FIM ENDURANCE TOURING XX RUTA PENITENTES 2025: Penito, luego existo, o 20 años del sueño que cambió el mototurismo





La Ruta Penitentes es un evento que ha hecho historia con mayúsculas en el mundo de la moto. Hace ya 20 años lo puso todo patas arriba con una propuesta descarada y novedosa que cambió las reglas del mototurismo para siempre.
La cara B de esta historia es que una idea tan brillante ha sido utilizada de una manera sistemática (y en ocasiones vergonzosa) por muchos otros y se ha convertido en una moda que satura el calendario en una sucesión de eventos idénticos e impersonales que son irreconocibles los unos de los otros.
Precios, ofertas, fichas técnicas e imágenes de TODAS LAS MOTOS Y SCOOTERS PARA EL CARNÉ A2
Es lo que tienen las buenas ideas cuando llegan a personas con escasez de ingenio, obligadas a copiar y vender como propio lo que no pueden pensar y desarrollar por sí mismas.

Además, y ya puestos en este pequeño inciso pensando en Penitentes y su historia, no puedo olvidarme de dar un tirón de orejas a las marcas comerciales (y a las instituciones aragonesas) por no apoyar de una manera decidida a un evento que es el orgullo de nuestro mototurismo, quizá solo porque los organizadores han evitado la fama o endiosarse (y eso que tienen en su haber un Leyenda de Honor y felicitaciones de la Casa Real entre otros premios), o no tienen una agenda de contactos influyentes, o pasan de la política, o simplemente por su obstinada defensa de la independencia, por su cercanía y por el enorme idealismo y entusiasmo que derrochan.

Hay cosas que el dinero no puede comprar. Esto está claro que todo esto lo ha visto y analizado la FIM y por ese motivo es la única representante española (y una de las tres únicas europeas) en el prestigioso FIM Endurance Touring.
En cualquier caso, mi impresión personal (y ya son varias mis participaciones) es que no hay ninguna excusa que justifique la falta de apoyos institucionales o privados a un evento que además es prueba oficial de carácter mundial.
TODAS LAS MOTOS DEL MERCADO PARA EL CARNÉ A
A grandes rasgos podría contarte muchas cosas que distinguen a Penitentes del resto de quienes le han seguido o han querido imitarles. Por un lado, una organización que, lejos de ser una empresa o algo impersonal, son motards como tú y como yo que hacen esto con verdadera pasión y cercanía.
Por otra parte, los recorridos son sencillamente brillantes (tanto que hasta los roadbooks han sido copiados también en otros eventos, incluso con los “errores” de medición incluidos) y están pensados como una auténtica obra de arte que alterna unos paisajes espectaculares, carreteras imposibles y tramos de picante alejados de la mano de Dios en una conjunción perfecta, mística, que te transporta a través del Pirineo como si estuvieses viviendo un auténtico sueño.

No encontrarás esto en ningún otro sitio. Además, se deja entrever una enorme planificación de los tiempos de paso, avituallamientos, kilometrajes, puntos de repostaje en función de la capacidad de cada surtidor, todo ello a través de un libro de ruta extremadamente preciso, bien ejecutado y muy fácil de leer, para el que, por cierto, descubrí como anécdota que realiza sus mediciones con un Renault 5 TS de los años 70 equipado con sondas e instrumentación para regularidad.
Nada de inventarse un recorrido desde casa sobre Google Maps como se hace en la mayoría de eventos. Aquí destaca un conocimiento absoluto y detallado de cada metro del recorrido que denota un ejemplar (y muy laborioso) trabajo de campo hecho con moto primero y posteriormente medido con instrumentación específica. Otro punto a favor es el enclave de los Baños de Panticosa, un marco incomparable para centralizar todo el evento.
Comienza la aventura en Penitentes 2025

