MotoGP Francia: caos, lluvia y gloria local en un Gran Premio que tuvo de todo

Nunca un reglamento de MotoGP llegó en mejor momento. Los nuevos cambios aterrizaron en Le Mans como una declaración de intenciones: había que poner orden en el caos… pero sin quitarle la esencia. Y vaya si lo consiguieron. Hacía años —décadas, quizá— que no veíamos una carrera tan absolutamente desquiciada, impredecible y maravillosa como la que vivimos este fin de semana en el templo francés de la resistencia. Intentaremos contártelo, sí, pero si puedes, vuelve a verla.

Porque Le Mans es mucho más que un circuito. Es un lugar de peregrinación del motociclismo, un clásico que lleva más de veinte años en el calendario del Mundial y que, temporada tras temporada, encuentra la forma de sorprendernos. Esta vez lo hizo por partida triple: Tres categorías desatadas, más de 300.000 personas en las gradas y una mezcla de locura, historia y emoción que hacen de esta temporada un campeonato único.

Pero si hay que hablar de momentos especiales, lo de Johann Zarco merece capítulo aparte. El piloto francés, después de más de 70 años sin que un local ganara en casa, firmó su primera victoria en MotoGP ante su gente, con su madre presente por primera vez desde que está en el Mundial (17 años).

Más allá de todo, esta carrera significa que estamos ante un Mundial de MotoGP multimarca, de nuevo. Yamaha firmó la pole, Ducati se llevó la Sprint, Honda ganó el domingo. Y eso, en estos tiempos, es oro puro. Porque significa que las marcas japonesas están volviendo. Que despiertan. Que quieren recuperar terreno frente a Aprilia y KTM, cuyas sombras no están tanto en la pista como en los despachos.

Y entre tanta locura, Marc Márquez. El nuevo Marc Márquez. Más cerebral, más calculador, más maduro. Dio una clase magistral de consistencia y estrategia, sabiendo que en este campeonato sumar vale más que brillar a destiempo. El 2025 será largo, y Márquez lo sabe: los puntos no se ganan todos el domingo, pero sí se pierden con una mala decisión.

6 de 6 para Marc Márquez

Marc Márquez volvió a hacer lo que mejor sabe: dominar los sábados como si fuesen su patio de recreo. Sexta victoria consecutiva en una Sprint de MotoGP y la sensación, cada vez más nítida, de que el número 93 ha convertido los sábados en su coto privado. ¿Hasta dónde llegará? Esa es la pregunta que nos hacemos todos.

Fabio Quartararo arrancó primero pero Marc no tardó en poner orden: adelantó al francés en los primeros compases y lideró con autoridad. Detrás, se cocía otra historia igual de emocionante: la fiesta privada del Team Gresini.

Porque si alguien tenía motivos para brindar, era la estructura italiana de MotoGP. Álex Márquez sumó su sexto segundo puesto consecutivo en una Sprint —sí, has leído bien: sexto—, consolidando su papel como escudero de lujo en los sábados. Pero los focos esta vez se los llevó un invitado especial: Fermín Aldeguer, que, con solo unas carreras en MotoGP, firmó un podio memorable tras un duelo cuerpo a cuerpo con Quartararo que levantó al público de sus asientos.

El guion del día también incluyó drama: Pecco Bagnaia, el vigente campeón, se fue al suelo en la segunda vuelta. Un cero inesperado que puede pesar más adelante. Las KTM, mientras tanto, apretaban los dientes para intentar incomodar a un Aldeguer que ya no se arruga ante nadie. En la última vuelta, otro golpe de efecto: Pedro Acosta, que venía remontando, se fue al suelo, y Maverick Viñales aprovechó para colarse en la quinta posición.

Por detrás, Johann Zarco, Fabio Di Giannantonio, Álex Rins y Joan Mir completaron el Top 10.

Honda frena la racha de Ducati en MotoGP

Ni siquiera había comenzado la carrera y el caos ya era absoluto. Justo al término de Moto2, la lluvia decidió hacer acto de presencia y desatar el desconcierto. La pista, en ese punto intermedio tan traicionero entre lo seco y lo mojado, obligó a cancelar el inicio de la prueba tras la vuelta de calentamiento: más de 11 pilotos entraron en boxes para cambiar de moto, lo que activó el protocolo de carrera interrumpida. Resultado: salida retrasada y una vuelta menos al total previsto.

