Ronda celebra la primera concentración de los Vespatiesos
El grupo de amantes de las motos clásicas rondeño, conocido por su pasión por los scooters de época, ha organizado un evento que promete ser una de las citas más espectaculares y pintorescas del calendario.
El 20 y 21 de junio, las calles de Ronda se llenarán de Vespas y Lambrettas llegadas de toda España. Se esperan un buen número de scooters clásicos, algunos de ellos con más de 50 años de historia, que recorrerán las calles de la ciudad, creando un espectáculo único que por primera vez visita esta también histórica población.
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La respuesta ha sido asombrosa, con las plazas previstas agotadas en cuestión de días, habiéndose vista la organización a ampliar la inscripción para dar cabida a los interesados en esta concentración, que promete ser una de las más auténticas del calendario.
El plan incluye una ruta en grupo por la Serranía de Ronda, con paisajes que piden ser recorridos sin prisa, al ritmo que marca una Vespa. Motor alegre, curvas suaves y tiempo para ver paisajes y, por supuesto, tiempo para una comida de hermandad.
Vespatiesos es un evento para vivir la moto clásica
Vespatiesos, como concentración, se convertirá en un punto de encuentro entre generaciones: desde los que montaban en Vespa cuando no existía el casco obligatorio, hasta chavales que se han enamorado del scooter clásico a través de redes sociales.
La Vespa y la Lambretta siguen despertando simpatía allí por donde pasan. Tal vez sea por su diseño atemporal, por esa mezcla de nostalgia y funcionalidad, o por su estética ligada a movimientos culturales como el mod o el rocksteady.
Pero también porque conducir una Vespa es una experiencia completa, que va del tacto metálico del manillar a la vibración del motor, del sonido seco del escape a la postura elegante del conductor.
Si este 20 y 21 de junio estás cerca de Ronda y escuchas un zumbido grave acercándose por el empedrado, no te extrañes. Son los Vespatiesos, y han venido a dejar claro que el scooter clásico está más vivo que nunca.
Esto no es una reunión de museo, sino gasolina en vena, es cultura sobre dos ruedas. Y esto, dicen, es solo el principio.
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