Hanway Raw 125: Prueba a fondo

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Hanway Raw 125: Prueba a fondo
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Segundo modelo de Hanway en nuestro país tras el scooter Tourer, la Raw destaca por un precio llamativo que se corresponde con una moto de imagen espectacular y funcionamiento más que correcto.


Hanway es una de las últimas marcas en desembarcar en nuestro país. Alrededor de un año lleva en nuestro mercado y la Raw es el segundo modelo en su gama. Su filosofía es simple: motos baratas fabricadas en China, pero con calidad al nivel de lo exigido por el usuario europeo común. Así lo han hecho (y demostrado ya) con el scooter Tourer, un modelo económico de buen funcionamiento, bien terminado y agradable de llevar. Y ahora repiten la fórmula con su nueva Hanway Raw 125 de marchas. Pero en este caso se ofrece algo más. Precio y mecánica son de 125 básica. Muy pocas motos nuevas puedes conseguir por menos de 1.300 €. Aún así, además «te llevas» una moto con una lograda estética «setentera» o detalles sorprendentes como freno de disco ondulado.

Hanway Raw 125: Prueba a fondoEquipa un chasis en tubo de acero, con suspensiones estándar y motor muy similar al Yamaha YBR 125 (ambos son de origen Jianshe). Se trata de un cuadro bastante básico, con curiosidades como el led que se enciende si te llaman por teléfono y con aspecto retro, a juego con la moto. Añade también un indicador led de marcha engranada que funciona muy bien por la noche… de día apenas se ve. El esquema estético es muy acertado, no sólo en la moto que ves en las fotos, sino en general en todas las opciones de color que la marca ofrece. La azul como nuestra unidad viene con un número en el depósito en vez de los protectores de goma; si aquéllas tienen un innegable «look clásico británico», ésta, la azul, parece más sport. Al tiempo, el disco delantero ondulado o el bordado del asiento en blanco refuerzan la imagen de calidad y restan un poco de aire básico al producto final. Los guardabarros de plástico en negro mate también son una buena solución. Quedan bien dentro del planteamiento estético de la moto y son resistentes y baratos. También con intención de que el precio final de la moto no suba demasiado, emplea como freno trasero un tambor. Funciona bien, tiene buen tacto y el único inconveniente, en principio, es el consabido trabajo de tensarlo de cuando en cuando para que no pierda su eficacia.

Hanway Raw 125: Prueba a fondo

El motor es un monocilíndrico de aire, con carburador y culata de dos válvulas. Es el mismo que se monta en la Yamaha YBR (en la japonesa con inyección), no muy rápido pero fiable, económico y suave de funcionamiento. Con cinco velocidades, la Raw no es precisamente una moto capaz de batir récord de velocidad, algo que, por otra parte, no pretende. Se acciona con suavidad y tiene buen escalonamiento para una moto ciudadana, aprovechando bien el par disponible.

Otro detalle acertado es el escape. Terminado en negro para ahorrar costes, su forma es la típica de las motos británicas de los años 60 y 70, conocido como «escupe-guisantes». Manillar, mandos y estriberas están en buena posición y también parecen de calidad. La posición de conducción es un tanto extraña, pero te acostumbras.

La Hanway Raw supone, a fin de cuentas, una forma original de moverte por la ciudad. Es, en el fondo, una 125 básica, bien acabada y con componentes con una excelente relación calidad/precio, que funciona muy bien, de prestaciones algo justas si pretendes hacer mucha carretera pero suficientes si no vas a salir mucho del entorno urbano. Y todo este conjunto viene endulzado por un precio muy atractivo y una estética original y muy lograda basada en las motos británicas de las décadas de los ´60 y ´70.

MOTOR: El motor es el mismo que se emplea en la Yamaha YBR. Tanto la Yamaha como esta Raw las fabrica Jianshe en China y, a excepción del empleo de inyección en la YBR, el resto del motor es básicamente el mismo. Entrega 10 CV a 8.000 rpm.

Hanway Raw 125: Prueba a fondoEQUIPAMIENTO: Equipamiento justo, pero suficiente en una moto básica. Por su precio final tampoco se puede pedir mucho más. Llaman la atención detalles como el led de aviso de llamada o el indicador de marcha engranada. El primero es más una curiosidad que una verdadera utilidad y el segundo se ve bastante poco con luz de día. Se echa en falta, sin embargo, la bisagra en el tapón de gasolina o el caballete central.

CARGA: Sin posibilidad de llevar objeto alguno sobre la moto si no recurres a una bolsa sobredepósito, un baúl, alforjas, etc. Tras la placa izquierda, sobre la batería, hay un hueco para las herramientas de serie. Si no las llevas, quizá puedas guardar ahí alguna cosa.

Hanway Raw 125: Prueba a fondo

CONFORT: Cómoda de asiento, con mínimas vibraciones y poco ruido, es una moto agradable. La posiciónde conducción es un poco extraña, con los pies algo altos y adelantados.