Cuando se reabrió el pitlane, todos optaron por salir con neumáticos de lluvia. Pero la pista, caprichosa como pocas, empezaba a secarse, y algunos decidieron volver a cambiar de moto antes de tomar la salida. Esta vez fueron menos de 11, lo que obligaba a que la carrera siguiera su curso normal… aunque con castigo: quienes entraron a boxes debían cumplir una doble long lap, pese a partir desde su posición original en parrilla.

A partir de ahí, la locura. El asfalto seguía cambiando vuelta a vuelta y la carrera se convirtió en un festival de estrategias, errores y caídas. Quartararo, Binder, Bastianini, Bezzecchi, Álex Márquez… uno tras otro fueron mordiéndose el polvo. Incluso Pecco Bagnaia volvió a irse al suelo, aunque esta vez logró reincorporarse para terminar en una gris 16ª posición.

Johann Zarco apostó desde el inicio por neumáticos de lluvia y fue el único que no cambió de moto en toda la carrera, lo que le permitió imponerse con autoridad en medio del caos tras colocarse último y a falta de 10 vueltas rodaba con más de 11 segundos de ventaja sobre Márquez. Tras todo lo ocurrido el piloto galo confesó: «Esto es mágico y muy difícil de creer. Confié en que lloviera más. No tengo palabras para describir lo que ha pasado». Su decisión le otorgó una victoria inolvidable ante una afición entregada, que además puso fin a la racha de 22 victorias consecutivas de Ducati.

Marc Márquez fue segundo tras una carrera de supervivencia en la que priorizó la estrategia: «Hoy era un día para gastar un comodín, pero yo ya los gasté en Jerez y Austin. Me limité a minimizar riesgos». El podio lo completó Fermín Aldeguer, que se vio favorecido por la caída de Alex Márquez y quien adelantó a Acosta en las últimas vueltas: «No me esperaba luchar por el podio con lluvia. He seguido a Marc y hemos acertado en la elección de neumático. Para mí, fin de semana casi de 10«.

Clasificación general MotoGP

Moto 2: Manuel Gonzalez no tiene rival

Manuel González se impuso con autoridad en la carrera de Moto 2 tras protagonizar una sólida actuación y escaparse en las últimas vueltas, sumando su tercera victoria del año. El madrileño recuperó el liderato tras un inicio liderado por Diogo Moreira y, a partir de la vuelta 5, marcó un ritmo imparable que solo Barry Baltus pudo seguir, aunque sin llegar a inquietarle en el tramo final. Arón Canet completó el podio tras una remontada marcada por un susto en su lucha con Moreira, lo que no le impidió reforzar su tercera plaza y mantener vivas sus opciones en el campeonato.

Con este triunfo, Manu continúa líder y aumenta su ventaja en 16 puntos sobre Aron Canet, y 34 puntos sobre Jake Dixon, que terminó quinto.

Moto 3: David Muñoz le da la victoria a José Antonio Rueda

José Antonio Rueda logró una brillante victoria en Le Mans tras una carrera de Moto3 repleta de caídas, adelantamientos al límite y emoción hasta la última curva. El piloto del Red Bull KTM Ajo supo aprovechar un error de sus rivales Joel Kelso y David Muñoz en el giro final para cruzar primero la línea de meta y sumar su cuarto triunfo de la temporada, ampliando su ventaja en la general después del abandono de Ángel Piqueras. En una prueba muy peleada desde el inicio, Rueda fue de menos a más, escalando posiciones mientras pilotos como Quiles y Piqueras perdían ritmo o se iban al suelo.

El desenlace fue tan vibrante como inesperado: Muñoz intentó adelantar a Kelso en la última curva, ambos se fueron largos y Rueda heredó la primera posición. Kelso fue segundo y Muñoz, sancionado por la maniobra, se tuvo que conformar con la tercera posición.