¿Michelin, juez y parte?
El Mundial 2017 vive convulsionado a expensas de los neumáticos que Michelin aporta a cada G.P. Nunca se sabe qué tipos recibirán los equipos ni su respuesta en cada circuito. En ocasiones y en función de las carcasas y mezclas, además de las circunstancias de temperatura y abrasión de la pista, algunos motos/pilotos se ven muy perjudicados, otros menos y unos pocos se benefician de un neumático adecuado a su moto y pilotaje. Raramente es perfecto para nadie. El descontento es general.
Michelin todavía no ha acertado a dar con una pareja de neumáticos estandarizados, que funcionen bien para todos y en cualquier pista. Es el neumático base que todos desean tener a su alcance allí donde se encuentren. Se podría llamar neumático «salvavidas». A partir de él se entregaría una versión más blanda y otra más dura, asimétricos o no, para optimizar la situación según las necesidades de cada moto/piloto. Ese sería el panorama ideal. Pero se está lejos de lograrlo.
Por otra parte, la irregularidad de rendimiento de los neumáticos es flagrante. Algunos apenas duran cinco vueltas, a veces no más de dos. Nunca se sabe cuáles son buenos o malos. Son como los melones. Mientras esos súbitos desfallecimientos ocurran en los entrenamientos es mal menor, pero cuando suceden en carrera es asunto grave. Un fiasco ajeno que lesiona cruentamente las posibilidades reales de los pilotos afectados por el deficiente neumático recién montado para la carrera. Lo estrenan en las vueltas de posicionamiento y de reconocimiento previas a la salida.
Mientras Michelin se devana los sesos tecnológicos para conseguir una oferta complaciente para todos, transcurren las carreras con enormes altibajos de rendimiento de uno a otro neumático. Así de apretado y variable está resultando el Mundial 2017. Resulta curioso que mentes calenturientas están atacando a Michelin en las redes sociales. Les acusan de amañar la entrega de neumáticos «buenos» y «malos» según les convenga para dar emoción al desarrollo del campeonato sin permitir que ningún piloto se destaque en la clasificación. Enorme falacia.
Michelin jamás entraría en ese juego manipulador del que no obtendría ninguna clase de beneficio, sino todo lo contrario como son ahora las innumerables críticas que recibe de los pilotos y son puntualmente difundidas por la prensa. La compañía francesa está trabajando arduamente para lograr dar a todos los mejor neumáticos para cada circuito. Quiere alcanzar la optimización del universo MotoGP, pero en su intento está creando mucha confusión, descontento y suspicacias malintencionadas de los seguidores de tan noble deporte. Sus errores convulsionan el desarrollo del campeonato, pero en ningún caso se puede acusar a Michelin de ser juez y parte.