PARTE CICLO: Horquilla estándar, dos amortiguadores regulables, freno de disco ondulado y tambor trasero. El chasis es de tubo de acero, muy estándar. Todo funciona correctamente y no hay en la parte ciclo ningún elemento destacable, pero tampoco lo hay de forma negativa. Las cubiertas, de origen asiático, tienen un dibujo pronunciado, casi trail, y medidas algo extrañas, con un 18″ delante y 16″ detrás.

Hanway Raw 125: En marcha

Es una moto que llama la atención. Sus líneas originales hacen que gires la cabeza si te la encuentras por la calle. Además, es de esas motos que «cae simpática». Y cuando la conoces de cerca y la pruebas, esa sensación aumenta. Es agradable de mandos, fácil de usar en cualquier circunstancia y cómoda para moverte por ciudad.

No es muy alta de asiento, aunque permite acomodarte con cualquier talla que tengas. Los reposapiés quedan algo adelantados, pero es una posición cómoda para ir relajado. No hay vibraciones ni malos modos, todos los mandos quedan en buena posición y la única pega es que no te permite arrancar si no has recogido la pata de cabra: el sistema de seguridad que desconecta el encendido, si está extendida la pata, no hace excepción por estar en punto muerto. No puedes tener la moto en marcha calentando mientras que esté aparcada.

Hanway Raw 125: Prueba a fondo

Ya en marcha se aprecia su ligereza y agilidad. Gira lo suficiente, el embrague actúa con suavidad y progresividad, y puedes maniobrar a baja velocidad con facilidad. Con estas capacidades, moverte entre coches y en atascos es una de sus mejores virtudes. Salir a la carretera ya es otra cosa. La Raw es una moto agradable en ciudad y no deja de serlo por salir de ella. Pero no llega a los 100 km/h, por poco, pero no llega: 98 km/h es la cifra que medimos y eso es algo corto para poder circular cómodamente por carretera abierta. Supone cruceros de alrededor de 80 u 85 km/h, muy justo.

Si no es autovía lo que vas a hacer, la Raw se defiende. No es una deportiva ni quiere serlo. Si te lo tomas con tranquilidad, en plan disfrutar del paisaje, puede ser también una opción. No frena mal, se tiene lo suficiente y cuenta con suspensiones cómodas, pero que trabajan. Y el motor tiene buen par, por lo que ir tranquilamente con ella resulta agradable.

Hanway Raw 125: Prueba a fondo

Hanway Raw 125: Con pasajero

El asiento es suficientemente grande y las estriberas del pasajero están en buena posición. Con esto, es suficiente para llevar en desplazamientos cortos a cualquier persona. No hay asas cómodas: tiene dos por debajo del asiento, mejor para mover la moto en parado que para que el pasajero se sujete. En el fondo, es una moto pequeña y muy ligera, con un motor muy justo. Por todo ello, para desplazar a alguien entre dos puntos cercanos es suficiente. Pero no para viajar muchos kilómetros sobre ella a dúo.

Hanway Raw 125: Prueba a fondoHanway Raw 125: Así lo vemos

Es una moto muy apta en ciudad, ligera, manejable y ágil. En recorridos urbanos se mueve muy bien y resulta agradable. Pasa por cualquier sitio y su caja de cambios tiene un escalonamiento acertado para la ciudad, capaz de aprovechar bien el par motor disponible. En la carretera se queda más justa: roza los 100 km/h de velocidad punta, llevándola ya a tope, lo que en las autovías de entrada y salida de las ciudades es muy justo. Frena bien, se sujeta lo suficiente y apenas vibra, pero te pasa el resto del tráfico demasiado deprisa sin que puedas hacer nada. Bien acabada, pintura, mandos y componentes denotan calidad y no se aprecian malas terminaciones en general. Con el motor en marcha tampoco hay ruidos mecánicos ni vibraciones, algo que también ayuda a que sea una moto cómoda. No convence tanto la posición de conducción: el manillar está bien situado, pero las estriberas quedan algo altas y adelantadas para nuestro gusto. Es una posición un poco «custom». En nuestra unidad, además, la palanca de cambios estaba muy baja y no metías bien el pie por debajo, un detalle sin importancia que se soluciona soltando la palanca y volviendo a colocar en la posición adecuada.

Incorpora un equipamiento justo, suficiente para una moto básica y sorprendentemente alto si consideras su precio. Pero el led que te avisa de que te llaman o el de indicación de marcha, que no se ve de día, parecen poco útiles. Lo hubiésemos cambiado por un caballete central, que no tiene, o un tapón de gasolina con bisagra. Para llevar pasajero, la Raw servirá siempre que sea en desplazamientos cortos en ciudad. Tampoco para esto estará cómoda en la carretera.