La recepción de Penitentes 2025, aquella tradicional “cena del jueves” a la que ya asistiera nuestro añorado Javier Herrero y también un año después su hijo Antonio, consistió este año en una cena especial ofrecida por el Balneario de Panticosa, propia de una boda, tanto en calidad, cantidad y presentación.
En este apartado no podemos sino dar un 10 al personal de cocina y sala. Allí asistieron además de un gran número de participantes, la delegación de la FIM que supervisaba el evento y también tuvimos ocasión de conocer al alcalde de Arguis, el joven Alfonso Gella que me permitió entender a las claras el motivo por el que Arguis es la capital del mototurismo español. Más alcaldes así necesitarían los pueblos de España.
El viernes 2 de mayo nos empezamos a meter en harina con una etapa prólogo de unos 250 km memorables con un componente turístico de altísimo nivel, que se desarrollaba por la comarca del Alto Gállego y por la de la Hoya de Huesca.
Esta etapa incluía unos 30 km de pista forestal, repartidos en dos tramos. Comenzamos con una pista que enlazaba Panticosa con Lanuza, con unas vistas que quitaban la respiración: Al fondo Peña Telera, el Ibón de Piedrafita y todo el Embalse de Búbal.

Tras visitar la cabecera del Valle de Tena y los pintorescos pueblos de Sandinies y Tramacastilla de Tena, pudimos contemplar las famosas Iglesias de Serrablo, un magnífico exponente del románico aragonés que es Monumento Nacional: San Juan de Busa, San Pedro de Lárrede, San Andrés de Satué…
Tras este inciso cultural, nos encaminamos a un tramo de pista restringida de 22 km que accede al Puerto y al Santuario de Santa Orosia, el paso natural al despoblado Sobrepuerto donde se desarrollaba la inolvidable novela “La Lluvia Amarilla” de Julio Llamazares, tanto que podíamos casi ver a su protagonista Andrés entre las ruinas del inmortal pueblo de Ainielle. ¡Qué vistas, por Dios!
De regreso a lo negro nos encaminamos hacia Javierrelatre, sede del primer avituallamiento del día, no sin antes remontar Monrepós y deslizarnos por el Valle de Caldearenas. Para rematar, como no podía ser de otro modo, un chocolate en Arguis y regreso a los Baños de Panticosa.

Durante el Briefing, en el Gran Casino de Panticosa, nos entregaron el libro de ruta y el transponder. Cabe reseñar que Penitentes es de los escasísimos eventos (en esto también fue el primero) en utilizar un sistema de transponders para seguir el recorrido.
Esto hace que la organización pueda ayudarte si te pierdes (enseguida te llaman desde el centro de control cuando ven que te has perdido y no reaccionas en un plazo razonable), si te averías o si tienes cualquier percance. También permite que pidas ayuda, que comuniques con la organización si no hay cobertura de teléfono y por si fuese poco avisa automáticamente si tuvieses un accidente.
Hay un problema propio de Penitentes que son las comunicaciones, ya que prácticamente el 40% del recorrido no tiene cobertura de telefonía, pero es que en muchos tramos tampoco hay señal GPS. Por todo ello la organización considera un gasto irrenunciable el sistema de transponders. Un detalle de calidad incomparable.
Llega el gran día en Penitentes 2025

Este año, con motivo del 20º aniversario, el recorrido de Penitentes se diseñó como un “grandes éxitos” de la historia de la ruta y, por tal motivo, no había tramos nuevos, ni falta que hizo ante la explosiva sucesión de lugares increíbles de estos últimos 20 años.
No faltó casi de nada: El escondido Parador de Oroel, el Valle de Garona, Nocito y el temible descenso de Cuello Bail, la Guarguera…. Esto solo para desayunar. El avituallamiento 1 se situaba en la sede del Moto Club Monrepós, en la impresionante localidad pirenaica de Bentué, enclavada en un precioso valle totalmente virgen a la sombra del pico Peiró.
Este avituallamiento, en el kilómetro 130 de ruta, constaba de una bolsa de picnic (¡qué bien vino después!), y había café, chocolate y bollería. Tras una paliza de curvas por carreteras estrechísimas y la destrozada y técnica bajada de Cuello Bail, nos encaminamos hacia un viejo conocido de los Penitentes: El avituallamiento 2 en el Hotel Turmo de Labuerda. Estaba claro. Este año tenía que ser sí o sí ahí.

