cuando vuelvas a cogerla, llénala y así habrás minimizado el problema de la (escasa) degradación del combustible o sus residuos.
En cuanto a lo demás, se aplica lo del aceite motor: es mejor hacer la revisión antes que después de dejar la moto parada, porque así minimizas el impacto de los líquidos viejos o degradados. Refrigerante, líquido de frenos, aceite de transmisión… si va a tocar cambiarlo pronto, mejor hazlo ahora. Y dale una buena capa de aceite protector (el de silicona para cañas de pescar o similar es ideal) a todas las partes metálicas, o también plásticas más expuestas, pues ayudará a mantener todo mejor a largo plazo; este tipo de aceite es bueno también para cerraduras o articulaciones (manetas, pata de cabra, caballete, etcétera) puedes echarlo por todas partes ¡menos en los frenos y neumáticos!
Un último consejo: lava la moto antes de guardarla con todos los cuidados que te hemos indicado, nos lo agradecerás dentro de unos meses cuando puedas volver a disfrutarla.