Con unos servicios organizativos mínimos, Arguis es una especie de pieza de museo dentro del calendario anual de concentraciones.

Invernal de Arguis en la memoria

arguis05
Invernal de Arguis en la memoria
Fórmula Moto
Fórmula Moto


Hablar de Arguis es hablar de una invernal en estado puro, sólo apta para los moteros más aguerridos. Desde que en 1974 comenzara la andadura de esta veteranísima reunión, entonces bajo la organización del Moto club Turismo Zaragoza y el Moto club Pirineos, pocas cosas han cambiado. Tal como hace 37 años, Arguis se mantiene fiel a sí misma, como último bastión de una forma sencilla y a veces olvidada de un modo de entender la moto. Motos, fuego y frío acompañados por el magnífico cielo nocturno que ofrecen las montañas pirenaicas, son los componentes de una reunión que lo da todo por muy poco, una concentración para disfrutar de viejas historias moteras junto a las llamas.

Acercarse a Arguis poco antes de Navidad puede ser un reto en sí mismo y la medalla de la reunión el premio a la determinación de un motorista. Pero no todo acaba ahí. Arguis es diferente a todo lo conocido y su propia dureza es lo que hace grande su leyenda. Arguis es una reunión sin montajes escénicos, donde todo se comparte, donde todo el mundo lleva algo para hacer en las brasas de las dos grandes hogueras que prepara la organización, donde algún asistente saca su guitarra y entona viejas canciones junto al fuego, que todo el mundo canta a coro.

El Moto Club Monrepós, que este año organiza la Invernal de Arguis, nos brinda estas imágenes que nos hablan de las reuniones pioneras del mototurismo español (el 18 y 10 de diciembre se celebra esta 37º edición), aquellos tiempos en que las motos que poblaban sus zonas de acampada eran Sanglas, Bultaco, Montesa, Ducati Mototrans, alguna Laverda, BMW, Moto Guzzi y poco más.