Todo lo que pueda contar de este avituallamiento se quedará corto, y se resume en que en ningún evento en España te darán lo mismo, ya que no faltó de nada: Huevos, jamón, longaniza, chorizo, costillas, patatas fritas, ensaladas… todo de enorme calidad pero servido en mesa y en cantidades industriales con la evidente intención de saciar hasta al más glotón de los participantes.
Detalle de intenciones de la organización fue no poner vino ni bebidas alcohólicas en ningún avituallamiento. Recuerda, si vas en moto no bebas.
Una vez con la tripa llena nos encaminamos a Francia por el túnel de Bielsa, con algo de tristeza al pasar junto al desvío del Cañón de Añisclo, otra estrella del mototurismo que fue conocida en el mundo de la moto gracias a Penitentes. Pero este año, a tenor del recorrido era imposible.

Ya en Francia, con unas carreteras de lujo iban pasando los primeros puertos franceses: El Col d’Azet y el Col d’Aspin. Tras ellos nos metieron por una zona preciosa entre árboles y ríos, que alternaba dos puertos de montaña, con una carretera de apenas 3 metros de ancho que quitaba el hipo. Precioso.

Me enteré después de que aquí se tomó la famosa foto de la participación de Javier Herrero en Penitentes 2013 y en cierto modo era evidente que este precioso lugar era una forma de acordarse de él.

Tras repostar en Argeles Gazost y con el depósito lleno alcanzamos el escondido Col d’Spandelles. Finalizado el mismo, la intención de la organización era continuar por el Col de Soulor y el Aubisque, pero una apertura tardía del Circo de Litor tras la temporada invernal nos obligó a continuar hacia Arthez d’Asson por una increíble bajada en la que curiosamente la carretera se separa a ambos lados de un río, uno para cada sentido.
No mucho tiempo más tarde llegamos al Avituallamiento 3 situado en el Plateau de Benou, que constaba de un bocadillo de jamón de media barra con una bebida. Eso por si aún tenías hambre. En cualquier caso, estaba bien envuelto para comerlo más adelante si querías.
Tras el Col de Marie Blanque esperaba otro de esos sitios que no conocen ni los que viven ahí. Es una carretera de poco más de dos metros de ancho entre los árboles donde los retrovisores casi tocaban los helechos. A la postre esa carretera nos llevaría al ya célebre y ratonero “Fôret d’Issaux” otro de los viejos conocidos de la ruta que nunca defrauda.

Retornamos a España por el Valle de Roncal, para después pasar al de Zuriza y por su espectacular carretera llegar a la pintoresca localidad de Ansó. Siguiendo por la estrecha Foz de Binies y a escasos kilómetros de Jaca se vislumbraba cerca el final de esta maravilla de recorrido.
Sin embargo, la organización se reservaba dos ases en la manga: El destrozado tramo de tierra entre Jasa y Aísa, Borau, y por último, casi tocando con las manos el final cuando creías que ya estabas a 15 km, el retorcido y espectacular puerto de Hoz de Jaca…
Quedaba solo remontar el Escalar para llegar a los Baños de Panticosa. Al ver asomar el lago, la alegría de haber acabado se mezcló con la melancolía de saber que por este año y hasta 2026 el sueño se acababa.

Un año es muy largo, quizá demasiado. Una hermosa película en mil colores que, a pesar del cansancio, ya finalizaba y uno quisiera que hubiese durado para siempre. 724 km de reflexiones, de diapositivas imborrables, de sentirse vivo y de amor a la moto. 365 días para poder regresar de nuevo a la ruta. Como dijo el participante Frederic Arques, veterano desde la edición de 2008: “Penito, luego existo”, y no le falta razón.